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Carnes magras: qué son y por qué debes incorporarlas a tu dieta
  1. Nutrición
COMIDA SANA Y LIGERA

Carnes magras: qué son y por qué debes incorporarlas a tu dieta

El pollo, pavo o conejo son un ejemplo de estas carnes ricas en proteínas de alta calidad pero bajas en grasa

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Una opción para reducir la presencia de las grasas animales en la dieta es aumentar el consumo de aquellas carnes consideradas magras. Gracias a ellas, nuestro organismo recibe un aporte de proteínas de alta calidad sin los riesgos que pueden sobrevenir del consumo de un exceso de lípidos. Lo primero que debemos saber es que el término 'magro' significa "flaco o enjuto, con poca o ninguna grosura". Así lo define la RAE y esa es la característica esencial que debe tener una carne para poder ser considerada magra: un contenido muy bajo en grasa.

Según el etiquetado de los alimentos de la UE, una carne es magra si en 100 gramos de peso, contiene menos de 10 gramos de grasa total, menos de 4,5 gramos de grasas saturadas y un máximo de 95 mg de colesterol. La carne extra-magra tiene un porcentaje de grasa total inferior al 5% en 100 gramos de peso, menos de dos gramos de grasas saturadas y un máximo de 95 mg de colesterol.

La carne de algunos animales —como el pollo, el pavo o el conejo— es magra casi en su totalidad, mientras que otras como la del cordero, el cerdo o el vacuno dependerá del tipo de corte. Es interesante, en este sentido, acudir a lugares donde encontrar una gran variedad de productos y especialistas que nos aconsejen en los mejores cortes para cada momento. Uno de ellos es Supermercados El Corte Inglés, que cumple con estos requisitos y añade la ventaja de que podemos hacer la compra 'online' para ahorrar tiempo.

¿Qué carne elijo?

Pollo: su porcentaje de grasa es reducido y nos aporta proteínas de alto valor biológico. La pechuga es la parte más magra, con apenas un 2% de grasa, por eso es tan habitual que se recomiende en las dietas de adelgazamiento. Una de las ventajas del pollo es que la poca grasa que tiene es muy visible (suele concentrarse en la piel), por lo que, si la retiramos, bajaremos aún más su aporte calórico.

Pavo: su perfil nutricional es muy similar al del pollo. Además, su bajo aporte calórico, alto contenido en proteínas de calidad y un 2,2% de grasa en su composición lo convierten en uno de los alimentos más demandados para la reducción de riesgo cardiovascular. Su grasa también es visible y se puede retirar con facilidad. Es perfecto para tomarlo tanto en ensaladas como en guisos y estofados.

placeholder Receta de pavo encebollado con pasas y piñones. (APTC)
Receta de pavo encebollado con pasas y piñones. (APTC)

Conejo: aunque su consumo no está tan generalizado como el de otros animales, en realidad se trata de una de las carnes más saludables que podemos encontrar. Además de tener un bajo contenido en grasa, conviene destacar que su porcentaje en ácidos grasos saturados (responsables del aumento del colesterol en sangre) es menor que el de otras carnes. Si no sabes cómo prepararlo, ten en cuenta que muchas de las elaboraciones del pollo (ajillo, pepitoria…) le van a la perfección.

Vacuno: en la carne de ternera, las partes más magras tienen alrededor de un 6% de grasa. Por eso, los cortes que más nos interesan son tapa, aleta, contra, aguja, morcillo, espaldilla, solomillo, cadera y lomo. Eso sí, debes tener en cuenta que, en los ejemplares adultos, si pasamos a vaca o buey, la carne se va haciendo más grasa y calórica. ¿Quieres una receta de lo más saludable? Prueba este wok de ternera y bimi con salsa melosa.

placeholder Wok de ternera y bimi con salsa melosa. (APTC)
Wok de ternera y bimi con salsa melosa. (APTC)

Cerdo: ¿puede ser baja en grasa la carne de cerdo? La respuesta es sí. De hecho, uno de los cortes más afamados se conoce como ‘magro’, precisamente por su bajo contenido en lípidos. El magro, que se puede obtener de la paleta o del jamón, se trata de un corte excelente para la carne picada, como la que se puede utilizar en esta receta de milhojas de carne picada y berenjenas. También son buenas opciones el solomillo y la cinta de lomo.

Cordero: si buscamos carnes magras, tampoco tenemos por qué renunciar al cordero. La clave está en elegir bien los cortes, además de un cordero más adulto, para seguir disfrutando de él. Después, podemos encontrar cortes magros en el brazo, la pierna y el lomo.

*El Confidencial, en colaboración con el Supermercado de El Corte Inglés, te presenta una serie de artículos con los que aprenderás a reconocer los mejores productos frescos de temporada, de proximidad y de la máxima calidad. También recetas saludables para poder llevar una dieta rica, nutritiva y llena de sabor.

Una opción para reducir la presencia de las grasas animales en la dieta es aumentar el consumo de aquellas carnes consideradas magras. Gracias a ellas, nuestro organismo recibe un aporte de proteínas de alta calidad sin los riesgos que pueden sobrevenir del consumo de un exceso de lípidos. Lo primero que debemos saber es que el término 'magro' significa "flaco o enjuto, con poca o ninguna grosura". Así lo define la RAE y esa es la característica esencial que debe tener una carne para poder ser considerada magra: un contenido muy bajo en grasa.

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