Dime qué nutritipo tienes y te diré qué debes comer para no enfermar
Actividad física, alimentación, edad y genética permiten dibujar el retrato robot de alguien para predecir su riesgo de sufrir problemas de salud y modularlo con lo que come. La nutrición de precisión es una apuesta de medicina preventiva
La influencia de la alimentación en la salud (y en la pérdida de esta) es incuestionable pero, confirmando el refrán de que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, el confinamiento ha demostrado que un sistema inmune fuerte permite sobrellevar mejor las consecuencias derivadas de la falta de movilidad, luz y sol, y cómo la robustez de la inmunidad depende en buena medida de la dieta.
Más importante aún es el papel que tiene la alimentación en los enfermos de covid-19, si bien hay que aclarar que es una influencia indirecta. "En esta pandemia, las personas obesas han tenido más riesgo vital: el 75% de los enfermos en las UCI eran obesos y la mortalidad ha sido alta en pacientes con problemas inflamatorios ligados a enfermedades cardiovasculares", describe Alfredo Martínez, catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra. Es decir, la nutrición está detrás de la obesidad y de muchos problemas cardiovasculares.
"La nutrición personalizada emerge como un asunto público y una herramienta de prevención para futuras pandemias"
Así pues, la nutrición, y concretamente la nutrición personalizada, que implica conocimientos de genética, de alimentación, de actividad física y antecedentes familiares y personales de un individuo, emerge como un asunto público y una herramienta de prevención para futuras pandemias (incluidos rebrotes del covid-19). "Ahora la tarea de los científicos de nutrición es ver cómo hay que alimentarse personalizadamente en función de las características propias de cada consumidor, y esto implica relacionar la salud individual con actitudes de salud pública general", expone Martínez.
Personalización avanzada
La clave para unir lo general con lo particular está en hacer un plan de nutrición 'personalizada' a gran escala en el que convivan circunstancias nutricionales y metabólicas diferentes. Para ello, el Instituto IMDEA Alimentación ha puesto en marcha un gran estudio para determinar los nutritipos que se dan en España y, a partir de estos, emitir recomendaciones concretas para cada uno de ellos.
Alfredo Martínez, promotor de esta iniciativa y director del Programa de Nutrición de Precisión y Salud Cardiometabólica de IMDEA Alimentación, detalla a Alimente los pasos de la estrategia: "A partir de un cuestionario individual, caracterizamos cuatro o cinco nutritipos: diabéticos tipo 1 o 2, obesos tipo pera (acumulación de grasa en las extremidades inferiores) o manzana (obesidad abdominal propia de los varones), obesos con colesterol alto o no, etc. Lo que pretendemos es avanzar en la personalización, es decir, alguien no es solo obeso por el peso sino por la distribución de la grasa en el cuerpo", y el resultado determinará las recomendaciones precisas que hay que ofrecer para ese nutritipo".
Por eso, durante tres meses se pudo acceder a ese cuestionario (anónimo) que recogía preguntas sobre edad, sexo, actividad física, sueño, enfermedades y hábitos alimenticios. Al finalizar el formulario, el participante recibe un informe individual con sus condiciones de peso (si es el adecuado o no), de nutrición, de actividad física y el riesgo de enfermedades relacionadas con la nutrición. En total, los investigadores de IMDEA Alimentación aspiran a contar con 5.000 cuestionarios, y con los resultados dar a conocer los nutritipos identificados y promover acciones preventivas en materia de salud pública.
Nutrición de precisión
El trabajo se enmarca en la llamada nutrición de precisión, que adecúa la ingesta a las necesidades específicas del individuo, incluyendo interacciones nutrigenéticas -la genética de una persona condiciona la respuesta a un alimento, por ejemplo, en la hipercolesterolemia familiar- y nutrigenómicas -cómo responden los genes a una determinada alimentación-. Desde la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), como IMDEA Alimentación, llega el mensaje de que "la medicina personalizada será imprescindible para reforzar el sistema inmunológico y prevenir este tipo de enfermedades transmisibles y para que los enfermos se puedan recuperar en las mejores condiciones".
Modular el riesgo a padecer una enfermedad a través de la nutrición es posible a gran escala, pero todavía quedan aspectos en los que hay que avanzar, sobre todo genéticos. Por ejemplo, "para la obesidad se han descrito cien genes y para la diabetes más de cien, pero conocer el papel regulador de cada uno de ellos va a llevar un tiempo", admite el catedrático. Se trata, pues, de analizar la interacción entre los genes promotores y los protectores, e interpretar (mediante bioinformática) esas relaciones.
Alfredo Martínez es optimista y asegura que para la nutrición de precisión "falta menos de lo que se cree", y defiende que "el futuro es la nutrición de precisión, que implica aspectos personales de cada individuo pero en sentido muy amplio, no solo genéticos, sino también fenotípicos (manifestaciones observables y características de cada individuo)".
Cereales e inmunidad
El Día Nacional de la Nutrición de 2020 -el 28 de mayo- eligió el lema 'Vayamos al grano' para reivindicar el papel de los cereales en la salud del sistema inmune. Este nutriente recoge muy bien la esencia de la nutrición de precisión, en su vertiente nutrigenética (por ejemplo, los celiacos no pueden tomar gluten) o nutrigenómica (su contenido en hidratos de carbono exige a los diabéticos tener cuidado en su ingesta).
Los nutricionistas sostienen que hay que estar preparados para futuras emergencias de salud pública, por lo que subrayan que "medidas proactivas en materia de nutrición de precisión son necesarias, basadas en la definición de una estrategia de prevención, que permita contrarrestar las infecciones con un estado de salud óptimo, desde el punto de vista de la inmunidad".
La influencia de la alimentación en la salud (y en la pérdida de esta) es incuestionable pero, confirmando el refrán de que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, el confinamiento ha demostrado que un sistema inmune fuerte permite sobrellevar mejor las consecuencias derivadas de la falta de movilidad, luz y sol, y cómo la robustez de la inmunidad depende en buena medida de la dieta.
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