El kiwi es oriental y su nombre real es grosella espinosa china

Si sois de los que creéis que el kiwi crece únicamente en Nueva Zelanda, ya es hora de que actualicéis vuestros conocimientos. Lo cierto es que muchos hemos creído a pies juntillas que esta fruta es oriunda de dichas latitudes del mundo y que, por lo tanto, su hábitat natural son las tierras de 'El hobbit'. Sí es verdad que fueron los neozelandeses los que bautizaron esta fruta como kiwi porque les parecía muy similar al aspecto del kiwi, un ave sin alas nativa del archipiélago y emblema del país que ya se encuentra extinta. Por supuesto, esta fruta ya tenía un nombre antes de este suceso, ya que se hacía llamar grosella espinosa china, un apelativo a todas luces mucho menos comercial que kiwi.

Así que, efectivamente, para conocer los orígenes de esta fruta, tenemos que desplazarnos al continente asiático, más concretamente a las zonas subtropicales de China. El periplo de esta fruta comenzó por un mero afán ornamental de los ingleses, que introdujeron la planta en su país en el 1900 y que, años más tarde, acabó recalando en Nueva Zelanda. Décadas después se descubrió su filón y empezó a cultivarse con bastante entusiasmo. El kiwi prosiguió su andadura por el continente europeo, donde llegó a Italia en 1971. Pero antes, en 1969, llegó a España por el empeño personal del empresario José Fernández López, fundador de Pescanova, que creyó que esta fruta podía convertirse en la gallina de los huevos de oro, pues se vendía muy bien en el mercado aleman, donde adquirían la pieza a 200 o 300 pesetas -casi 2 euros actuales-, que por entonces significaba un auténtico potosí.

Los primeros kiwis comenzaron a cultivarse en España en 1969 en la provincia de Pontevedra

La zona escogida para este primer cultivo de kiwis fue Gondomar, en la provincia de Pontevedra. Se empezó con un centenar de plantas de la variedad Hayward, procedentes de Francia. Sin embargo, las primeras cosechas pasaron inadvertidas para los consumidores patrios, pues se exportaban a Alemania ya que en España este producto era un completo desconocido y no poseía mercado alguno.

Su excelente precio de venta animó a muchas comunidades a probar fortuna con su cultivo. De esta manera, su dominio se extendió por toda la cornisa cantábrica -Galicia, Asturias y País Vasco-, el norte peninsular -Navarra, La Rioja y Aragón- y la zona mediterránea -Cataluña, Valencia e Islas Baleares-, además de Extremadura y Canarias. Así, todas estas regiones se sumaron al éxito del kiwi, una fruta bestseller por sus cualidades nutricionales. En cuanto al debut en nuestro mercado, se debió en parte a la intensa campaña realizada por el kiwi neozelandés, que propagó a los cuatro vientos las virtudes de este producto.

Una fruta vistosa y muy beneficiosa

• Es una excelente fuente de potasio, de hecho, no tiene nada que envidiarle al plátano.
• Posee una cantidad abundante de fibra, esencial en nuestra salud y con repercusiones insospechadas.
• Es una de las frutas más nutritivas, pues nos pone las pilas con sus 16 vitaminas y minerales
• Incluye una enzima llamada actinidina que nos ayuda a digerir los alimentos.
• Cuenta con un bajo índice glucémico.
• Tiene acido fólico a mansalva, una sustancia vital para las gestantes e incluso para las que albergan intenciones de convertirse en madre en un tiempo relativamente breve.
• Posee más vitamina C por cada 100 gramos que una naranja y si, además, pertenece a la variedad amarilla, las cantidades de esta vitamina se triplican.
• Y, por supuesto, como todas las de su estirpe nos brinda un buen número de antioxidantes.

En cuanto a sus especies, podemos hablar de la verde, la de mayor fama y arraigo en el mundo y en la que encontramos variedades como Hayward, Summer Kiwi, Abbot o Bruno. En los últimos años, también ha ganado terreno el kiwi amarillo, un alumno aventajado -pues su consumo no para de crecer gracias a su sabor- cuya especie nació un tiempo después. Concretamente en 1992, tras cruzar semillas de una planta china, de excelentes frutas de carne amarilla, con otras de kiwi macho, cuyos frutos se distinguían por sus dimensiones y buen sabor. Entre sus variedades destacan Jing Gold y Sungold.

China, primer país productor de kiwis

Por cierto, lejos de lo que podamos creer, Nueva Zelanda no es el principal productor de kiwis, sino China -el país que vio nacer a esta fruta no ha perdido el tiempo recuperando lo que una vez fue suyo-. En segundo lugar tampoco encontramos a los neozelandeses, pues este honor corresponde a Italia. Y, por fin, en el tercer puesto hallamos a Nueva Zelanda, seguida de Chile y Grecia. España figura todavía muy atrás en la lista. Afortunadamente, las temporadas de todos estos países no suelen coincidir. Así, el kiwi español, al igual que el italiano, se cosecha entre los meses de noviembre y junio. En el ínterin, nos abastecemos del kiwi procedente de países del Hemisferio Sur, como Chile o Nueva Zelanda.

Además del criterio de proximidad que garantiza una mayor frescura al consumidor, una de las fortalezas del kiwi español es que prácticamente no hay que emplear plaguicidas, al menos con aquel que se cultiva en el norte. Esto se explica por la poca presencia de otros árboles frutales en los alrededores y, por lo tanto, menos plagas.

Y si creíais que en el mundo del kiwi todo estaba inventado, aquí viene a desmontar tal creencia Kiwi Atlántico, una de las grandes comercializadoras de esta fruta que aúna productores de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra. Lo cierto es que esta empresa está trabajando en una novedosa gama de salsas a base de kiwi. Según explican en su web, buscan elaborar un producto “con un perfil nutricional adecuado, manteniéndose aquellos componentes procedentes de la fruta fresca y optimizado en cuanto a sus propiedades reológicas y organolépticas”.