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¿Todas las grasas que comes inflaman tus vasos sanguíneos?
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verdad o mentira

¿Todas las grasas que comes inflaman tus vasos sanguíneos?

La controversia vuelve a afectar de lleno a este macronutriente. Mientras algunos defienden, como los seguidores de la dieta keto, que hay que aumentar su consumo, otros, como el doctor Timo Speer, advierten de que es un gran riesgo

Foto: Foto: Unplash/@marceloleal80.
Foto: Unplash/@marceloleal80.

Tenemos (correctamente) identificados los mecanismos por los que los principales causantes de las infecciones, los virus y las bacterias, hacen daño a nuestras células. Uno de ellos es que desencadenan una respuesta inmune por parte de nuestro organismo, que, inevitablemente, también afecta a las células invadidas por los organismos patógenos.

Ahora, un grupo de investigadores liderados por Timo Speer, de la Universidad de Saarland, en Alemania, ha probado, de una vez por todas, algo que ya se sospechaba con anterioridad pero de lo que no se tenían pruebas concluyentes: que determinadas grasas que circulan por nuestro torrente sanguíneo interactúan con algunas células de nuestro organismo y que esto provoca una respuesta (negativa, claro) de nuestro sistema inmunitario.

"Podemos decir que adoptar una dieta baja en grasas puede aumentar la esperanza de vida"

Como explica el doctor Timo Speer, autor principal del estudio: "Nuestro trabajo se ha dedicado a estudiar un grupo concreto de lípidos, los triglicéridos. Hemos sido capaces de mostrar que las concentraciones elevadas de estas moléculas, que están presentes en nuestra sangre de forma natural, pueden alterar los sistemas de defensas de las células con las que interactúan. Llevan a cabo este proceso de tal forma que el cuerpo reacciona como si estuviera respondiendo a infecciones bacterianas. Esto provoca una respuesta inflamatoria, la cual, si se vuelve crónica, puede dañar los riñones y causar ateroesclerosis".

Este estudio a gran escala ha sido capaz de demostrar que los pacientes con niveles elevados de triglicéridos en sangre tenían una tasa de mortalidad considerablemente mayor que los grupos que no cumplían este factor pero sí que tenían una historia clínica similar.

Las repercusiones

En los últimos diez años hemos pasado de tener una opinión predominantemente antigrasas a prograsas. Ejemplo de esto es una de las dietas más populares hoy en día: la keto. Según estas tendencias, restringir la ingesta de hidratos de carbono es lo verdaderamente beneficioso para nuestro sistema, y esos macronutrientes pueden sustituirse con pura y dura grasa (además de proteína). Pero ahora, de nuevo, las tornas han cambiado. Como explica el doctor Timo Speer: "Ahora podemos decir que adoptar una dieta baja en grasas puede aumentar significativamente la esperanza de vida en pacientes de alto riesgo, como aquellos que sufren de hipertensión y de diabetes".

placeholder Foto: Unplash/@clintbustrillos.
Foto: Unplash/@clintbustrillos.

La explicación que da el experto en su estudio es que la presencia de triglicéridos en el torrente sanguíneo desata una respuesta inmune inútil y desproporcionada, que hace que nuestras propias defensas identifiquen a células de nuestro propio organismo como 'hostiles'. "Esto provoca una serie de procesos autodestructivos, incluidos aquellos en los que las paredes de los vasos sanguíneos se inflaman y/o se ocluyen, lo que provoca una reducción en el riego".

La otra cara de la moneda

Por supuesto, no todo es blanco o negro. Se ha probado con anterioridad que muchas grasas, en efecto, son completamente negativas para nuestra salud cardiovascular. El ejemplo más claro de esto es el colesterol LDL (el malo). De todos modos, hay muchas otras grasas que tienen el efecto directamente opuesto, como los ácidos grasos omega 3, el oleico... El pescado azul (más graso) no es uno de los alimentos más recomendados por la Fundación Española del Corazón. De hecho, como ellos mismos explican, "la grasa del pescado es rica en ácidos grasos poliinsaturados omega 3, que ayudan a prevenir las enfermedades del corazón".

Aunque los resultados del estudio del doctor Timo Speer parecen, en efecto, correctos e incluso relevantes, hace falta un contexto muchísimo mayor para clasificar los lípidos, porque llamar a todo 'grasa' y, a la vez, decir que es 'mala' parece una auténtica irresponsabilidad.

Tenemos (correctamente) identificados los mecanismos por los que los principales causantes de las infecciones, los virus y las bacterias, hacen daño a nuestras células. Uno de ellos es que desencadenan una respuesta inmune por parte de nuestro organismo, que, inevitablemente, también afecta a las células invadidas por los organismos patógenos.

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