La carne vuelve a estar en el punto de mira: ¿y ahora qué?
Unos defienden que es perjudicial para la salud y el medioambiente y otros destacan las bondades de sus nutrientes y el hecho de que es un alimento básico
Desde que el pasado mes de julio el ministro de Consumo, Alberto Garzón, publicase un vídeo pidiendo a los españoles que consumieran menos carne “para proteger su salud personal y la del planeta”, y en el que denunció que “la ganadería supone a nivel mundial -según la FAO- el 14,5% de las emisiones de gases invernadero responsables del calentamiento”, el eterno debate que lleva en pie unos años sobre el consumo de carne se volvió a encender.
"Hay cientos de ganaderos que hacen perfectamente su trabajo con los animales y respetan el medioambiente", apunta Gustafson
A favor, los que defienden sus propiedades nutricionales, la cultura gastronómica y el trabajo de los ganaderos. En contra, los que denuncian que el consumo de carne es perjudicial para la salud humana y el planeta, y defienden la vida de los animales y la alimentación 'plant-based'. Este término engloba una dieta basada principalmente en el consumo de alimentos vegetales. Es decir, que contenga frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos, semillas, etc.
Pues bien, para hacer una radiografía de todos los puntos de vista, El Confidencial ha querido hablar con Niklas Gustafson, experto en nutrición y cofundador de Natruly, quien defiende y apoya el consumo de carne animal, sobre todo la de caza, pero con un modelo de ganadería sostenible; y, por otro lado, con Pablo Alcolea, CEO y cofundador de Vegan Food Club, un servicio online de comida a domicilio 100% vegana, quien apuesta por reducir el consumo de carne animal en pro de una alimentación 'plant-based' tanto por salud como para preservar lar sostenibilidad del planeta.
La industria cárnica y la desinformación
Los porqués de la existencia de los detractores del consumo de carne tienen que ver con la desinformación y con temas económicos, según Gustafson. “Durante años nos han dicho que la pirámide nutricional correcta era la que tenía como base los hidratos de carbono (pan, pasta, arroz…) y que debíamos consumir en menor medida frutas, verduras, grasas y proteínas; esto mismo nos está pasando ahora con el tema de las carnes”, explica el CEO de Natruly.
En este caso, prosigue, “el asunto cambia un poco y hay dos tendencias diferenciadas: hay quienes no comen carne porque sencillamente opinan que no deben morir animales para que las personas nos alimentemos y están los que no lo hacen porque piensan que la carne que consumimos está siendo adulterada por una industria cárnica que coloca el beneficio económico por delante de la salud de las personas”.
El experto en nutrición también denuncia que “parte de la industria, con el único fin de aumentar los beneficios, ha implementado modelos que no solo perjudican a los animales, sino que suponen un perjuicio para las personas”. Sin embargo, lamenta que se meta a todos en el mismo saco y que “únicamente se hable de una parte del sector que no lo está haciendo bien, cuando la realidad es que hay cientos de ganaderos que hacen perfectamente su trabajo con los animales y respetan el medioambiente durante todo el ciclo”.
Consumo carne vs. dieta 'plant-based'
Una de las preocupaciones que comparten algunos defensores del consumo de carne es que, en palabras de Gustafson, “muchas personas deciden no tomar carne por razones sin fundamento y sin pararse a pensar en las consecuencias que tiene para su cuerpo dejar de consumir este tipo de nutrientes tan beneficiosos para el organismo”. Y alerta de que “hay nutrientes de origen animal que no se encuentran presentes en otros grupos de alimentos, como el colágeno y la vitamina B12”.
Por su parte, el cofundador de Vegan Food Club recalca que, aunque no quieren adoptar una postura radical en contra del consumo de carne ni quieren dar “sermones a nadie”, cree que reducir su consumo “sería lo más óptimo a la larga para el país, tanto por salud como para el planeta”. Y defiende que “una alimentación más 'plant-based' conlleva una presión sanguínea más baja, menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad o diabetes de tipo 2, e incluso menor probabilidad de sufrir ciertos tipos de cáncer”. En este tipo de alimentación se reducen “al máximo los alimentos de origen animal sin excluirlos de manera estricta”, según Alcolea.
