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El membrillo, una fruta de oro que nos trae el otoño
  1. Nutrición
DIURÉTICO Y EFECTO PREVENTIVO DE LA DIABETES

El membrillo, una fruta de oro que nos trae el otoño

Si quieres presumir de comer lo mejor que te ofrece el otoño, no puedes perderte esta fruta que rara vez vemos en su forma original. Rebosa vitaminas y minerales, además de tener un gran poder diurético

Foto: Foto: iStock.
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El membrillo lleva desde el pasado mes de septiembre llamando a nuestra puerta y seguirá haciéndolo hasta febrero. Así que haríamos bien en abrírsela de par en par pues tiene mucho que ofrecernos. Sí, porque fibra y minerales no faltan en esta fruta con aspecto de pera. Sin embargo, tiene un pequeño inconveniente y es que su consumo en crudo no parece muy factible, ya que presenta un sabor ácido que lo hace un tanto desagradable al paladar. Por lo tanto, es precisa la cocción previa para poder consumirlo.

Sin duda, el esfuerzo de su cocinado merece la pena puesto que -como decíamos- nos obsequia con un elevado contenido en fibra, hasta seis gramos por cada 100 gramos. Pero la cosa no acaba ahí, pues también aporta vitaminas A, C, B6, tiamina, niacina, riboflavina y folatos. También la presencia de minerales es ingente pues contiene hierro, calcio, magnesio, fósforo, sodio, potasio, selenio, zinc y cobre. Sin embargo, el hecho de que haya que cocinarlo previamente arruina en parte este elenco de nutrientes dado que ya que tanto los minerales como las vitaminas hidrosolubles se pierden en el líquido de cocción.

A pesar de que esta pérdida de valores nutricionales, el membrillo continúa siendo un auténtico regalo para nuestra salud gracias a su abundante presencia de fibra (cuya importancia es mucho mayor de la que imaginamos, con repercursiones incluso en nuestra salud cardiovascular), taninos, ácido málico (que nos ayuda a eliminar el ácido úrico que propician los ataques de gota).

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También nos podemos apuntar al zumo de membrillo ya que es diurético (y nos ayuda a desprendernos de líquidos), además de astringente (y de esta manera nos ayuda a normalizar el tránsito intestinal sobre todo después de un episodio de diarrea). Y todo ello lo hace aportándonos muy pocas calorías, aunque es cierto que la manera de consumirla más común (el dulce de membrillo) enriquece el aporte calórico.

Los griegos y los romanos lo trajeron a España

Una vez más, y como ha sucedido con infinidad de frutas, los griegos y romanos fueron quienes trajeron esta fruta a España, donde acabó prosperando en nuestros campos con gran éxito. Desde nuestro país saltó el charco y llegó hasta las costas americanas donde países como México, Argentina, Brasil o Bolivia lo acogieron con los brazos abiertos.

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Actualmente en España ya no es un cultivo muy popular. La mayoría de la producción española procede de los campos del municipio cordobés de Puente Genil. La mayor parte de las cosechas se dedica a la elaboración de dulce de membrillo, que es la forma más común de degustar esta fruta.

El zumo de membrillo se abre paso

A todo este plantel nutricional se une un beneficio insospechado para muchos. En concreto, según un estudio de la Universidad de Teherán (Irán), que ha invertido muchos esfuerzos en investigar acerca del membrillo, beber zumo de membrillo ayuda a nuestro organismo a combatir problemas de salud como la diabetes (en cualquier caso recuerda que hablamos del zumo que se elabora a partir de la fruta, y no del dulce de membrillo, cuya elevada presencia de azúcar no es nada adecuado para los diabéticos). Los resultados de este estudio evidenciaron que “la administración oral de zumo de membrillo mejora el perfil de lípidos en suero y triglicéridos”.

Aunque podemos prepararnos nosotros mismos este zumo en casa, pues es bastante fácil encontrar membrillo en los puestos de cualquier mercado, también lo podemos encontrar envasado y ya listo para su consumo en casa.

Dicho todo esto, vamos a concluir nuestro artículo con una receta repleta de frutos tan otoñales como la calabaza y el membrillo. Vamos a ello:

Quiche de membrillo con calabaza y gorgonzola

Ingredientes:

  • 1 lámina de masa quebrada
  • 700 gramos de calabaza
  • 150 gramos de gorgonzola
  • 75 gramos de dulce de membrillo
  • 2 puerros
  • 4 huevos
  • 300 ml crema de leche
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva

Elaboración:

En primer lugar, precalentamos el horno a 220º. Después vamos troceando la calabaza. Hay que procurar que los dados no sean demasiado grandes. A continuación, los colocamos en una fuente de horno, lo rociamos de aceite, un poco de sal y pimienta al gusto. Lo metemos en el horno y dejamos que se haga durante media hora.

Beber zumo de membrillo ayuda a nuestro organismo a combatir problemas como la diabetes

En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite de oliva donde cocinaremos el puerro cortado en juliana. Agregamos sal y esperamos a que esté pochado. Escurrimos y servimos. Reservamos mientras nos ponemos con el resto de ingredientes.

Engrasamos un molde con aceite o mantequilla y, a continuación, colocamos la masa quebrada. En su fondo colocamos la calabaza, el membrillo y el queso cortado a dados. Batimos los huevos con la crema de leche y sazonamos con sal y pimienta. Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante unos 40 a 45 minutos. Cuando observemos que está firme la quiché, apagamos el horno y lo dejamos en su interior durante al menos 30 minutos más. Una vez que se temple, lo desmoldamos y a disfrutar de este estupendo plato de dulce sabor otoñal.

El membrillo lleva desde el pasado mes de septiembre llamando a nuestra puerta y seguirá haciéndolo hasta febrero. Así que haríamos bien en abrírsela de par en par pues tiene mucho que ofrecernos. Sí, porque fibra y minerales no faltan en esta fruta con aspecto de pera. Sin embargo, tiene un pequeño inconveniente y es que su consumo en crudo no parece muy factible, ya que presenta un sabor ácido que lo hace un tanto desagradable al paladar. Por lo tanto, es precisa la cocción previa para poder consumirlo.

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