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Estudio EsNuPi: los niños españoles necesitan más Omega 3 DHA y reducir las grasas saturadas
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SALUD INFANTIL

Estudio EsNuPi: los niños españoles necesitan más Omega 3 DHA y reducir las grasas saturadas

La investigación pone de relieve las carencias nutricionales de la población infantil y la necesidad de mejorar la ingesta de los nutrientes relacionados con la salud ósea

Foto: Foto: iStock.
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La calidad de la alimentación de los niños en España es una de las mayores preocupaciones de pediatras, padres y nutricionistas, especialmente si tenemos en cuenta las elevadas tasas de obesidad y sobrepeso infantil, en las que tanto la actividad física como la alimentación juegan un papel clave. Los cambios sociales y familiares de las últimas décadas han propiciado una modificación de los hábitos de vida y alimentarios de los niños y, en muchas ocasiones, un abandono del saludable patrón de la dieta mediterránea.

En este contexto, resulta especialmente interesante el estudio EsNuPi, que supone una radiografía del contexto nutricional de los niños españoles y pone de relieve las carencias y necesidades de nuestra población infantil. Publicado en la revista internacional ‘Nutrients’ y llevado a cabo por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), se trata de la investigación más reciente sobre alimentación infantil.

Los objetivos del estudio, que ha contado con la participación de más de 1.500 niños y niñas de entre uno y diez años, son determinar los hábitos de alimentación, actividad física y sedentarismo en la población infantil española, así como evaluar la influencia de factores familiares, sociales y personales Todo esto puede aportar datos útiles para identificar posibles problemas, además de desarrollar programas de intervención a nivel de salud pública.

¿Cómo comen los niños españoles?

El documento 'Principales hallazgos del Estudio EsNuPi' nos da una serie de pistas acerca de la actual realidad de la alimentación de nuestros pequeños:

  • Ingesta adecuada de energía: según revela el estudio, los carbohidratos son los macronutrientes que más contribuyen a la ingesta energética total. La principal fuente de energía en los pequeños son la leche y los productos lácteos, seguidos por los cereales, la carne y los productos cárnicos. De acuerdo con datos del Estudio EsNuPI, el 84% de la población general infantil cumple con las recomendaciones de energía, mientras que los consumidores de leches infantiles enriquecidas lo alcanzan en un 93,4%.
  • Más proteínas de las recomendadas: la contribución energética procedente de las proteínas es superior a la recomendada por las autoridades internacionales de referencia. En este sentido, merece la pena destacar que los niños que consumen leches infantiles enriquecidas se ajustan mejor a las recomendaciones de proteínas.
placeholder Foto: Freepik.
Foto: Freepik.
  • La paradoja de las grasas: con respecto a las grasas, nos encontramos con que hay un exceso en el consumo de las totales, pero, al mismo tiempo, carencias en las más saludables: tal y como señala el estudio, la población infantil española no alcanza las recomendaciones para ácidos grasos insaturados. Es decir, se consumen demasiadas grasas saturadas (menos saludables), pero pocos ácidos grasos monoinsaturados, presentes sobre todo en el aceite de oliva, y poliinsaturados Omega 3, presentes en el pescado.
  • ¿Y el DHA?: según revela la investigación, tres de cada cuatro niños españoles de entre uno y diez años no toman la cantidad diaria recomendada de DHA (≥ 100 mg/día), aunque aquellos que consumen leches infantiles enriquecidas se acercan más a la ingesta recomendada (20 mg/día vs 90 mg/día), ya que ingieren 4,5 veces más Omega 3 DHA que la población infantil general.

Papel de la leche y los productos lácteos

La leche y los productos lácteos son la principal fuente de todos los nutrientes implicados en la salud ósea, especialmente el calcio y vitamina D. Dos o más raciones de leche al día contribuyen a alcanzar ingestas de calcio y vitamina D por encima de la media.

En el estudio EsNuPi se ha visto que la mayoría de los niños españoles de entre uno y diez años no alcanzan las recomendaciones de ingesta de vitamina D, esencial para un correcto crecimiento y desarrollo. Se trata de un problema generalizado, si bien se observa que la cantidad de vitamina D ingerida es entre dos y tres veces mayor en los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas (72,8% vs. 37,8%).

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Foto: Pexels.

Por otra parte, los niños españoles también necesitan aumentar las ingestas de calcio y magnesio. La ingesta del primero se encuentra por debajo de las recomendaciones en los niños de cuatro años o más. Y tan solo los niños de uno a cuatro años ingieren las cantidades adecuadas de magnesio, fundamentalmente gracias a la leche, principal fuente de este mineral.

En conclusión...

De todo el estudio se desprenden tres necesidades. En primer lugar, mejorar la ingesta de los nutrientes relacionados con la salud ósea; en segundo, reducir la ingesta de grasas saturadas; y finalmente, aumentar la ingesta de grasas poliinsaturadas, como el ácido graso Omega 3 DHA.

Para ello, una buena opción que se plantea es la del consumo de leches enriquecidas, ya que suponen una manera cómoda y sencilla de incorporar tanto el calcio como la vitamina D (relacionados con la salud ósea), así como el ácido graso Omega-3 DHA, disminuyendo así el déficit de estos nutrientes en la alimentación infantil.

La calidad de la alimentación de los niños en España es una de las mayores preocupaciones de pediatras, padres y nutricionistas, especialmente si tenemos en cuenta las elevadas tasas de obesidad y sobrepeso infantil, en las que tanto la actividad física como la alimentación juegan un papel clave. Los cambios sociales y familiares de las últimas décadas han propiciado una modificación de los hábitos de vida y alimentarios de los niños y, en muchas ocasiones, un abandono del saludable patrón de la dieta mediterránea.

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