“El hecho de cambiar de una alimentación predominantemente carnívora a una más 'plant-based' tiene un enorme impacto en el planeta. Creemos firmemente que un pequeño cambio de comportamiento en un gran número de personas puede realmente cambiar el mundo. Un reciente estudio de la Universidad de Oxford concluye que tener una dieta vegana es la manera más efectiva de bajar la huella de carbono de un consumidor medio, reduciéndose esta hasta un 73%”, explica Alcolea.
Sin embargo, coincide también con Gustafson en que “las personas que no consumen carne, incluso si son flexivegetarianas, pueden sufrir algún déficit de vitamina B12, calcio, vitamina D, zinc y ácidos grasos omega-3 de cadena larga, por lo que, en estos casos, será necesaria la suplementación de estos nutrientes”.
Aunque defiende que “con los conocimientos adecuados, tomando la suficiente cantidad de proteínas de origen vegetal y con la suplementación correcta, el adulto medio puede llevar una dieta 100% 'plant-based' sin ninguna clase de problemas, al contrario, tendrán un menor riesgo de sufrir ciertas enfermedades”, sostiene el CEO de Vegan Food Club.
Todos a favor de la carne de calidad y ecológica
Otro punto en el que coinciden Alcolea y Gustafson tiene que ver con la importancia de consumir carne de calidad. Concretamente, en cuanto al abuso en el consumo, Alcolea opina que puede ir asociado a mayores concentraciones sanguíneas de colesterol, mayor riesgo de enfermedad cardiaca, hipertensión y diabetes mellitus tipo 2. Y, de acuerdo con Gustafson, recalca que “por eso es tan importante que la carne sea de la mejor calidad posible y, a poder ser, con certificado ecológico”.
Por su parte, Gustafson insiste en la importancia de mirar el etiquetado y de priorizar la calidad y el cuidado de toda la cadena de producción de los alimentos, especialmente en las carnes. “Es crucial que consumamos carne con certificación de calidad que garantice que el animal ha recibido el trato adecuado, que nos indique qué tipo de alimentación ha tenido y, en definitiva, fomentar la trazabilidad de los productos alimentarios, porque pasan directamente a nuestro organismo y de ellos depende, en buena medida, nuestra salud, ¿no es esta razón lo suficientemente importante?”, apunta Gustafson.
El CEO de Natruly recomienda aumentar en la medida de lo posible el consumo de carne de caza, ya que defiende que así es como la comían nuestros ancestros. “Al ser salvaje, siempre estará menos adulterada con hormonas y antibióticos, y es mucho más rica nutricionalmente hablando que las carnes comunes. En España se consume sobre todo conejo, faisán, ciervo, jabalí, perdiz, liebre, corzo… Y esto hace que nuestra dieta sea mucho más variada y no nos limitemos siempre al mismo tipo de carne”, afirma.
Además, insiste en que estas carnes tienen muchos beneficios para nuestro organismo: son más magras (una ración de venado nos aporta 22 gramos de proteína, por ejemplo); tienen un alto contenido en grasas omega-3; son ricas en hierro, y cuentan con grandes cantidades de zinc y vitaminas del complejo B.
Los animales y sostenibilidad, otro de los puntos
“Pese a la creencia contraria, los animales, sobre todo la vaca, la cabra y el cordero, son de vital importancia para ayudar a la sostenibilidad del planeta. Si usamos un terreno (campo) no válido para la agricultura para criar estos animales, podemos conseguir que la tierra sea más productiva. Esto se debe, por un lado, a las ventajas del consumo de carne criada en el campo (no en instalaciones cerradas) y, por otro, a que las heces de los animales abonan la tierra de forma natural. Así se puede hacer más fértil un terreno estéril”, defiende el CEO de Natruly.
