Las peores dietas para 2019 (y las mejores)
La búsqueda de la salud (y de una figura bonita frente al espejo) puede, irónicamente, comprometer nuestro bienestar. Algunos regímenes son más peligrosos que otros
Somos capaces de hacerle auténticas barbaridades a nuestro cuerpo, y las relacionadas con el peso son las peores. Decimos esto porque tiene mucha ironía: estar gordos no es sano, por lo que tratamos de dejar de estarlo, perdiendo nuestra salud por el camino. Algo así como la gente que decide parecerse a un futbolista y, a base de bisturí, trata de conseguirlo, con nefastos resultados. Somos una máquina impresionante que sí tiene sus fallos, pero estos están en gran medida motivados por nuestro estilo de vida que, seamos sinceros, puede que en ocasiones no sea el mejor.
Volviendo al tema del peso. Para adelgazar, la alimentación es la parte más importante. Aunque todavía estamos descubriendo ciertos conceptos, tenemos ciertas cosas claras como que la restricción de la ingesta calórica es la clave y que determinadas concentraciones de macronutrientes fuerzan diferentes partes de nuestro organismo. Es por esto que la nutricionista neoyorquina Jaclyn London ha escrito un libro llamado 'Dressing on the side (and other diet myths debunked)', cuya traducción en español sería algo así como 'El aderezo a un lado (y otros mitos de las dietas desmentidos)'.
"Lo mejor de la dieta mediterránea es que no es un plan para perder peso, sino un estilo de vida"
En su obra, la autora hace una lista de las dietas actuales más insalubres y las razones para que esto sea así. Aunque sus defensores se empeñen por activa y por pasiva en defenderlo a capa y espada, sus efectos sobre nuestra salud están en entredicho, y mucho. Como explica en un artículo Jaclyn London, "en este momento del año las dietas están por todas partes". Esto se debe a que son uno de los propósitos de año nuevo más comunes. Para no meter la pata ya desde el inicio, es importante saber qué elegir y que no. Estas son las peores:
Carnívora
Ah, la dieta fácil. Admitámoslo, si nos dicen que se acabaron los espaguetis y las pizzas lo pasaremos mal. Pero si nos compensan diciéndonos que podemos cenar filete todos los días, pues ya no es un golpe tan fuerte. La parte mala es que las proteínas, aunque fundamentales para nuestra salud, consumidas con demasiada frecuencia pueden poner en peligro a nuestros riñones.
"Nosotros ya nos desintoxicamos naturalmente a través del hígado, de los riñones y de la piel"
Esto se debe a que este micronutriente está compuesto por multitud de aminoácidos haciendo una cadena. Esto significa que ese nitrógeno (parte fundamental de los aminoácidos) debe ser eliminado de nuestro organismo por la orina, lo que a su vez significa que nuestros riñones estarán sometidos a una carga de trabajo muy por encima de la habitual. Pero esos no son sus únicos problemas, como explica la nutricionista: "No hay forma de sobrevivir con una dieta que consista exclusivamente en carne sin sufrir algunos problemas de salud serios: deficiencias de vitaminas y minerales que pueden resultar en daño a nuestros órganos y dolor físico innecesario".
Detox
Como recogía en un artículo de Alimente María Corisco, las dietas detox son innecesarias. Para realizar esa afirmación se basó en las declaraciones de José Manuel López Nicolás, profesor del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia: "¿Qué significa desintoxicarse? ¿De qué toxinas tenemos que librarnos? Nosotros ya nos autorregulamos fisiológicamente a través del hígado, de los riñones y de la piel". Estamos diseñados para desintoxicarnos. Por poner un ejemplo, los riñones filtran el nitrógeno que forma las proteínas de nuestra sangre. Eso es desintoxicación. Si por un casual, tenemos en nuestro organismo un agente químico malsano del que nuestro cuerpo no puede liberarse, tenemos que ir al médico para que nos administren un agente quelante, que se une a la toxina y permite que sea eliminada. Este es el caso del envenenamiento por plomo, que se trata con ácido etilendiaminotetraacético.
