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6 motivos de peso por los que el pomelo tiene que estar en tu dieta
  1. Nutrición
UN CÍTRICO RICO EN AGUA

6 motivos de peso por los que el pomelo tiene que estar en tu dieta

El 90% es agua, algo que no solo resulta muy útil para adelgazar, también lo es para mantener estables los niveles de insulina y enfermedades como la diabetes

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El pomelo es uno de los cítricos menos populares en nuestro país, debido en parte a la hegemonía de otras frutas como la naranja, el limón o la mandarina. Este grupo de alimentos es sumamente apreciado por su alto contenido en vitamina C, un nutriente que participa en multitud de funciones del cuerpo como, por ejemplo, la absorción del hierro, la protección del sistema inmunitario, la conservación de los vasos sanguíneos y el tejido conectivo o el desarrollo de las neuronas, entre otras.

Una serie de propiedades que el pomelo, como cítrico que es, también posee. Sin embargo, estos no son los únicos beneficios que nos invitan a incluirlo con más asiduidad en nuestra dieta. Sin ir más lejos, se trata de una fruta que apenas tiene 40 calorías, aproximadamente; es rica en minerales como el potasio y el magnesio, incluye ácido fólico en su composición, además de carotenoides antioxidantes y vitaminas B2, B1 y A. Eso sí, si hay una característica que destaca frente al resto es la proporción de agua que posee: un 90% de su composición. ¿Qué ventajas podemos disfrutar gracias a esta combinación de nutrientes? ¿Debe ser el pomelo la nueva fruta estrella de nuestra alimentación?

Comer pomelo para fortalecer el corazón

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Los flavonoides, otro de los nutrientes esenciales del pomelo, suelen tener un efecto positivo sobre uno de los órganos más importantes del cuerpo humano: el corazón. ¿Esto que significa? Que el consumo de pomelo puede mejorar la circulación y potenciar el músculo cardiaco, favoreciendo así el funcionamiento del mismo. Además, influye directamente sobre otras afecciones relacionadas con este músculo como, por ejemplo, el colesterol y los triglicéridos, regulando sus niveles y fortaleciendo así el sistema circulatorio.

Complemento en la pérdida de peso

Su escaso aporte calórico y la gran cantidad de agua que incluye pueden ser grandes aliados en la pérdida o el mantenimiento de un peso saludable. Es cierto que sus funciones no van a resultar milagrosas, pero sí pueden actuar como un complemento adicional a una alimentación equilibrada y una rutina de ejercicio diaria. Estos efectos han sido demostrados por múltiples estudios, como el realizado por el Centro de Investigación Scripps, en Estados Unidos. Los miembros de la muestra que tomaron pomelo fresco durante el análisis presentaron después una reducción significativa de los niveles de glucosa y una mayor pérdida de peso respecto al resto de participantes.

Para mejorar la visión

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Tal y como hemos visto anteriormente, el pomelo tiene importantes cantidades de betacarotenos, unos pigmentos que pertenecen al grupo de los carotenoides y que disfrutan de propiedades antioxidantes. Estos no solo retrasan el envejecimiento y previenen el estrés oxidativo, también protegen nuestra vista de las enfermedades que pueden perjudicarla como, por ejemplo, aquellas relacionadas con la edad: las cataratas y la degeneración macular.

Gran aliado de las articulaciones

El ácido salicílico es otro de los nutrientes que lideran la composición del pomelo y que más beneficios puede aportar a nuestro organismo. Entre ellos, destaca su trabajo en la descomposición del calcio inorgánico que se acumula en las articulaciones y los cartílagos, causa principal de la artritis, una enfermedad que genera síntomas tan incómodos como el dolor y la rigidez de las articulaciones, la hinchazón, el enrojecimiento y la disminución de la amplitud de movimiento. Así, el consumo de pomelo puede reducir su presencia en el organismo, manteniendo a raya dicha afección. Además, el ácido salicílico actúa como antiinflamatorio, exfoliante de las células de la piel y regulador de la oleosidad, es decir, la grasa de la piel.

Para mantener a raya el estreñimiento

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Como complemento a su papel en la pérdida de peso, el pomelo también puede prevenir el estreñimiento gracias a su aporte de fibra y agua. Este remedio natural, que suele consumirse a modo de zumo, también promueve esa regularidad tan necesaria en el sistema digestivo, mejorando como consecuencia la digestión y la absorción de nutrientes y provocando un efecto saciante que nos puede ayudar a no picar entre horas. Por su parte, la fibra cumple con sus funciones habituales dentro del organismo, como aumentar el volumen de las heces y facilitar su expulsión, reducir los niveles de colesterol circulante, aumentar el número de bacterias beneficiosas o evitar la diverticulosis, una enfermedad que se caracteriza por la presencia de divertículos en el aparato digestivo.

¿Reduce también el riesgo de ictus?

Tal y como expone la Asociación Americana del Corazón, el consumo de pomelo y otros cítricos podría reducir considerablemente el riesgo de ictus isquémico en las mujeres, es decir, la obstrucción de una arteria cerebral como consecuencia de la formación de un coágulo; u otros accidentes cerebrovasculares similares. Unos datos que en 2016 fueron corroborados en la Reunión Anual de Neurología en Estados Unidos y que apuntan directamente a la presencia de vitamina C en su composición.

El pomelo es uno de los cítricos menos populares en nuestro país, debido en parte a la hegemonía de otras frutas como la naranja, el limón o la mandarina. Este grupo de alimentos es sumamente apreciado por su alto contenido en vitamina C, un nutriente que participa en multitud de funciones del cuerpo como, por ejemplo, la absorción del hierro, la protección del sistema inmunitario, la conservación de los vasos sanguíneos y el tejido conectivo o el desarrollo de las neuronas, entre otras.

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