Espirulina, kale o bimi: los superalimentos que son saludables (pero no milagrosos)
Estas son algunas de las comidas que prometen mejorar nuestra calidad de vida. Claro que, aunque tienen una alta densidad nutricional, no son la panacea para todos los males. Estas son sus auténticas propiedades
Cada cierto tiempo, salen al mercado nuevos 'superalimentos' que destacan por su gran potencial nutritivo, porque son ricos en antioxidantes, vitaminas o grasas saludables. Sirvan como ejemplo las bayas de goji, el kale, la moringa, la quinoa, la leche de coco, el polvo de espirulina o la chía. Han irrumpido en los lineales de los supermercados como opciones prácticamente imprescindibles para mantener una 'superalimentación', proporcionar un aumento de la calidad de vida y aportar un sinfín de beneficios adicionales. Cualidades que además son potenciadas por campañas de marketing o 'leyendas urbanas'.
Sin embargo, aunque aportan un extra de salud, estos 'superalimentos' no hacen milagros, tal y como advierte la OCU. Según este organismo, este tipo de alimentos enriquecen la alimentación y comparten propiedades nutricionales, siempre y cuando formen parte de una dieta sana, variada y equilibrada. Es decir, no curan enfermedades ni aumentan el rendimiento físico y mental por sí solos.
Asímismo, la OCU advierte que el consumidor a menudo incluye este tipo de productos en el carro de la compra instado por el reclamo publicitario de las marcas que los comercializan. Claro que, en realidad, se trata de una maniobra de marketing para introducir nuevos alimentos en el mercado, recuperar otros desterrados en el olvido -cuyos valores nutricionales vuelven a ser conocidos- o incluso para aumentar su precio.
Es innegable que la alta densidad nutricional de algunos 'superalimentos' enriquece la cultura culinaria y comporta diversos beneficios a la salud personal, pues consumiendo poca cantidad se obtiene mucha micronutrición. No obstante, a pesar de tener propiedades preventivas, no constituyen la panacea para todos los males. Veamos las características y las bondades reales de los 'superalimentos' más demandados.
Sanos sí, 'milagrosos' no
- Maca. Este ingrediente, disponible en el mercado en cápsulas de extracto o en forma de polvo deshidratado, se ha convertido en uno de los alimentos de moda. No hay más que ojear el Instagram de algunas 'celebrities', donde se suceden imágenes de batidos elaborados a base de maca. Sin embargo, esta raíz procedente de Brasil y de Perú no es un invento nuevo, pues las culturas indígenas la utilizan desde hace más de 2.000 años. Entonces, ¿por qué es tendencia en la actualidad? Según la OCU, este rizoma tiene efectos anticancerígenos, antidepresivos, afrodisíacos, estimuladores del sistema inmunológico y beneficiosos para la menopausia, entre otros muchos. Aunque hay estudios experimentales que ponen de manifiesto la existencia de diferencias en las propiedades biológicas de la raíz en función de su variedad, en realidad hacen falta muchas más investigaciones para llegar a una conclusión determinante. Igualmente, la OCU alerta que el consumo de grandes cantidades de maca puede provocar intoxicaciones, pues contiene muchos alcaloides.
Según la OCU, los 'superalimentos' no curan enfermedades ni aportan calidad de vida por sí mismos
- Kale. Este pariente cercano de las berzas y las coles ha sido rescatado del fondo de la despensa para convertirse en una de las verduras indispensables de los vegetarianos e incondicionales de la vida sana. Entre las hortalizas de hoja verde, es la que más fibra, proteínas vegetales y antioxidantes aporta. Y según explica la OCU, contiene glucosinatos, "compuestos azufrados cuyo efecto preventivo del cáncer de próstata se está investigando", boro, cuyo consumo se recomienda para evitar la pérdida de estrógenos durante la menopausia, y sulfofaranos, a los que se le atribuye una acción antiinflamatoria.
- Bimi. Según un estudio de la Universidad Politécnica de Cartagena, esta hortaliza -híbrido entre el brócoli y el kailan- tiene un 60% más de compuestos bioactivos que el brócoli y, además, son absorbidos con mayor facilidad por el organismo. Sin embargo, las propiedades de dicha hortaliza pueden verse disminuidas cuando se hierve. Por ello, se recomienda consumirla cruda o al vapor.
- Açaí. Esta baya originaria de Sudamérica destaca por su generoso aporte energético. De hecho, su contenido en grasa es similar al que aportan el aguacate o el aceite de oliva. A estas bondades se suman interesantes cantidades de vitamina A, minerales y proteína. También es una excelente aliada para la pérdida de peso, las buenas digestiones o la mejora del tono muscular. Por otra parte, muchos atribuyen a este fruto propiedades antioxidantes. Sin embargo, aunque los estudios testados en animales han demostrado que los fitoquímicos del açaí disfrutan de dicho poder, no se han llevado a cabo las suficientes investigaciones como para garantizar tal beneficio.
- Espirulina. Este alga, integrante obligatorio de las dietas 'healthy', destaca por su alto contenido en vitaminas, proteínas y antioxidantes. La 'sabiduría popular' tiende a atribuirle propiedades curativas relacionadas con la mejora de ciertas enfermedades como la diabetes, la anemia o las úlceras intestinales. Lamentablemente, no existen estudios que demuestren que la espirulina tiene dichas cualidades. Asimismo, la OCU advierte que la fenilamina que incluye en su composición puede conllevar complicaciones para las personas con alteración congénita del metabolismo.
Cada cierto tiempo, salen al mercado nuevos 'superalimentos' que destacan por su gran potencial nutritivo, porque son ricos en antioxidantes, vitaminas o grasas saludables. Sirvan como ejemplo las bayas de goji, el kale, la moringa, la quinoa, la leche de coco, el polvo de espirulina o la chía. Han irrumpido en los lineales de los supermercados como opciones prácticamente imprescindibles para mantener una 'superalimentación', proporcionar un aumento de la calidad de vida y aportar un sinfín de beneficios adicionales. Cualidades que además son potenciadas por campañas de marketing o 'leyendas urbanas'.