Dieta sana, una prioridad para todos pero inaccesible para muchos
Hoy, en plena celebración de esta fecha, la pandemia de Covid-19 ha trastocado todos los planes. Aun así, no hay que pasar por alto que la calidad de lo que comemos es determinante para promover o prevenir muchas enfermedades
La Organización Mundial de la Salud conmemora hoy su Día Mundial de la Salud, una efeméride que cada año se centra en un aspecto relevante. En esta edición, el foco está en las enfermeras y en las matronas, que "están en la vanguardia de la lucha contra el Covid-19", la pandemia que ha focalizado la atención de todas las actividades mundiales.
Pero la alimentación es otro asunto prioritario para la máxima autoridad en materia de salud, que atribuye más de la mitad de la carga de morbimortalidad a situaciones derivadas de la alimentación, tanto por exceso como por defecto de alimentos.
"La gran revolución alimentaria y mundial ha convertido directamente los alimentos en una mercancía más"
La necesidad de promover estrategias que favorezcan el acceso a una dieta sana a la mayor parte de la población está en el germen de Justicia Alimentaria, una organización que nació hace tres décadas en la Universidad de Barcelona. Su prioridad es impulsar la producción local, influir en las políticas públicas e impulsar campañas ciudadanas que promuevan cambios sociales, especialmente en zonas más desfavorecidas.
Su director, Javier Guzmán, explica a Alimente que “en los últimos 30 años ha habido una gran revolución alimentaria y mundial, lo que ha convertido directamente los alimentos en una mercancía más y ha generado un tremendo poder en manos de grandes empresas”, tanto de los recursos (semillas, químicos, etc) como de los productos finales. El resultado es “el abaratamiento de los alimentos procesados y el encarecimiento de los alimentos frescos y naturales”, sostiene.
Alimentos bajo la lupa
Hace tres años, Justicia Alimentaria puso en marcha la campaña Veneno para abrir el debate público sobre la alimentación insana, en la que se pone bajo la lupa desde la calidad de los alimentos, los menús escolares y el consumo excesivo de comida. Un estudio desarrollado durante la campaña comprobó que el 44% de la población española no cuenta con una renta suficiente para pagarse una dieta sana. “Ni siquiera hablamos de una dieta ecológica o local, simplemente una que cumpla con la pirámide alimentaria”, enfatiza Guzmán.
“Somos el segundo país del mundo de obesidad infantil y el primero de la Unión Europea, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con tasas también muy altas (por encima del 50% de sobrepeso y obesidad) en la población adulta -afirma el director de Justicia Alimentaria-, con un enorme impacto en salud. Casi el 21% de las muertes evitables (unas 90.000) dependen directamente de cómo nos alimentamos; el 55% de las cardiopatías tienen un origen en la alimentación, el 35% de la diabetes o casi 35-40% de cánceres como los de estómago o colorrectal”.
El foco está puesto especialmente en los productos ultraprocesados, con contenidos excesivos de azúcar, la grasa, la sal, cuyo consumo en nuestro país es, según sostiene Guzmán, muy superior al recomendado por la OMS. Por tanto, “tenemos que cambiar este tipo de dieta y convertirla en una dieta más sana, más tradicional y más ligada realmente al territorio”.
Distancia y etiquetado
Otro asunto preocupante es la distancia que hay desde donde se produce el alimento hasta que llega a nuestras mesas y que, en algunos casos, es de miles de kilómetros. “Eso quiere decir que la huella ecológica es enorme. El 85% de los garbanzos son de fuera del país, importamos casi el 100% de la soja, fundamentalmente para piensos, etc”.
Guzmán defiende la producción nacional como una medida saludable para nuestro sistema productivo y para las condiciones laborales de quienes recolectan los alimentos en sus países de origen.
El sistema de etiquetado es otro aspecto sobre el que alerta este portavoz: “Necesitamos un sistema de etiquetado que sea claro y funcional y que, además, ayude al consumidor en la compra. Pedimos un etiquetado mucho más claro, tipo semáforo o tipo de noticias spot”.
La publicidad es otro punto mejorable en la búsqueda de una dieta sana para la mayoría de los ciudadanos, y Javier Guzmán denuncia el uso de reclamos como sano, tradicional y casero para captar la atención de los consumidores. Por ello, pide que se regulen estos mensajes y también los que apelan a ciertos nutrientes relacionados con la salud, como vitaminas o colesterol. Además, lamenta que se sigan produciendo “procesos especulativos” en torno a los alimentos.
Los más perjudicados con estas prácticas son “la salud humana y el medioambiente”. Por tanto, el director de Justicia Alimentaria sostiene que “para potenciar una alimentación saludable, un país debe allanar el camino hacia una transición ecológica de la producción y apostar y potenciar la agricultura y la ganadería local. Y también impulsar el consumo local”.
Su lista de propuestas también incluye el cambio de fiscalidad. “Aquellos alimentos que tienen un perfil nutricional más sano, que tengan un IVA cero, una promoción directa y una bajada de su precio para hacerlo más asequible al mayor número de población”, propone.
“No solo se trata de regulación, sino de un cambio de mentalidad y una política”, concluye.
La Organización Mundial de la Salud conmemora hoy su Día Mundial de la Salud, una efeméride que cada año se centra en un aspecto relevante. En esta edición, el foco está en las enfermeras y en las matronas, que "están en la vanguardia de la lucha contra el Covid-19", la pandemia que ha focalizado la atención de todas las actividades mundiales.