Este es el mejor desayuno para perder mucha grasa visceral
La obesidad central es una grave amenaza para la salud porque aumenta el peligro de sufrir enfermedades cardiovasculares. La dieta es fundamental para controlarla, y algunos alimentos, como el café y el pan, tienen un marcado efecto reductor
El desayuno es, quizá, la comida del día de la que más se habla: que si es la más importante, que si está sobrevalorado, que desayunar bien ayuda a adelgazar y hasta a sacar buenas notas. Lo cierto es que necesitamos desayunar para rellenar las reservas energéticas del organismo después del ayuno nocturno, eso lo sabemos porque nos lo repiten hasta la saciedad, y a pesar de todo, cometemos muchos errores en esta comida, que se resumen en que es insuficiente.
Tomar café en el desayuno disminuye la grasa visceral un 25%, pero si se añade también pan, la pérdida es del 45%
No todo es negativo: el 85% de la población española desayuna todos los días, con una calidad entre buena y aceptable el 66%; más de la mitad come pan (uno de los alimentos incluidos en las recomendaciones sobre cómo debe ser el desayuno saludable) y el 61% toma café, como recoge el informe 'Estado de situación del desayuno en España', elaborado por la Fundación Española de la Nutrición. Y esta radiografía es positiva porque, según una investigación publicada en la revista 'Nutrients', desayunar café y pan reduce la grasa visceral, una disminución que es superior al 45%. La importancia del hallazgo es que esa grasa que rodea los órganos internos, y que puede no ser visible, se relaciona con alteraciones metabólicas (diabetes, hiperlipemia), enfermedad cardiovascular y cáncer.
Buenas compañías
Para este estudio, un equipo de investigadores del Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Kioto seleccionó a 3.539 adultos sanos para desentrañar la relación que existe entre tomar café y té verde y la grasa visceral. Para las dos bebidas, existe suficiente evidencia científica de que ejercen un efecto positivo sobre la obesidad y el riesgo cardiovascular. El café contiene más de mil componentes, ente ellos cafeína y polifenoles, como el ácido clorogénico. El té verde también tiene cafeína y catequinas, y ambas bebidas aumentan el gasto energético y disminuyen la ingesta, por lo que pueden ser reguladoras del peso corporal.
Sin embargo, lo sorprendente de este trabajo es que ha encontrado que el consumo diario de café está asociado a una disminución del 25% de la obesidad visceral y una reducción del 29,4% del síndrome metabólico, y “por el contrario, la ingesta diaria de té verde no mostró una asociación significativa con una menor obesidad visceral ni síndrome metabólico”, aseguran los autores en su artículo. Y otro dato importante: el efecto reductor del café se da cuando se toma más de una taza al día.
La pérdida de grasa asociada al café se acentúa, hasta alcanzar el 45%, cuando la bebida se acompaña de pan, una relación para la que los investigadores no encuentran una explicación consistente. Un estudio dirigido por Luis Serra-Majem, del Instituto de Salud Carlos III y publicado en el 'British Journal of Nutrition', halló que disminuir el consumo de pan blanco, no de pan integral, se asocia con un menor aumento de peso y un menor aumento de grasa abdominal. Pero en los participantes en el estudio de la Universidad de Kioto se desconoce el tipo de pan que comieron, pero sí se ha constatado que afecta a la acumulación de grasa visceral.
Los epidemiólogos japoneses añaden que es difícil predecir por qué comer pan a la hora del desayuno reduce la prevalencia de la obesidad visceral y el síndrome metabólico, pero "es probable que la elección del pan sea un factor en el consumo general de café".
Limitaciones
Persisten dudas sobre los mecanismos que subyacen a ese beneficio sobre el riesgo metabólico, aunque tal vez respondan a un efecto antiinflamatorio del café. En cualquier caso, los propios autores admiten que su estudio tiene limitaciones que deben corregirse en otros trabajos futuros, como que las ingestas de nutrientes consideradas se tomaron en función de las respuestas ofrecidas en un cuestionario por los participantes; por lo tanto, "no se midieron los volúmenes reales de consumo, la ingesta total de energía, el azúcar en el té verde o el café u otro consumo de alimentos, el tipo de de pan y la presencia de cafeína".
Tampoco se hicieron mediciones de cafeína, catequinas o polifenoles de las muestras de sangre de los participantes, "lo que puede haber ayudado a explicar algunos cambios en los parámetros cardiometabólicos". Por último, y no menos importante, la muestra estudiada solo incluyó participantes sanos.
A pesar de todo, el mensaje de los autores es claro: "La selección de una dieta simple y basada en la evidencia es un índice significativo y fácil de entender para la promoción de la salud pública en la población en general.
El desayuno es, quizá, la comida del día de la que más se habla: que si es la más importante, que si está sobrevalorado, que desayunar bien ayuda a adelgazar y hasta a sacar buenas notas. Lo cierto es que necesitamos desayunar para rellenar las reservas energéticas del organismo después del ayuno nocturno, eso lo sabemos porque nos lo repiten hasta la saciedad, y a pesar de todo, cometemos muchos errores en esta comida, que se resumen en que es insuficiente.