Los berros tienen más calcio que la leche y 15 vitaminas esenciales
No son una elección frecuente en casa, pero deberían serlo. Este alimento contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales o, dicho de otro modo, aquellos que no podemos fabricar por nosotros mismos, sino que debemos comer
Ahora que nos llenamos la boca de kale, aguacate y bimi, alimentos que ni de lejos identificarían nuestros abuelos o bisabuelos, conviene retomar uno de nuestros clásicos. Sí, hablamos de los berros, cuyo palmarés nutricional no tiene nada que envidiar a estos llamados superalimentos. De hecho, poseen más calcio que la mismísima leche. Sin embargo, es posible que solo conozcáis los berros de oídas, pues cada vez los empleamos menos en la cocina, aunque empiezan a reclamar de nuevo toda nuestra atención. Hemos de recalcar que es uno de los vegetales más antiguos que consume el ser humano.
Por cierto, los españoles más versados en esta verdura probablemente sean los canarios, donde es muy típico el potaje de berros. Para el resto, vamos a ver si logramos enmendar la tremenda injusticia que estamos cometiendo.
Estamos ante una verdura que cuenta con parientes tan insignes como la col, la coliflor, el brécol, el nabo y el rábano. Todas ellas pertenecen a la familia de las crucíferas. El Nasturtium officinale, que es su nombre latino, crece en las fuentes, en los riachuelos y en las aguas frías y limpias a la orilla de los arroyos, aunque también puede ser cultivado. En España no contamos con grandes zonas -aunque Canarias es toda una excepción-, pero en países como Italia, Francia, Dinamarca, Inglaterra o Bélgica sí que es posible encontrar numerosos campos, además también se puede ver cómo crece de forma silvestre.
Más calcio que la leche
Los berros poseen quince vitaminas esenciales, además de infinidad de minerales. Así, desbancan a la leche en contenido en calcio y presentan más vitamina C que las naranjas. Este último dato fue de suma importancia para el navegante y explorador británico James Cook, quien logró que su tripulación saliera ilesa del azote del escorbuto -una terrible enfermedad causada por la carencia de vitamina C- gracias en parte a los berros. En concreto, los incluyó en la dieta de sus marineros en un viaje de circunnavegación en 1768, donde con una provisión de semillas logró hacerlos crecer en mantas húmedas. Tanto es así que en Alemania se la conoce como la planta del escorbuto. Las particularidades de su rápido crecimiento, pues se recoge a los dos o tres días después de su germinación, supuso una ventaja para estas expediciones.
El explorador James Cook empleó en 1768 semillas de berro para luchar contra el escorbuto
También los antiguos peregrinos del Camino de Santiago recurrían a los berros para paliar las dolencias consustanciales del caminante: inflamaciones, dolores producidos por el reuma, grietas de la piel y otras heridas. Los berros, además, nos aportan vitamina A -también conocida como retinol-, manganeso, zeaxantina, luteína, riboflavina, niacina, vitamina B6, tiamina y ácido pantoténico. En definitiva, todo un alarde de vitaminas que no pasa inadvertido para expertos horticultores como Frank Vansimpsen, de la empresa Sint-Lucie, que cultiva berros en Bélgica, quien considera que estamos ante el vegetal más saludable del mundo. Su sabor también puede resultar curioso, pues nos sorprende con notas de picor, un punto de dulzor y evocaciones a la mostaza. Bajo esta premisa, ¿cuáles son las variedades más comunes?
- Berro mastuerzo: es el que más abunda.
- Berro de fuente o de agua: es considerado el más nutritivo.
- Berro cocleacia: presenta sus hojas en forma de cuchara y, además, crece de forma silvestre en Europa central y septentrional.
- Berro de invierno: su cultivo es habitual en Francia y otros países de Europa.
Tampoco falta el estudio de marras que nos lleva a sacralizar los berros. En concreto, una investigación de la Universidad de Southampton (Inglaterra) concluye que estos podrían ayudarnos a frenar el crecimiento de pólipos cancerígenos en las mamas, gracias a una sustancia llamada feniletil isotiocianato. Sin embargo, las mujeres con embarazos incipientes deben moderar su ingesta. Así, aunque pueden comer sin preocupación, no deben excederse en su consumo.
Con semejantes antecedentes, seguramente nos apetecerá una ensalada de berros, un sándwich con este vegetal -como suelen consumirlo los ingleses- o incluso un potaje tan típico de Canarias. No obstante, lo más adecuado para no perdernos ni uno solo de sus componentes es comerlo crudo o al vapor. Podemos convertir los berros en uno de nuestros indispensables gracias a platos sencillos y ricos como el que sigue. Toma nota de esta receta de sándwich de huevo duro con berros que puede resultar ideal para una comida en casa, el táper del trabajo o una salida campestre. No en vano, es todo versatilidad.
Ingredientes
- 4 huevos duros
- 4 cucharadas de mayonesa
- 4 cucharadas de hojas de berro
- 2 cucharadas de mantequilla con sal
- 8 rebanadas de pan integral de caja
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
En primer lugar, pelamos los huevos, los picamos y los aplastamos un poco con un tenedor. Los mezclamos con la mayonesa y el manojo de berros. Después, salpimentamos al gusto. A continuación, untamos el interior del pan con mantequilla y agregamos la mezcla. También podemos añadir atún o mostaza a este emparedado que goza de gran popularidad en Inglaterra, que es la tierra que lo vio nacer.
Ahora que nos llenamos la boca de kale, aguacate y bimi, alimentos que ni de lejos identificarían nuestros abuelos o bisabuelos, conviene retomar uno de nuestros clásicos. Sí, hablamos de los berros, cuyo palmarés nutricional no tiene nada que envidiar a estos llamados superalimentos. De hecho, poseen más calcio que la mismísima leche. Sin embargo, es posible que solo conozcáis los berros de oídas, pues cada vez los empleamos menos en la cocina, aunque empiezan a reclamar de nuevo toda nuestra atención. Hemos de recalcar que es uno de los vegetales más antiguos que consume el ser humano.