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Alimentos para que rindas en la cama durante el aislamiento
  1. Nutrición
la psicología juega un papel fundamental

Alimentos para que rindas en la cama durante el aislamiento

Somos lo que comemos… incluso en la cama. La falta de nutrientes o vitaminas no solo afecta a nuestra salud en general, sino también a nuestro buen desempeño y disfrute sexual

Foto: Foto: Unsplash/@nikilee.
Foto: Unsplash/@nikilee.

Una correcta alimentación mejora la calidad de vida de cualquier persona. Esta afirmación, en la que coinciden todos los expertos, tampoco es ajena al ámbito sexual, donde al descuidar este aspecto, además de entrar en juego factores estéticos –el sobrepeso provoca inseguridad, por ejemplo–, puede afectar a la correcta circulación, las hormonas o la fisiología, y por lo tanto, reduce o minimiza nuestro rendimiento en cualquier ámbito, también en la cama.

En este sentido, según explica Aitor Sánchez García, nutricionista del centro Aleris y colaborador de Boston Medical Group, para alcanzar una correcta vida sexual es imprescindible tener un buen estado nutricional porque “hay ciertos nutrientes que juegan un papel fundamental para las funciones sexuales del hombre. Si le falta alguno de los nutrientes o compuestos bioactivos, hay más opciones de que desemboque en problemas sexuales”.

“No hay alimentos afrodisiacos per se, sino rituales que nos estimulan, como podría ser una cena romántica"

Al igual que para rendir mejor en el plano cognitivo se necesitan nutrientes fundamentales, como por ejemplo ácidos grasos, omega 3 o minerales concretos, en el ámbito sexual existen vitaminas o minerales que no deben faltar para un mejor rendimiento.

Lo que no existen son productos alimenticios que potencien el deseo sexual. Tal y como señala Aitor Sánchez, “no hay alimentos afrodisiacos per se, sino más bien rituales que nos estimulan, como podría ser una cena romántica. Si verdaderamente funciona es porque está cargada de simbolismo. Igual ocurre con unas fresas, chocolate o las ostras, que no es que sean alimentos excitantes por sí mismos, lo son según el significado que queramos marcarle dentro de la rutina sexual”.

Cambio de hábito

Involucrar al paciente es esencial: “No se puede imponer objetivos que sean irreales o que surjan del personal sanitario, sino que tiene que partir desde el propio paciente. No podemos decirle ‘tienes que dejar de beber’ hay que llegar a un acuerdo y fijar una meta consensuada”, argumenta Aitor Sánchez.

placeholder Foto: Unsplash/@wikatun.
Foto: Unsplash/@wikatun.

Esto conlleva una conversación para conocer detalladamente si el paciente es consciente del alto consumo de ciertos alimentos que pueden ser perjudiciales, comprobar hasta dónde está dispuesto a cambiar y, sobre todo, con qué intensidad o regularidad lo llevaría a cabo: “Por ejemplo, hay quienes no quieren dejar los dulces, pero sí están abiertos a reducir considerablemente su consumo”, asegura el nutricionista.

Las necesidades de cada hombre son muy dispares, por lo que hay que llevar a cabo planes personalizados. Para ello, los profesionales buscan en primer lugar conocer desde el principio los objetivos del paciente: “Depende de muchos factores, como que no les guste cocinar, que tengan poco tiempo a la hora de comer o, en general, del contexto. Es ahí donde tenemos que profundizar desde el principio”.

placeholder Foto: Unsplash/@dylu.
Foto: Unsplash/@dylu.

En el caso del tratamiento combinado, se busca integrar toda esa información obtenida para un trabajo interdisciplinar completo, que incluye urólogos, sexólogos, nutricionistas, psicólogos y médicos generales: “Lo hacemos para tener siempre registros y poder informarnos mutuamente de los avances del paciente”, indica Aitor Sánchez. “Se muestran muy sorprendidos cuando llegan a la consulta de nutrición y les hacemos alusión a los resultados de su último entrenamiento y de los avances de su consulta psicológica”.

Por último, Aitor Sánchez hace un llamamiento a las instituciones para tratar de garantizar una buena salud general que repercutirá en una buena salud sexual: “La disfunción eréctil, por ejemplo, es un trastorno sexual que podría evitarse mejorando los hábitos de vida”.

Una correcta alimentación mejora la calidad de vida de cualquier persona. Esta afirmación, en la que coinciden todos los expertos, tampoco es ajena al ámbito sexual, donde al descuidar este aspecto, además de entrar en juego factores estéticos –el sobrepeso provoca inseguridad, por ejemplo–, puede afectar a la correcta circulación, las hormonas o la fisiología, y por lo tanto, reduce o minimiza nuestro rendimiento en cualquier ámbito, también en la cama.

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