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Lo mejor y lo peor del queso mozzarella
  1. Nutrición
SE PUEDE HACER CON LECHE DE BÚFALA O DE VACA

Lo mejor y lo peor del queso mozzarella

Contiene proteínas, vitamina A, calcio y magnesio, como elementos beneficiosos. En la otra cara de la moneda encontramos colesterol, grasas saturadas y sodio

Foto: Foto: iStock.
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El queso mozzarella puede tener múltiples usos en la cocina, pero si por algo es conocido es por su presencia en las pizzas. También lo podemos utilizar en ensaladas, en bolitas, en láminas o fundido. A grandes rasgos, podemos decir de él que es rico en proteínas, calcio y vitamina A, aunque también contiene ácidos grasos saturados y sodio.

Beneficios del queso mozzarella

El queso mozzarella, como acabamos de comentar, es un tipo de queso que nos puede dar mucho juego a la hora de elaborar nuestras recetas. Lo podemos encontrar en diferentes presentaciones: loncheado, en bola grande o incluso hay marcas que lo comercializan en pequeñas bolitas.

Para comprender mejor sus beneficios tenemos que mirar su etiqueta nutricional. Aunque los valores pueden variar según la marca, el tratamiento que haya recibido el queso y otras variaciones, los que vamos a ver a continuación están recogidos como una media genérica, tomando como referencia 100 gramos de producto.

Si miramos los datos menos positivos de la mozzarella serían: grasas, colesterol y sodio


El queso mozzarella contiene 28 gramos de proteína. Nos puede ayudar a acelerar el metabolismo, recuperar masa muscular y favorecer el correcto funcionamiento de las células del cuerpo. También nos aportan energía y consiguen que el resto de nutrientes se asimilen de forma correcta.

Entre las vitaminas, es especialmente destacable la presencia de vitamina A. Con unos valores medios de 520 IU, nos ayuda a proteger la vista y prevenir ciertas enfermedades relacionadas con ella, mejorar la salud de las uñas o el cabello, proteger la piel y reducir el estrés oxidativo gracias a su alto contenido en antioxidantes.

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Foto: iStock.

Además, como tercer beneficio más destacado a nivel nutricional nos encontramos con su elevado contenido de calcio. Este mineral está presente con más de 730 mg. Los lácteos suelen ser muy ricos en él y en el caso del queso mozzarella no es una excepción. Además de sus efectos positivos sobre el crecimiento y el mantenimiento de la salud ósea en la edad adulta, el calcio también ayuda a dormir mejor, cuidar la salud bucal y reducir la tensión arterial. Debemos contar con que el calcio es uno de los minerales que se absorben peor, especialmente si llevamos una dieta rica en fibra.

Por último, y aunque en menor presencia, el queso mozarrella contiene también magnesio (25 mg), un mineral que junto con el calcio favorece un mejor descanso, tiene efectos antiinflamatorios e incluso puede ayudar a mejorar el estado anímico.

Desventajas del queso mozzarella

Pero si miramos los datos menos positivos del queso mozzarella nos encontramos principalmente con grasas, colesterol y sodio. Aproximadamente el 65% de las grasas que contiene este tipo de queso son saturadas (más de 11 gramos). Estas son dañinas para el organismo, no solo porque favorecen el aumento de peso, también (y sobre todo) porque aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Al elevar la presencia de colesterol en los vasos sanguíneos (colesterol que también contiene la mozzarella, de media, con 50 mg), estas pueden llegar a taponarse, produciéndose así problemas en el flujo de la sangre, el corazón e incluso el cerebro. Las enfermedades cardiovasculares se han disparado en las últimas décadas y en la alimentación encontramos una de las principales causas. Por eso, debemos tratar de reducir el consumo de grasas saturadas y de alimentos ricos en colesterol.

Existen variedades de queso mozzarella donde se reduce la presencia de estas grasas. Si nuestro médico nos ha recomendado vigilar su consumo, deberíamos revisar bien la etiqueta de cada una de las mozzarellas disponibles (más allá de mirar cualquier reclamo publicitario, como aquellas en las que pone 'light' y que en realidad no lo son tanto).

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Además, el queso mozzarella contiene más de 15 mg de sodio. El sodio no es malo, al menos no en cantidades moderadas. Este es también imprescindible para la regulación de ciertas funciones vitales y, por ejemplo, la producción de hormonas. Pero un exceso de sodio tiene como consecuencia más habitual y más inmediata la alteración en la tensión arterial. Si nos diagnostican problemas de hipertensión, el primer paso será reducir la ingesta de sodio en nuestra dieta.

¿Mozzarella con leche de búfala o de vaca?

Los valores nutricionales de la mozzarella pueden cambiar en función del tipo de leche que se haya utilizado en su elaboración. La receta original se prepara con leche de búfala y también es la más saludable. Ayuda a una mejor concentración de proteínas, aunque también de grasas, por lo que en función de nuestras necesidades dietéticas puede ser una buena opción, si nos gusta este tipo de queso, buscar que estén elaborados con un tipo de leche u otra.

La disminución de la cantidad de búfalas está favoreciendo que cada vez más se fabrique mozzarella con leche de vaca. Y no es malo, ni tiene que influir en el sabor. La mozzarella que se hace con este tipo de leche, en general, contiene menos colesterol y menos grasa, por lo que puede ser una buena alternativa según nuestras necesidades dietéticas.

Antes de añadir un producto al carrito de la compra debemos revisar bien su información nutricional, ya que puede variar según el proceso de elaboración, los ingredientes utilizados para su preparación o los valores agregados de manera artificial, entre otros.

El queso mozzarella puede tener múltiples usos en la cocina, pero si por algo es conocido es por su presencia en las pizzas. También lo podemos utilizar en ensaladas, en bolitas, en láminas o fundido. A grandes rasgos, podemos decir de él que es rico en proteínas, calcio y vitamina A, aunque también contiene ácidos grasos saturados y sodio.

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