Hay más alergias graves a alimentos y un principal culpable
Las reacciones alérgicas causadas por la comida se han triplicado en dos décadas. Los jóvenes y los niños son los grupos más afectados y, frecuentemente, el cacahuete, las nueces y la leche de vaca están detrás de los episodios más graves
Intolerancia y alergia a los alimentos son problemas cada vez más frecuentes en la sociedad actual. Aunque popularmente tendamos a equipararlos, su trascendencia clínica es muy diferente. La intolerancia provoca, sobre todo, síntomas digestivos que, aunque muy molestos, habitualmente no son graves. Por el contrario, una reacción alérgica se acompaña de erupciones cutáneas, picores, vómitos, tos, dificultad respiratoria o desmayos, y puede ser muy grave y potencialmente mortal.
En el mundo hay más de 520 millones de personas con alergia alimentaria, de los que dos millones están en España (la mayoría son niños, pero el 3% son adultos).
La Fundación Seguridad Alimentaria y Prevención de Alergias (FSA) señala que la alergia alimentaria es la principal causa de anafilaxia en los niños de 0 a 14 años, y que en los últimos diez años han aumentado siete veces los ingresos hospitalarios por reacciones graves, un importante incremento que confirma un artículo publicado en el 'Bristish Medical Journal', firmado por científicos del prestigioso Imperial College de Londres.
Buceando en los registros
Los registros hospitalarios en Reino Unido revelan que, en los últimos 20 años, los ingresos por una reacción anafiláctica causada por alimentos se han triplicado. La buena noticia es que, en ese tiempo, las muertes debidas a ese gravísimo cuadro se han reducido a la mitad. Ahora, la cuestión es determinar si, efectivamente, cada vez habrá más anafilaxia por alergia a alimentos.
Para estudiar a fondo este asunto, los investigadores del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College han examinado los datos correspondientes a las admisiones por anafilaxia de causa alimentaria y no alimentaria en los años 1998 y 2018, y han analizado las tendencias temporales y la distribución por edad, además de comparar las muertes informadas.
En ese periodo de tiempo, hubo más de cien mil ingresos por anafilaxia, de los que un 30% se calificaron como de causa alimentaria. Los casos pasaron de 1,23 por 100.000 personas al año en 1998 a cuatro casos en 2018, lo que corresponde a un incremento anual del 5,7%. Los aumentos más fuertes (del 6,6%) se produjeron entre los menores de 15 años, seguidos de la franja que va de 16 a 59 años (donde la subida de casos fue del 5,9%), y a partir de 60 años, el crecimiento fue discreto (2,1%).
Las muertes por anafilaxia inducida por alimentos en las dos décadas fueron 152, y ajustando las defunciones y los ingresos, la tasa de letalidad pasó del 0,7% en 1998 a 0,2% en 2018.
Los alimentos más mortales
Los autores del artículo difundido por el 'BMJ' han identificado claramente los alimentos que aparecen con más frecuencia detrás de las reacciones mortales: el 46% (86 fallecimientos) fueron por cacahuetes y nueces, y en los niños en edad escolar, el 26% de las muertes (17) por leche de vaca.
Los investigadores alertan: "La leche de vaca se identifica cada vez más como el alérgeno culpable de las reacciones alimentarias mortales, y ahora es la causa más común de anafilaxia fatal en los niños”. Una vez detectado el peligro, "se necesita más educación para resaltar los riesgos específicos que presenta la leche de vaca para las personas alérgicas y aumentar la conciencia entre las empresas alimentarias".
La importante reducción de la mortalidad se puede explicar, por una parte, debido al mayor conocimiento sobre las reacciones anafilácticas y, por otro lado, por un aumento del 336% de la prescripción de los autoinyectores de adrenalina.
A pesar del importante avance experimentado en el control de la anafilaxia alimentaria, los científicos subrayan la necesidad de hacer más estudios que permitan despejar las causas de la mayor vulnerabilidad de la población más joven para actuar en consonancia y disminuir aún más la cifra de muertes.
Intolerancia y alergia a los alimentos son problemas cada vez más frecuentes en la sociedad actual. Aunque popularmente tendamos a equipararlos, su trascendencia clínica es muy diferente. La intolerancia provoca, sobre todo, síntomas digestivos que, aunque muy molestos, habitualmente no son graves. Por el contrario, una reacción alérgica se acompaña de erupciones cutáneas, picores, vómitos, tos, dificultad respiratoria o desmayos, y puede ser muy grave y potencialmente mortal.
- ¿Mejor yogur griego o normal? La proteína marca la diferencia Ángeles Gómez
- La solución sencilla para la alergia al cacahuete Juan Montagu
- ¿El nuevo remedio contra las alergias alimentarias? Patricia Matey