Ni uvas ni acelgas: así debe ser la alimentación en los primeros 1.000 días de vida
Es uno de los periodos clave para el desarrollo de multitud de órganos y muchas veces no sabemos cuáles son los alimentos recomendables. Te lo contamos
Si estás leyendo esto, enhorabuena. Quizás acabes de ser papá o mamá o tienes un bebé cerca, eso siempre es bueno. Los primeros meses de vida de un bebé conforman una de las etapas más cruciales para su desarrollo tanto a nivel físico como psicológico.
Como sabéis, la alimentación en la infancia es una pieza clave para el futuro ya que toda la educación y los hábitos que se adquieren se reproducen en la edad adulta. Por este motivo, fomentar una alimentación saludable y variada evitará muchos problemas futuros de salud.
Por eso, os traemos los alimentos y hábitos a evitar para que los bebés establezcan una relación buena, saludable y divertida con la comida en sus primeros 1.000 días de vida de la mano de Roots Mindfoodness, marca de alimentación infantil.
Nitritos y azúcares, enemigos
Uno de los principales quebraderos de cabeza entre las familias es saber qué alimentos debemos alejar del bebé por ser perjudiciales para su salud a corto y largo plazo. Por eso, según Roots Mindfoodness, es mejor que los más pequeños no prueben las espinacas, borrajas y acelgas. “Estas hortalizas contienen nitritos que pueden causar metahemoglobinemia en los bebés. Las algas tampoco son recomendables por su alto contenido en yodo”, alertan.
La marca de alimentación infantil también recomienda que no se tomen ni café, ni té, ni zumos, aunque sean caseros. “Aunque es una de las bebidas más consumidas por los pequeños, los jugos no pueden tratarse como sustituto de la fruta natural, puesto que pierden toda la fibra en el proceso de elaboración y suponen un alto consumo de azúcares libres perjudiciales para el bebé”, señalan. También deben evitarse las tortitas y bebida de arroz debido a su alto contenido en arsénico, aunque podemos darles otras bebidas vegetales como la de avena.
Cuidado con el metilmercurio y plomo
“Los mariscos y pescados de gran tamaño, como el atún o el emperador, se convierten en un peligro para los bebés”, aseveran desde Roots Mindfoodness. Su principal inconveniente es que contienen grandes cantidades de metilmercurio, un metal pesado que puede llegar a ser dañino para el sistema nervioso y el cerebro.
"Los edulcorantes nos impiden educar su paladar", Roots Mindfoodness
Otro de los productos que no deben incluirse en el menú de los más pequeños es la carne de caza. “Este tipo de alimento contiene plomo, un componente que puede causar graves consecuencias en el desarrollo del bebé. Además, cualquier carne y pescado poco hecho, así como embutidos o vísceras, también encabezan el listado de alimentos que debemos evitar a nuestros bebés”, explican.
Los condimentos como azúcar, sal, edulcorantes o cualquier endulzante son ingredientes que suponen un riesgo para su salud, como el posible botulismo por el consumo de miel. “Además, nos impiden educar su paladar, porque si se acostumbran a esos sabores tan dulces luego rechazarán alimentos saludables como las verduras”, añaden desde la empresa.
Tener en cuenta la textura y el tamaño
Aunque muchos alimentos son saludables por su composición, es importante tener en cuenta que su formato y textura no son para el bebé. "Esto ocurre con aquellos alimentos pequeños y redondos, ya que tienen un alto riesgo de atragantamiento debido a su forma y textura", apuntan desde la empresa. Algunos ejemplos son los tomates cherry, las uvas, los frutos secos o cualquier otro elemento de este tamaño. Lo mismo ocurre con los ultraprocesados como caramelos, galletas o incluso patatas fritas, que pueden suponer un riesgo de atragantamiento; por ello es mejor evitarlos.
Por otro lado, la fruta deshidratada entera, como pasas u orejones, o bien las verduras crudas, como las zanahorias, podemos cocinarlas al vapor o incluso triturarlas para introducirlas en papillas. Por último, los frutos secos y semillas enteras son una opción muy buena para introducir grasas saludables y omega-3, “pero con el fin de evitar cualquier peligro es recomendable prepararlas en cremas como el tahini, una modalidad que actualmente se encuentra en auge entre los menús infantiles”, concluyen.
Si estás leyendo esto, enhorabuena. Quizás acabes de ser papá o mamá o tienes un bebé cerca, eso siempre es bueno. Los primeros meses de vida de un bebé conforman una de las etapas más cruciales para su desarrollo tanto a nivel físico como psicológico.