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Cómo te engañan con la vitamina B6
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No la necesitamos

Cómo te engañan con la vitamina B6

Las empresas tienen multitud de trucos para, de forma completamente legal, exagerar los beneficios y cualidades de sus productos. Este nutriente resulta ser su mejor aliado

Foto: Añadir pequeñas cantidades de este micronutriente tiene muchas ventajas (para la industria). (iStock)
Añadir pequeñas cantidades de este micronutriente tiene muchas ventajas (para la industria). (iStock)

“Ayuda a tus defensas”, “ayuda al correcto funcionamiento del sistema inmunitario”, “ayuda a disminuir al cansancio y la fatiga”, “contribuye al metabolismo energético normal”, “contribuye al funcionamiento del sistema nervioso”, “contribuye a la función psicológica normal”. Hemos escuchado estos eslóganes de manera incesante desde hace años. Todo producto que se considere ‘sano’ lo incluye en su publicidad. Pero ¿qué razones les asisten para usarlos? ¿Tal vez estar en posesión de un ingrediente especial y único difícil de encontrar en nuestra alimentación diaria? No, tan solo la vitamina B6.

Todo se debe al Reglamento de la Comisión Europea N.º 432/2012 del 16 de mayo de 2012. En él, se especifica qué declaraciones pueden utilizar las marcas a la hora de destacar las propiedades saludables de sus productos. En esta interminable lista podemos descubrir que todos los chicles sin azúcar están autorizados a decir que “neutralizan la placa ácida” o que “ayudan a mantener la mineralización de los dientes”. Eso solo la goma de mascar, el resto de micronutrientes que se incluyen en esta lista tienen propiedades que si nos fijásemos únicamente en lo que dice la Comisión Europea, parecerían procedentes de otro planeta.

"No se observan problemas de deficiencias de vitamina B6 en la población española”

En el caso específico de la vitamina B6, la treta es que solo hace falta que un alimento contenga un 15% de la cantidad diaria recomendada para que pueda utilizar estos eslóganes.

Sí, esto significa que si una empresa decide añadirle, artificialmente claro, 0,21 mg de B6 a su chuchería picapica, puede poner en el envase que “ayuda al correcto funcionamiento del sistema inmunitario”. Porque no es un alimento, que si no, una piedra con un poco de B6 espolvoreada por encima podría considerarse una comida saludable.

Y lo anterior no representa un problema en sí mismo: en efecto, los alimentos contienen nutrientes que sirven para ciertas cosas. Así que si una empresa añade esos nutrientes a sus productos está legitimizado el uso de esos eslóganes, ni más ni menos. El problema es que nadie nos dice: “Eh, que por el precio de esa bebida láctea (por la cual obtienes 0,21 mg de vitamina B6), puedes comprarte un kilo de garbanzos, que, según los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, contienen 5,3 miligramos”. Tampoco vemos anunciado en todos y cada uno de los plátanos de Canarias que “contribuyen al funcionamiento del sistema nervioso”.

placeholder Datos del consumo de vitamina B6. (Fuente: Informe ENIDE)
Datos del consumo de vitamina B6. (Fuente: Informe ENIDE)

Esto deja abiertas otras cuestiones, como por ejemplo: ¿tan necesitados estamos los españoles de vitamina B6? Gracias al informe ENIDE, elaborado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, sabemos que las autoridades sanitarias españolas “no observan problemas de deficiencias de esta vitamina en la población española”. No nos falta ni un solo miligramo de este micronutriente, por lo que aumentar su ingesta no cambiará absolutamente nada: nuestro sistema inmunitario ya funciona como debe.

Otros micronutrientes que sí tendrían sentido

Que nos vendan innecesariamente vitamina B6 parece estar fuera de lugar, y más si tenemos en cuenta que hay nutrientes que no obtenemos, ni de lejos, en cantidad suficiente. Este es el caso de la famosa vitamina D. El doctor Durántez, articulista de Alimente, dedicó una columna de opinión a la deficiencia de este micronutriente. En ella, especificaba que “la gran mayoría de mis pacientes presentan valores de vitamina D inferiores a los recomendados”. Esto, según el Reglamento Europeo anteriormente mencionado, podría significar que no estamos consiguiendo ninguno de los beneficios que tiene este nutriente: “Contribuir al funcionamiento normal de los músculos, al mantenimiento de los dientes, al mantenimiento de los huesos o a conseguir unos niveles normales de calcio en sangre”.

Foto: Todos estos alimentos son ricos en vitamina D. (iStock) Opinión

El doctor lleva razón: en el informe ENIDE anteriormente mencionado, “se advierte que la población española tiene ingestas deficitarias de vitamina D”.

placeholder Datos del consumo de vitamina D. (Fuente: Informe ENIDE)
Datos del consumo de vitamina D. (Fuente: Informe ENIDE)

Lo más curioso es que si se añade vitamina D a un alimento, la ley permite que la industria use el siguiente eslogan: “Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario”. Que la industria modifique sus políticas para, además de intentar vender más, contribuir a una mejor alimentación de la población ofreciéndole nutrientes que realmente necesita es lo mejor que nos podría pasar. A todos.

“Ayuda a tus defensas”, “ayuda al correcto funcionamiento del sistema inmunitario”, “ayuda a disminuir al cansancio y la fatiga”, “contribuye al metabolismo energético normal”, “contribuye al funcionamiento del sistema nervioso”, “contribuye a la función psicológica normal”. Hemos escuchado estos eslóganes de manera incesante desde hace años. Todo producto que se considere ‘sano’ lo incluye en su publicidad. Pero ¿qué razones les asisten para usarlos? ¿Tal vez estar en posesión de un ingrediente especial y único difícil de encontrar en nuestra alimentación diaria? No, tan solo la vitamina B6.

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