No todo es oliva: estos son los aceites que más te harán disfrutar
El zumo puro de la aceituna no tiene parangón, eso es indiscutible, pero hay otras grasas que también merecen que reparemos en ellas, pues nos brindan excelentes cualidades
El universo de los aceites se ha complicado sobremanera. A la ya de por sí compleja elección del aceite de oliva, repleta de variedades, orígenes y tipos de extracción, se incorporan ahora nuevos productos que hasta hace unos años resultaban inconcebibles para el consumidor: aceite de lino, de nuez, de semillas de calabaza, de argán y hasta de aguacate. ¿Cómo elegir correctamente? ¿Nos estamos perdiendo algo por recurrir siempre al excelente pero clásico aceite de oliva? Dado que el panorama se ha enriquecido y casi todas son opciones muy saludables, probablemente nuestra querida oliva no se ofenderá en exceso si, en alguna ocasión, la dejamos de lado y la reemplazamos por otra clase de aceite. Pero antes vamos a conocerlos en profundidad, todos ellos lo merecen.
Aceite de sésamo
Un vistazo a su perfil nutricional nos sirve para hacernos una idea de tan encomiable producto: un 15% de grasas saturadas, un 42% de ácido oleico y un 43% de ácido graso omega 6, además de numerosas vitaminas del grupo B como tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, piridoxina y ácido fólico. ¿En qué se traduce todo esto? Pues en multitud de beneficios para nuestra salud como mejorar el estado de ánimo, reducir el riesgo de alzhéimer o conservar en perfecto estado la función cognitiva. Además, también nos puede ayudar a controlar la glucosa y velar por la salud cardiaca y renal.
Aceite de aguacate
Era cuestión de tiempo que la industria alimentaria se percatara de que el aguacate también puede hacer carrera en el mundo de los aceites. Una de las empresas en estrenar este nicho de mercado fue Mercadona, que dio la campanada el año pasado colocando este producto en sus lineales. Aunque ahora mismo os parezca que fueron ellos los inventores, dada su popularidad, hay que remontarse al año 2006 para conocer el primer aceite de aguacate del mundo. La marca responsable se hace llamar Olivado y desarrolló su producto a partir de la pulpa fresca y madura de los aguacates de Nueva Zelanda. Sus usos son inmumerables: ensaladas, horneados, adobos y para aderezar platos de verduras y pescados.
Además, entre sus nutrientes destacan el ácido oleico, las vitaminas A, E y varias del grupo B, y numerosos antioxidantes. Esta combinación neutraliza el envejecimiento de las células de la piel, ayuda a reducir el colesterol LDL y aumentar el HDL, previene diversos problemas oculares y puede actuar como interventor vascular.
Aceite de argán
Dicho aceite goza de gran reputación en el mundo de la cosmética, pero también se ha ganado un hueco en la alimentación, aunque es cierto que hallamos ciertas diferencias entre el aceite empleado para los rituales de belleza y aquel que finalmente se destina al consumo humano. Por ejemplo, el primero es un aceite que se obtiene de la almendra del argán en crudo, mientras que para la otra variedad conviene tostarla ligeramente antes de prensarla y obtener el preciado jugo, pues de esta manera se mejora su sabor. Eso sí, ni su alto precio ni sus características lo hacen recomendable para freír, lo mejor es consumirlo en crudo sobre ensaladas o pescados. Es rico en ácidos grasos saturados, vitamina E, que nos protege de los radicales libres, y esteroles, muy poco comunes en otros aceites vegetales, pero con propiedades antitumorales.
Aceite de semillas de lino
También llamado aceite de linaza, este producto se obtiene de las semillas de lino, muy empleadas desde la antigüedad y con un sabor similar al de las nueces. Incluso en la actualidad disfruta de un gran éxito gracias a los nutrientes que forman parte de su composición, especialmente los ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9, que ejercen como protectores del sistema cardiovascular y la visión, estimulan el sistema inmunológico, mejoran la salud de la piel y contribuyen a eliminar el nivel de colesterol LDL de la sangre, entre otras funciones.
Aceite de nuez
Las nueces son de por sí un excelente alimento, pues nos proporcionan omega 3, vitaminas del grupo B y minerales y oligoelementos como el magnesio, el fósforo, el hierro y el zinc. Aunque este fruto seco ya se ha ganado de sobra nuestra confianza, quizás algunos necesiten pruebas adicionales de su valía. En concreto, según informa un estudio elaborado por la Universidad de Scranton, en Pensilvania, este ingrediente no tiene parangón: “Las nueces se encuentran por encima de los cacahuetes, las almendras, los pistachos y otros frutos secos. Un puñado de nueces contiene casi el doble de antioxidantes que la misma cantidad del resto de frutos secos, pero, por desgracia, la gente no come muchas nueces”. Cualidades que también comparte con su aceite.
Aceite de semillas de calabaza
El aceite procedente de las semillas de calabaza presenta un repertorio nutricional de suma riqueza. El ácido oleico u omega 9, el ácido linolénico u omega 3, las vitaminas A, E y K, los flavonoides, la fibra y minerales como el zinc, el selenio, el hierro, el magnesio y el potasio son solo algunas de las sustancias que lo convierten en un alimento muy completo cuya ingesta redunda en salud. Ayuda a eliminar la retención de líquidos, mantiene las uñas y el cabello más fuertes, combate el estreñimiento, regula los niveles de insulina y resulta muy beneficioso para proteger el hígado, entre otras funciones.
El universo de los aceites se ha complicado sobremanera. A la ya de por sí compleja elección del aceite de oliva, repleta de variedades, orígenes y tipos de extracción, se incorporan ahora nuevos productos que hasta hace unos años resultaban inconcebibles para el consumidor: aceite de lino, de nuez, de semillas de calabaza, de argán y hasta de aguacate. ¿Cómo elegir correctamente? ¿Nos estamos perdiendo algo por recurrir siempre al excelente pero clásico aceite de oliva? Dado que el panorama se ha enriquecido y casi todas son opciones muy saludables, probablemente nuestra querida oliva no se ofenderá en exceso si, en alguna ocasión, la dejamos de lado y la reemplazamos por otra clase de aceite. Pero antes vamos a conocerlos en profundidad, todos ellos lo merecen.
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