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El consumo de legumbres ha mejorado desde 2016
  1. Nutrición
EN LOS 90 SE CONSUMÍAN MUCHO MÁS

El consumo de legumbres ha mejorado desde 2016

Están recuperando el fuelle perdido. Con paso lento pero seguro, comienza a despuntar su consumo, aunque aún hay camino por recorrer. Fibra, vitaminas y minerales... y mucho más

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Tenemos tipos de legumbres para aburrir: garbanzos, lentejas, alubias, soja, guisantes… Incluso cuando nos obsequiamos con un aperitivo de cacahuetes o altramuces estamos rindiendo pleitesía a las legumbres y su vasto mundo de posibilidades. Por lo tanto, no es posible -ni debemos- evadirnos de ellas ya que, afortunadamente, la madre naturaleza nos lo ha puesto muy fácil para que nos las comamos. A veces, por cierto, sin que seamos conscientes de ello. Sí, así sucede con el hummus.

A las legumbres les debemos prácticamente la vida. Al menos, algo semejante llegó a afirmar el reconocido escritor italiano Umberto Eco. Tal fue su importancia durante la Edad Media, pues únicamente su consumo permitió combatir las epidemias, las guerras y las hambrunas características de aquellos convulsos tiempos. “Sin alubias la población europea no se hubiese duplicado en pocos siglos y actualmente no seríamos cientos de millones”, ha llegado a afirmar Eco.

Y aunque es cierto que durante las últimas décadas hemos desertado en masa de su consumo y nuestra alimentación ha prestado más atención a la carne o a los perniciosos procesados, nos estamos volviendo a enganchar a ellas. Sí, al fin nos enderezamos. Al respecto, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su "Informe del consumo alimentario en España 2018", las ventas crecieron durante el año pasado en un 2,8% en tasa interanual.

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Este incremento empezó a apreciarse en 2016, ya que en ese año pasamos de los 3,06 kilos al año que ingería una persona en 2015 a los 3,11 kilos. Pero todavía estamos muy lejos de los 7 kilos que se comían en los años 90 y los más de 8 de la década de los 80. No obstante, parece que empezamos a revertir la tendencia gracias, en parte, a la celebración en 2016 del Año Internacional de las Legumbres.

Buenas, sanas y baratas, así son las legumbres

Además, constituyen una manera sana y barata de alimentarnos. Así que con ellas se va al traste esa manida afirmación de los que creen que la comida de calidad es cara, pues las legumbres son una materia prima excelente con la que confeccionar múltiples platos. Porque, eso sí, esta clase de producto nos obliga a ponernos el delantal y lanzarnos a cocinar, y además dedicarle tiempo a su guiso, que suele ser lento y pausado. Algo que no todo el mundo está dispuesto y que explica, en parte, el declive de las leguminosas.

Lo cierto es que no faltan razones para que las legumbres recuperen su reino perdido: proteínas, vitaminas del complejo B y minerales (hierro, magnesio, zinc). Además, la gran mayoría también poseen alto contenido de fibra alimentaria que tan bien sienta a nuestra salud cardiovascular. Sí, la fibra es buena para nuestro corazón.

Buenas para los diabéticos

Aunque muchos diabéticos creen erróneamente que las legumbres no son recomendables para ellos, nada más lejos de la realidad. No en vano, contienen hidratos de carbono complejos de digestión lenta, de modo que la glucosa se libera lentamente. Esta liberación aún se ralentiza más por el hecho de que contienen fibra alimentaria. En definitiva, no hay razón alguna que les obligue a desterrarlas de su dieta.

El consumo de legumbres mejora desde 2016, declarado Año Internacional de las Legumbres por la ONU

Las legumbres, además, aportan muy poca grasa. No en vano, en crudo proporcionan de media, por cada 100 gramos, tan solo 3 gramos de grasa y la mayor parte de ellos son ácidos grasos insaturados repletos de beneficios. Y sí, las lentejas contienen mucho hierro, pero no se absorbe tan bien como el de origen animal. Por lo tanto, esta circunstancia conviene tenerla muy en cuenta, pues muchos creen que con esta legumbre pueden satisfacer sus necesidades del citado mineral.

Además, son perfectas para prepararnos una buena despensa. Por lo general, las legumbres secas son alimentos poco perecederos pues presentan una escasa proporción de agua. Por lo tanto, pueden conservarse de manera adecuada durante un año, aunque se recomienda su consumo antes de 8 o 9 meses pues con el transcurso del tiempo van perdiendo parte de sus características organolépticas y tardan más en cocinarse.

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Dicho todo esto, para los que apenas tienen tiempo para prepararse un guiso de legumbres y les acucian las prisas, aquí les proponemos una sencilla manera de comerlas sin que sea preciso un gran despliegue de tiempo y recursos.

Ensalada de garbanzos

Ingredientes

  • 2 tazas de garbanzos cocidos o de bote, lavados y escurridos
  • 2 tallos de apio, cortados en trocitos pequeños y cocinados
  • ½ pimiento verde
  • ½ pimiento rojo
  • ½ cebolla morada
  • ½ cebolla amarilla
  • 2 dientes de ajo picados en trocitos
  • 3 cucharadas de cilantro fresco machacado
  • 2 cucharadas de vinagre de vino tinto
  • 2 cucharadas de jugo de limón
  • 3 cucharitas de aceite de oliva virgen extra
  • ½ cucharita de comino molido
  • Sal
  • Pimienta

Preparacion:

Solo hemos de mezclar todos los ingredientes citados en una ensaladera y aliñar a nuestro gusto. Disfrutarás de las legumbres y tu salud saldrá ganando pues es dieta mediterránea en estado puro.

Tenemos tipos de legumbres para aburrir: garbanzos, lentejas, alubias, soja, guisantes… Incluso cuando nos obsequiamos con un aperitivo de cacahuetes o altramuces estamos rindiendo pleitesía a las legumbres y su vasto mundo de posibilidades. Por lo tanto, no es posible -ni debemos- evadirnos de ellas ya que, afortunadamente, la madre naturaleza nos lo ha puesto muy fácil para que nos las comamos. A veces, por cierto, sin que seamos conscientes de ello. Sí, así sucede con el hummus.

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