Cualquier dieta que utilice el término 'detox' o cualquier otro similar no es de fiar y, además, es un insulto a miles de años de evolución del ser humano y su capacidad para cuidar de sí mismo.
Keto
Que no se entere ningún paladín de esta dieta de que la nutricionista Jaclyn London ha dicho algo negativo acerca de ella. Su funcionamiento consiste en eliminar totalmente los hidratos de carbono de nuestra ingesta calórica diaria, sustituyéndolos por grasas. Claro, al igual que la carnívora, no es una dieta difícil de seguir. A fin de cuentas, ¿quién diría que no a un aguacate con salmón ahumado por encima y una loncha de queso fundida al horno? La idea es que el cuerpo se acostumbre a cambiar su funcionamiento, 'aprendiendo' a quemar grasa en vez de azúcares. Sobre el papel (o la pantalla del móvil en este caso) puede resultar de lo más atractivo, pero tiene grandes fallos. El primero es que no está en manos de un pequeño grupo de personas el poder de decidir y cambiar cómo la biología molecular del cuerpo humano funciona. Jaclyn London explica otros: "Al reducir a menos del 10% la cantidad de calorías totales provinientes de los hidratos implica dejar de comer fibra". También incluye en su lista de efectos negativos que "es probable que, dado que al principio consumimos nuestras reservas de glucógeno, perdamos peso rápidamente. Pero una vez acabemos con él, lo volveremos a recuperar y más si alguna vez volvemos a ingerir hidratos".
Las mejores dietas de 2019
No todo tiene por qué ser malo. Hay dietas muy bien consideradas, aunque la nutricionista destaca dos: la mediterránea (no podía faltar) y la DASH. Ambas comparten ciertos elementos clave, aunque sus objetivos son muy diferentes. De la primera nuestra tradición es la definición: multitud de frutas y verduras para cubrir nuestras necesidades de fibra y micronutrientes; carnes de calidad, sobre todo pescado, que además aporta (si es azul) ácidos grasos buenos para nuestra salud, al igual que nuestro maravilloso aceite de oliva. Además, incluye hidratos de carbono en forma de granos de cereal tradicionalmente enteros, que aportan las calorías diarias necesarias provinientes de este macronutriente. Como explica Jaclyn London, "lo que hace tan buena esta dieta es que no es un plan para perder peso, sino un estilo de vida".
Por su lado, la dieta DASH está diseñada para controlar nuestra tensión arterial. No en vano su nombre es un acrónimo de Dietary Approaches to Stop Hypertension. Se basa, como explica la nutricionista, en "comer sin abusar de ningún nutriente determinado". Es una dieta basada en los pescados azules, los frutos secos, los granos 100% integrales, el pollo y el pavo y los lácteos bajos en grasa. La idea detrás de esta dieta es limitar la ingesta de grasas saturadas, azúcares y sodio, gracias a reducir las comidas procesadas y carnes rojas, además de salsas, panes blancos, comida basura y refrescos.
Sea como sea, lo que a día de hoy está absolutamente claro es que los mejores complementos de cualquier dieta son el ejercicio y, sobre todo, el sentido común.
Somos capaces de hacerle auténticas barbaridades a nuestro cuerpo, y las relacionadas con el peso son las peores. Decimos esto porque tiene mucha ironía: estar gordos no es sano, por lo que tratamos de dejar de estarlo, perdiendo nuestra salud por el camino. Algo así como la gente que decide parecerse a un futbolista y, a base de bisturí, trata de conseguirlo, con nefastos resultados. Somos una máquina impresionante que sí tiene sus fallos, pero estos están en gran medida motivados por nuestro estilo de vida que, seamos sinceros, puede que en ocasiones no sea el mejor.
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