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Se acabó el debate: dos litros y medio de agua al día es la cantidad recomendada
  1. Nutrición
Ya no hay teoría que valga

Se acabó el debate: dos litros y medio de agua al día es la cantidad recomendada

La Unión Europea va con pies de plomo cuando se trata de hacer recomendaciones dietéticas, y al fin ha decidido cuánto líquido es necesario tomar al día para estar sanos

Foto: 2,5 litros de agua para los hombres adultos y haciendo deporte más. (iStock)
2,5 litros de agua para los hombres adultos y haciendo deporte más. (iStock)

Siempre ha habido mucho revuelo y discusión en torno a esta pregunta. Algunos dicen que dos litros, otros que tres, los más extremistas sostienen que para depurarnos deberíamos beber sin cesar, hasta alcanzar más de 5 litros de agua al día, y los más discretos defienden que bebamos solo cuando tengamos sed. El caso es que llevamos décadas viviendo de manera periódica la misma situación: primero, un experto o institución propone su teoría, por ejemplo que deberíamos beber menos; luego sale un informe que dice que estamos deshidratados, y de ahí pasamos a beber 4 litros de agua al día. Y vuelta a empezar.

Para abordar estos temas, se celebró en Bilbao el III Congreso Internacional y V Nacional de Hidratación, en el que multitud de expertos e instituciones aportaron sus puntos de vista. La conclusión, unánime, es que los españoles estamos poco hidratados.

"La ingesta adecuada para las mujeres adultas deberá ser de 2 litros de agua al día, y para los hombres, 2,5 litros"

Adoptar un marco de referencia oficial es importante, y por ello se ha recurrido a un papel olvidado (se publicó en 2010) de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). En él, la agencia comunitaria reunió a un equipo de expertos para que valorasen y estableciesen las pautas de hidratación adecuadas para la población general. "La ingesta adecuada para las mujeres adultas deberá ser de 2 litros de agua al día, y para los hombres, 2,5 litros al día. El panel recomienda la misma ingesta para ancianos que para los adultos". Pero matizan algo muy importante: no solo es agua el agua. La comida tiene humedad, un café o un refresco contienen este líquido. La misma EFSA lo aclara: "La ingesta total de agua debería incluir bebidas de todo tipo y la humedad de la comida". Por ejemplo, una sandía de tamaño medio puede pesar hasta cuatro kilos. El 95% de su peso es agua. Comiéndonos una cuarta parte ya habremos ingerido 1 litro, casi la mitad de lo que necesitamos.

Es importante destacar que la EFSA incluye ciertas variaciones en esta ingesta recomendada para determinados grupos de población, actividades físicas o temperaturas. Las embarazadas deberán ingerir "300 ml más al día que una mujer adulta normal, y las que den el pecho, 700 ml extra".

placeholder El 95% es agua. (iStock)
El 95% es agua. (iStock)

Por supuesto, es lógico que un sueco en enero no necesite tanto líquido como un manchego en agosto mientras da un paseo bajo el sol de las tres de la tarde. Por ello la agencia explica que "que dependiendo de las situaciones climáticas y la actividad física, la ingesta necesaria puede llegar hasta los 8 litros de agua al día".

La autoridad comunitaria también advierte de los riesgos de consumir demasiada agua, que no se limitan a estar hinchados y visitar el servicio cada dos minutos: "Las ingestas demasiado grandes de agua que superen la capacidad renal (cuyos valores máximos son de 1 litro de orina excretada por hora) pueden acarrear sufrir hiponatremia (valores demasiado reducidos de sodio en sangre) o intoxicación por agua con edema cerebral", nada deseable. ¿Que eso es impensable? Pues le pasó hace apenas dos años a una turista en Ámsterdam. Le dio un ataque de sed y se bebió dos litros de agua del tirón. La hiponatremia se la llevó por delante.

Siempre ha habido mucho revuelo y discusión en torno a esta pregunta. Algunos dicen que dos litros, otros que tres, los más extremistas sostienen que para depurarnos deberíamos beber sin cesar, hasta alcanzar más de 5 litros de agua al día, y los más discretos defienden que bebamos solo cuando tengamos sed. El caso es que llevamos décadas viviendo de manera periódica la misma situación: primero, un experto o institución propone su teoría, por ejemplo que deberíamos beber menos; luego sale un informe que dice que estamos deshidratados, y de ahí pasamos a beber 4 litros de agua al día. Y vuelta a empezar.

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