Una rica cena de Nochebuena: ¿cuántas calorías tiene en total?
A pesar de que este año la pandemia deja más de un asiento vacío, quien sí se pueda reunir con sus seres queridos disfrutará de un gran manjar. Pero todo lo bueno tiene un precio, en esta ocasión no solo económico, sino calórico
No es ningún misterio que Nochebuena es uno de los momentos más calóricos del año. Que el cava y el jamón sean prácticamente ilimitados es solo una pequeña parte del total. Seamos sinceros: solemos pegarnos un auténtico atracón, y este no suele ser a base de brócoli y acelgas, sino que las carnes de todo tipo (y sus grasas), los mariscos, el huevo y los hidratos de carbono también tienen una espectacular presencia. Y eso si dejamos de lado los dulces, una bomba calórica como ninguna otra.
Cada año nos convencemos a nosotros mismos de que, a fin de cuentas, es solo una noche y que su repercusión desaparecerá en poco tiempo. Pero la ciencia es clara: las calorías ingeridas o se gastan o se acumulan. Si no compensamos de forma casi inmediata, los langostinos y los embutidos pasarán a formar parte de nuestro tejido graso. Y esto, dejando al margen el hecho de que no se trata de una comida sana en términos nutricionales, ni por asomo. Por ello vamos a desglosar cuántas calorías tiene, en total, una 'buena' cena de Nochebuena:
El aperitivo
Rara vez esta celebración comienza justo a la hora de cenar, sino mucho antes. Mientras todavía están los encargados de cocinar con las manos en la masa (en ocasiones, de forma literal) se descorcha una botella y se corta un poco de jamón, porque es lo que hay que hacer. Supongamos que somos cautos y empezamos con mesura. Los 50 gramos de jamón van a caer, una o dos cervezas (o copas de vino) también, y no nos olvidemos de las 'regañás' que son el acompañamiento estándar. En total, y gracias a los datos proporcionados por la Base Española de Datos de Composición de Alimentos, sumaría:
- 50 gramos de jamón ibérico: 167 kcal
- 2 vasos de cerveza: 150 kcal
- 5 regañás: 100 kcal aproximadamente
En total, 417 kilocalorías antes, incluso, de sentarnos en la mesa. Una auténtica barbaridad.
La cena propiamente dicha
El momento de la verdad. Como es lógico, en cada casa se cena de forma diferente, pero hay clásicos ineludibles. No todo el mundo tiene para angulas, pero sí para unos langostinos. Un jarrete de ternera, un cabrito al horno o una pularda también son típicos. Además, no podemos olvidarnos de que el jamón sigue más que presente, así como una buena tortilla de patatas.
- 200 gramos de cordero: 446 kcal
- 80 gramos de langostinos: 88 kcal
- 80 gramos de tortilla de patatas: 150 kcal
- Dos copas de vino: 100 kcal aproximadamente
- Una copa de cava: 70 kcal
Es por esto que, a pesar de que cada casa (y cada persona) sea un mundo, es un escenario completamente imaginable que podamos ingerir durante la cena unas 1.021 kcal.
La verdadera trampa: las copas y el turrón
A la Navidad pertenecen, probablemente, los mejores dulces de la gastronomía típica española. No es de extrañar que los lineales de los supermercados cambien de la noche a la mañana llenándose de roscos de vino que compramos a granel, turrones, tortas imperiales, mazapanes... La lista es interminable. Pero después de una copiosa cena como esta, puede suponer lo siguiente:
- 2 polvorones: 280 kcal
- 50 gramos de turrón tipo alicantino: 243 kcal
- Un gintonic: aproximadamente 130 kcal
Esto supone que, siendo más que comedidos con los dulces, podremos estar ingiriendo hasta 653 kcal. Una auténtica barbaridad.
Hay que tener en cuenta que, aunque se ha propuesto una cena copiosa, es muy fácil consumir incluso más de lo que aquí se detalla. En total, 2.088 kilocalorías consumidas a altas horas de la noche, justo antes de irnos a dormir (el peor momento del día para hacer tal cosa). Sí, la cena de Nochebuena es una sobredosis de calorías. La parte buena es que, en la mayor parte de las ocasiones, merece la pena... y este año más.
No es ningún misterio que Nochebuena es uno de los momentos más calóricos del año. Que el cava y el jamón sean prácticamente ilimitados es solo una pequeña parte del total. Seamos sinceros: solemos pegarnos un auténtico atracón, y este no suele ser a base de brócoli y acelgas, sino que las carnes de todo tipo (y sus grasas), los mariscos, el huevo y los hidratos de carbono también tienen una espectacular presencia. Y eso si dejamos de lado los dulces, una bomba calórica como ninguna otra.