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¿Funciona la dieta japonesa de agua templada para adelgazar?
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Datos científicos

¿Funciona la dieta japonesa de agua templada para adelgazar?

Encontrar un 'disuelvegrasas' es el sueño de miles de personas que aspiran a deshacerse de los kilos de más. Y una de las promesas más recientes relaciona el líquido vital con el país de mejor reputación con un resultado cuestionable

Foto: Foto: iStock.
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El mundo de las dietas para adelgazar es un fascinante muestrario de propuestas, la inmensa mayoría de ellas carentes de aval científico, lo que no les impide utilizar términos habituales en química, como dieta alcalina, del pH o disociada, y hasta se atreven a justificar su eficacia con argumentos pseudocientíficos.

Las dietas basadas en el agua son, habitualmente, bien recibidas. ¿Quién va a recelar de un régimen basado en este elemento imprescindible para la supervivencia de los seres vivos? Propuestas hay muchas y van desde beber agua en ayunas hasta tomar agua con limón y bicarbonato o simplemente la dieta del agua.

La dieta consiste en beber 5 vasos de agua del tiempo en ayunas y comer en 15 minutos dejando pasar al menos 2 horas sin tomar nada

Una de las dietas que está ganando posiciones es la japonesa del agua templada, y la verdad es que suena bien, porque une el líquido por excelencia y Japón, que es el país con mejor reputación, según Future Brand Country Index, un panel que mide la percepción global de 75 países diferentes.

¿En qué consiste?

La propuesta es beber cuatro o cinco vasos de agua a temperatura ambiente todas las mañanas en ayunas y dejar pasar 45 minutos antes de ingerir cualquier alimento sólido (los primeros días se beben uno o dos vasos de agua, para ir aumentando la cantidad progresivamente hasta llegar a cinco). El resto del día hay que beber la cantidad normal del agua según la sensación de sed que sienta cada persona.

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Foto: Unsplash/@linusmimietz.

En cuanto a la comida, hay que restringir la ingesta a solo 15 minutos seguidos y dejar pasar, al menos, dos horas antes de tomar algo más. Se puede comer lo que se quiera, eso sí, siempre que sean alimentos saludables, y los defensores aseguran que los beneficios se notan a las pocas semanas, unos efectos que llegan, dicen, a mejorar la salud intestinal, evitar el estreñimiento y reducir el riesgo de diabetes e hipertensión.

Lo que dice la ciencia

Muchos investigadores se han preguntado si beber agua realmente adelgaza. Una de las publicaciones más recientes es la de un equipo de la Universidad Autónoma de Baja California (México) que examinó cerca de 3.000 artículos sobre este asunto. La conclusión fue que beber agua se asocia a una pérdida de peso del 5%, un resultado que, sin embargo, no es lo suficientemente concluyente como para respaldar la evidencia de que beber agua adelgace, como contamos en Alimente.

Otro argumento en contra de esta llamada dieta japonesa del agua templada es que ocurra una sobrehidratación (beber mucha agua en poco tiempo), lo que acarrea el riesgo de que caiga el nivel de sodio en la sangre, provocando hiponatremia, un trastorno que causa dolor de cabeza, vómitos, convulsiones y coma en casos muy graves. Aunque es raro que una persona sana, con un perfecto funcionamiento de los riñones, presente hiponatremia por beber excesivamente, la recomendación es no beber más de cuatro vasos a la hora, que es la cantidad de líquido que pueden filtrar los riñones sanos.

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Foto: Unsplash/@janasabeth.

Así pues, hay suficiente información sobre la escasa eficacia del agua por sí sola para adelgazar, aunque si se acompaña de restricción calórica (comer menos), sí que es útil en programas de pérdida de peso. Un estudio norteamericano publicado en 'Obesity' avala la eficacia de beber agua potable para adelgazar, un efecto que se debe a sustituir bebidas azucaradas (con más carga energética) por agua.

Para terminar de desmontar esta dieta milagro, limitar la ingesta de alimentos a periodos de 15 minutos impide que las señales de saciedad lleguen hasta el cerebro, lo que lleva a ingerir más calorías. Por el contrario, y por esta razón entre otras, comer despacio ayuda a no engordar.

En definitiva, la solución al exceso de peso no pasa por beber agua, ni del grifo ni en ayunas ni con limón. El agua sí es muy buena y siempre en el contexto de una dieta saludable y actividad física como un estilo de vida mantenido durante años. Esa sí es la receta definitiva para adelgazar.

El mundo de las dietas para adelgazar es un fascinante muestrario de propuestas, la inmensa mayoría de ellas carentes de aval científico, lo que no les impide utilizar términos habituales en química, como dieta alcalina, del pH o disociada, y hasta se atreven a justificar su eficacia con argumentos pseudocientíficos.

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