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Las albóndigas pueden arruinar el potencial anticanceroso del tomate
  1. Nutrición
Todo se debe al licopeno

Las albóndigas pueden arruinar el potencial anticanceroso del tomate

No es solo lo que comemos, sino también cómo lo comemos. Hay determinados nutrientes, fundamentales para nuestra salud, cuyas interacciones con otros pueden no ser tan sanas

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España no sería lo que es sin el tomate. Forma parte de gran parte de los platos más tradicionales (y ricos) que aportamos a la gastronomía internacional. Los producimos en inmensas cantidades. De hecho, según datos de la FAO, España es el octavo productor mundial y el segundo europeo detrás de Italia con 5.163.466 toneladas al año. Esta hortaliza puede ser una de las principales razones de que la dieta mediterránea sea la más sana que existe. Sus beneficios han sido ampliamente investigados y casi todos son fruto de la presencia de una sustancia llamada licopeno.

Esta molécula es un caroteno responsable de conferir ese intenso color rojo al tomate. A pesar de ser un caroteno, es importante indicar que no tiene actividad como vitamina A. Varios estudios científicos, como el publicado por los investigadores Britt M. Burton-Freeman y Howard D. Sesso, del Illinois Institute of Technology, en Estados Unidos, o el de Lucy E. Hacksaw-McGeagh, de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, han demostrado que el licopeno tiene la cualidad de reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer.

"Cuando los sujetos de estudio tomaron hierro, vimos una gran caída de la absorción de licopeno"

Un grupo de investigadores de la Ohio State University, encabezados por la profesora Rachel E. Kopec, hizo un descubrimiento no excesivamente bueno para nosotros: las albóndigas pueden echar por tierra los efectos beneficiosos de la salsa de tomate.

Para elaborar el trabajo científico, los investigadores analizaron el fluido gastrointestinal y la sangre de un grupo de estudiantes de medicina después de que algunos de ellos consumieran un batido de tomate, otros lo tomasen suplementado con hierro. Los niveles de licopeno en el segundo grupo de estudiantes eran mucho menores, por lo que, a fin de cuentas, había una cantidad más baja de esta sustancia para ser utilizada por el cuerpo.

"Cuando los sujetos de estudio tomaron hierro con su comida, observamos una gran caída de la absorción de licopeno a lo largo del tiempo", explica Rachel Kopec. Aunque el trabajo se realizó haciendo uso únicamente de suplementos, la científica aclara lo que implicarían estos resultados: "Esto podría significar que cada vez que una persona consuma alimentos ricos en licopeno y hierro, como una salsa boloñesa, probablemente solo esté consiguiendo la mitad del licopeno que obtendría tomando el tomate solo".

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Por supuesto, el consumo de hierro en la dieta es fundamental. Su carencia es la principal causa de anemia en el planeta. Esta enfermedad provoca que nuestros glóbulos rojos pierdan la capacidad de transportar oxígeno a las células de nuestro cuerpo. Según la Organización Mundial de la Salud, el 25% de la población mundial sufre esta afección. Pero eso no significa que no podamos esperar entre comidas para intentar, dentro de lo razonable, evitar el consumo simultáneo de licopeno y hierro para mejorar nuestra nutrición.

Propiedades extra del licopeno

Los carotenoides, en general, son sustancias producidas por las plantas que otorgan pigmentos rojizos, amarillentos y naranjas en los vegetales. El licopeno es una de ellas, y se encuentra en cantidades considerables en el tomate, la sandía, la granada o las cerezas. Los efectos anticancerosos de esta molécula se han descrito, principalmente, para tres tipos diferentes: el de próstata, el de pulmón y el de piel.

Además, se han constatado propiedades antioxidantes de esta molécula. Esto significa que tiene la capacidad de prevenir el daño oxidativo que las 'especies reactivas del oxígeno' pueden causar en nuestras células. Una de esas secuelas es la alteración del ADN celular, o lo que es lo mismo, una mutación.

"La nutrición puede jugar un papel importantísimo en la prevención de enfermedades, pero es importante que sepamos los detalles de cómo afecta a nuestra salud la forma en la que comemos", remarca Kopec.

España no sería lo que es sin el tomate. Forma parte de gran parte de los platos más tradicionales (y ricos) que aportamos a la gastronomía internacional. Los producimos en inmensas cantidades. De hecho, según datos de la FAO, España es el octavo productor mundial y el segundo europeo detrás de Italia con 5.163.466 toneladas al año. Esta hortaliza puede ser una de las principales razones de que la dieta mediterránea sea la más sana que existe. Sus beneficios han sido ampliamente investigados y casi todos son fruto de la presencia de una sustancia llamada licopeno.

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