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Verduras poco conocidas para enriquecer cualquier dieta
  1. Nutrición
hortalizas diferentes y saludables

Verduras poco conocidas para enriquecer cualquier dieta

Aunque el surtido disponible en el mercado es muy amplio, aún hay un sinfín de variedades por descubrir con grandes propiedades nutricionales. Incluirlas en la despensa te aportará un extra de salud

Foto: Verduras más o menos desconocidas. (iStock)
Verduras más o menos desconocidas. (iStock)

Una de las recomendaciones más insistentes de los especialistas en nutrición es la ingesta diaria de cinco piezas de fruta y verdura. Un consejo acertado, pues los alimentos de hojas verdes son, en líneas generales, ricos en agua y fibra y generosos en micronutrientes de gran valor para nuestra salud, indispensables para la homeostasis -capacidad que tiene el organismo para el mantenimiento y la regulación de sus condiciones internas- y, por ende, para el correcto funcionamiento de innumerables funciones corporales.

Claro que, aunque los beneficios de las verduras están ampliamente extendidos, hay muchas personas que no son capaces de disfrutar de todas las bondades que ofrecen, sobre todo en su versión cruda. Por el contrario, otros muchos les han abierto las puertas de su despensa, tienen una presencia destacada en las preparaciones culinarias y, por ende, en sus mesas. Pese a que el abanico de verduras disponibles en el mercado es muy 'sui generis', puede acabar resultando monótono, poco atractivo e incluso aburrido. Afortunadamente, aún quedan una suerte de variedades por descubrir de gran valor culinario. Para los que quieran aportar un extra de color y sabor a sus platos, degustar propuestas diferentes o enriquecer su dieta, proponemos algunas alternativas.

Un surtido diferente y saludable

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Foto: iStock.

  • Colirrábano. Esta verdura, conocida en el resto de Europa como 'kohlrabi', es pariente de la col y del rábano, precisamente porque nació del cruce de ambas hortalizas. Tiene un sabor muy parecido al del brócoli, aunque su retrogusto es ligeramente más especiado. Su singular silueta esférica y abultada conlleva que muchos la comparen con el Sputnik. Al margen de esta curiosidad, lo cierto es que constituye una buena opción para aumentar la paleta de sabores y enriquecer la dieta. Se trata de una verdura hipocalórica, pues tiene 27 kilocalorías por cada 100 gramos, y posee una cantidad generosa de vitaminas A y C, calcio y magnesio. En la cocina admite múltiples posibilidades, aunque como mejor sabe es al horno o salteada con ajo.
  • Romanesco. Este híbrido entre la coliflor y el brécol no es nuevo en las verdulerías. De hecho, sabemos que se consumía en Italia durante el siglo XVI bajo el nombre 'broccolo romanesco'. Si lo buscas para incluirlo en la cesta de la compra, lo reconocerás al instante pues luce un aspecto llamativo e inconfundible. Destaca por una geometría fractal de sus protuberancias y un color verde intenso. Por lo que respecta a sus bondades nutricionales, despunta su alto contenido en vitamina C, fibra y carotenoides. Como mejor se aprovechan las propiedades de este vegetal es cociéndolo al vapor o consumiéndolo crudo. También se puede hacer en tempura, rehogado con ajos y pimentón, asado con sal y aceite de oliva o rebozado. Elaboraciones diferentes que aportarán un extra de sabor y color a tu dieta.

Las verduras son ricas en agua y fibra, y generosas en micronutrientes de gran valor para la salud

  • Apio nabo. Como su nombre sugiere, se trata de una variedad proveniente del apio común. Aunque de este vegetal también se aprovechan las hojas, lo realmente interesante es su raíz bulbosa y de grandes dimensiones, que puede llegar a medir entre los 10 y los 20 centímetros, y pesar cerca de un kilo. Asimismo, esta raíz constituye una magnífica opción para incluir en la despensa, pues está compuesta prácticamente de agua, por lo que carece de grasa y aporta pocas calorías, en concreto unas 42 por cada 100 gramos. Pero lo más destacado es su contenido en flavona, un compuesto químico al que se le atribuyen propiedades anticancerígenas. Por otra parte, el característico sabor dulce con retrogusto a perejil que presenta lo convierte en un ingrediente ideal para dar sabor a sopas, caldos e incluso estofados.
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Foto: iStock.

  • Boniato violeta. Este tubérculo es oriundo de Japón, donde se usa en la cocina desde hace miles de años. La apariencia exterior es igual a la del boniato convencional, pero su interior guarda una sorpresa: la pulpa, tal y como describe su nombre, es violeta. Este colorido pigmento es, además, un excelente aliado para prevenir el cáncer de colon, tal y como reveló un estudio realizado por la Universidad de Kansas en Estados Unidos. Pero las bondades de este vegetal no acaban aquí, pues es rico en antioxidantes y en minerales. Su sabor dulce lo convierte en un ingrediente ideal para incluir en elaboraciones reposteras o para acompañar piezas de carne y conferirles un contrapunto gustativo. También es una opción perfecta para aportar color a una ensalada o un puré de verduras.
  • Hoja de boniato. Esta hoja constituye una rica y saludable alternativa a las acelgas, las coles o las espinacas. A diferencia de estas, tiene un sabor menos amargo y su textura es más suave y aterciopelada, lo que la hace idónea para aportar cremosidad a purés y sopas. Consumida en crudo o cocida al vapor es como mejor se aprovecha el surtido de propiedades que contiene. Y es que esta verdura es rica en vitamina B6 y, además, aporta mucha micronutrición.

Una de las recomendaciones más insistentes de los especialistas en nutrición es la ingesta diaria de cinco piezas de fruta y verdura. Un consejo acertado, pues los alimentos de hojas verdes son, en líneas generales, ricos en agua y fibra y generosos en micronutrientes de gran valor para nuestra salud, indispensables para la homeostasis -capacidad que tiene el organismo para el mantenimiento y la regulación de sus condiciones internas- y, por ende, para el correcto funcionamiento de innumerables funciones corporales.

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