“Los datos hablan por sí solos: que haya más de 75 millones de vegetarianos y veganos en Europa no es casualidad”, apunta Alcolea
Por su parte, Alcolea explica que, además de la salud, hay una conciencia cada vez más generalizada sobre “las deficiencias del sistema alimentario actual y del impacto que su consumo tiene sobre el planeta”. Es una consciencia social que se ha desarrollado en los últimos 40 años y que “es crucial para darle la vuelta al mayor reto de nuestra generación, el cambio climático”. Y es contundente: “Los datos hablan por sí solos: que haya ya más de 75 millones de vegetarianos y veganos en Europa no es casualidad”, añade.
Si te gusta la carne, esta es tu recomendación
En palabras de Gustafson, lo malo normalmente no es “la categoría o el animal del que procede una carne, sino el tratamiento que ha recibido”, ya que de ello depende la calidad de la misma. Sin embargo, subraya la importancia de desmitificar que las carnes magras son las más sanas. “Lo ideal es consumir carnes grasas de buena calidad, como un chuletón de vaca. La grasa es fundamental para aportar a nuestro cuerpo energía duradera, de calidad y con alto valor biológico, debido principalmente a su alto contenido en ácidos grasos cardiosaludables, que además son vehículo de vitaminas liposolubles como la A”, señala.
En este aspecto, recomienda consumir algunas como estas:
- Cerdo. “La mitad de su grasa es ácido oleico que ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”, explica el experto en nutrición.
- Vísceras como el hígado. Son ricas en vitaminas del grupo A (también conocidas como retinol), importantes para el mantenimiento de las mucosas y de la piel, para la formación de huesos y dientes y para favorecer la buena vista.
- Pollo. “Lo mejor es tomarlo con piel, que es donde reside la grasa”, dice.
- Carne poco hecha (steak tartar, carpaccios, etc). “La carne cruda en general conserva todas las proteínas, minerales y vitaminas, siempre y cuando conozcamos de dónde procede para evitar enfermedades; también te reto a ingerir sangre cruda, la mayor fuente de hierro hem que existe”. Aunque alerta de que la carne picada no siempre es 100% carne, ya que se añaden aditivos varios, espesantes, cereales o incluso vegetales para dar más consistencia. "Si proviene de un carnicero de confianza y elegimos la pieza, mejor”, sostiene.
Si eres vegano o vegetariano, esta es tu recomendación
Alcolea cree que poco a poco la creencia de que un vegano solo se alimenta a base de ensaladas está cambiando. "Este cambio de conciencia se debe a la implementación de nuevas propuestas en nuestra gastronomía (que ya era rica en platos basados en verduras y legumbres), como es el caso de la comida india o de Oriente Medio, que son históricamente más veganas", asegura.
El CEO de Vegan Food Club afirma que “esta alimentación debe de ser variada y equilibrada nutricionalmente para que su aporte sea óptimo y así evitar posibles déficits. Una de las ideas más importantes que rodea este movimiento es priorizar los alimentos 'reales', que sean frescos y no se encuentren manipulados por parte de la industria alimentaria como los procesados y ultraprocesados que son consumidos diariamente por la población”.
Por lo tanto, “la dieta ideal 'plant-based' sería la formada mayoritariamente por vegetales de temporada y productos locales con la intención de reducir la producción, el envasado, el transporte y el consumo de alimentos de procedencia animal, ya que contribuyen a problemas ambientales”.
Desde que el pasado mes de julio el ministro de Consumo, Alberto Garzón, publicase un vídeo pidiendo a los españoles que consumieran menos carne “para proteger su salud personal y la del planeta”, y en el que denunció que “la ganadería supone a nivel mundial -según la FAO- el 14,5% de las emisiones de gases invernadero responsables del calentamiento”, el eterno debate que lleva en pie unos años sobre el consumo de carne se volvió a encender.