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Cómo comprar comida sana con una renta baja, según un nuevo estudio
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Cómo comprar comida sana con una renta baja, según un nuevo estudio

Los nutricionistas nos piden que elijamos los productos más saludables, pero hay una gran brecha de precio. Así se puede seguir una dieta equilibrada con un gasto moderado

Foto: Frutas en un supermercado. (iStock)
Frutas en un supermercado. (iStock)

Un buen estilo de vida asociado a una dieta equilibrada con buenos alimentos reduce el riesgo de enfermedades crónicas y mejora el estado anímico y físico. Nos hemos acostumbrado a un mantra que suena muy bien pero que tiene un reverso menos entusiasta. La realidad es que si nos nutrimos de los productos frescos con mejores propiedades, además de preocuparnos porque estos sean variados, el coste en tiempo y dinero es tan alto que puede no estar al alcance de todos.

Sí, la dieta discrimina con la renta y de forma muy pronunciada. No es lo mismo tampoco el tipo de comercio que se elija: los hipermercados, los súper, las tiendas de descuento o las especializadas: no todas tienen lo más imprescindible, ni lo tienen a los mismos precios. Para limitar el impacto que tiene el precio de los productos más saludables sobre la renta, científicos de la Universidad de California y de la tribu india Mechoopda han publicado, a partir de metadatos ya existentes sobre renta en familias de clase baja: 'Yes We Can: Eating Healthy on a Limited Budget' en el Journal of Nutrition Education and Behaviour.

Crearon un menú para familias de cuatro personas con renta menor a 35.000 $ sobre los requisitos diarios

Han estudiado no sólo los ingresos, sino también los supermercados cercanos, precios de los productos y las recomendaciones de cantidades diarias, según establece la Guía Nutricional del Gobierno de EEUU para establecer un menú base para cuatro personas que cumpliera los requistos nutricionales y no sobrepasase los 750 dólares por unidad familiar al mes; es decir unos 187 dólares por persona, algo más de 6 al día.

placeholder Aguacates, un producto muy saludable por sus grasas, pero caro. (iStock)
Aguacates, un producto muy saludable por sus grasas, pero caro. (iStock)

La investigación formaba parte de un estudio más amplio que pretendía enseñar a los miembros de la tribu india mechoopda (MIT) métodos de investigación utilizando principios de investigación participativa basados ​​en la comunidad. Así, el proyecto se llevó a cabo en colaboración con Northern Valley Indian Health, Inc. y la tribu india de Chico Ranchería, donde el 88% de la población encuestada vivía en hogares con ingresos menores o iguales a 35.000 dólares al año. Los menús fueron creados para alimentar a una familia con dos adultos y dos niños de 7 y 10 años con productos que intentaron cuadrar con los que habían identificado previamente como algunos de los preferidos de la comunidad.

Dieta realista y efectiva

El objetivo era realista: un menú que cumpliera con las directrices para una alimentación saludable y con porciones asumibles, siempre y cuando formaran parte de sus gustos, o de lo contrario habría sido muy difícil que la dieta fuera realmente efectiva. Obviamente está muy alejado de los nuestros, pero incluso en España, los menús que se elaboran para grandes colectivos, como colegios o cárceles, se hacen en función del lugar y difieren entre las distintas comunidades autónomas, ya que no solo se tienen en cuenta las preferencias sino también la proximidad de los alimentos y el precio.

En general, los resultados del metanálisis arrojaron que los alimentos más saludables son significativamente más caros, hasta 1,48 dólares o más de media en comparación con el siguiente. Otros estudios analizaron datos de precios de recibos de tiendas que mostraban que los consumidores preocupados por el presupuesto en hogares de bajos ingresos tenían más probabilidades de comprar alimentos a un precio por caloría más bajo que las personas en hogares de mayores ingresos.

Propuesta de menú semanal de ahorro

Sándwich de mantequilla de cacao con zanahoria y salsa ranchera. Leche

Arroz español con pimientos rellenos, judías y cóctel de frutas

Tanto los hipermercados de grandes cantidades como los súper tenían la mayor disponibilidad de los artículos necesarios para una lista de la compra de dos semanas, mientras que los mercados especializados y los de descuento carecían de 52 de ellos. Las cestas de la compra del híper y los de descuento fueron las que mostraron un precio medio más bajo: 25 dólares, mientras que las tiendas especializadas registraron el más alto: 39 dólares por día. Por término general, el híper era la mejor opción en cuanto a variedad de alimentos y precio, y las especializadas, los peores.

Sustituir el pan blanco por integral o la carne normal por baja en grasa subía el precio de la cesta un 17%

Son además alimentos que tienden a un mayor contenido en grasas y azúcares que los alimentos con un precio más alto por unidad. Finalmente, en los estudios de cestas de la compra, se estimó que el precio de una alternativa alimentaria más sana, como el pan integral por el pan blanco o la carne baja en grasa en vez de la normal, suponía un aumento del 17% más del presupuesto.

Familias vulnerables

Una de las limitaciones del estudio radicaba en que el enfoque del coste real de los alimentos no valoraba en cambio la influencia de los costes transaccionales. Es decir, por ejemplo, el tiempo necesario para planificar menús, elaborar listas de compras, buscar anuncios en tiendas y viajar al supermercado a granel que ofrece el precio más bajo. Estos factores influyen en la capacidad de una familia para mantener un plan de alimentación saludable.

"Esta investigación demuestra que los menús que cumplen con las directrices del USDA pueden ser obtenidos por una familia de cuatro miembros cuando compran en un supermercado a granel, pero cualquier reducción en los beneficios o el aumento en los costes de los alimentos dificultaría que estas familias económicamente vulnerables mantengan un estilo de vida saludable", recalcó el Dr. Jetter. Una prequeña variación de precios o la eliminación de algunas superficies alteraría en este caso el endeble equilibrio. Comer sano no es solo una cuestión de voluntad, en ocasiones es también una proeza.

Un buen estilo de vida asociado a una dieta equilibrada con buenos alimentos reduce el riesgo de enfermedades crónicas y mejora el estado anímico y físico. Nos hemos acostumbrado a un mantra que suena muy bien pero que tiene un reverso menos entusiasta. La realidad es que si nos nutrimos de los productos frescos con mejores propiedades, además de preocuparnos porque estos sean variados, el coste en tiempo y dinero es tan alto que puede no estar al alcance de todos.

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