Dieta antiinflamatoria: descubre qué alimentos debes comer y cuáles es mejor evitar
Comer de una forma sana y con abundantes verduras y frutas ya es antiinflamatorio de por sí, pero hay una serie de alimentos y nutrientes que potencian esas propiedades. ¡Echa un vistazo!
El proceso inflamatorio es un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante agresiones externas, ya sea a causa de patógenos, traumatismos o toxinas. En este sentido, entendemos que es beneficioso para nosotros. Sin embargo, esta situación puede revertirse si la inflamación se prolonga en el tiempo, ya que pueden aparecer determinadas enfermedades o puede provocar un envejecimiento prematuro.
Una forma de evitar la inflamación consiste en realizar ejercicio físico, descansar correctamente, evitar situaciones de estrés y, sobre todo, llevar una dieta sana y equilibrada que favorezca el consumo de alimentos vegetales sobre los animales y prevalecer la ingesta de frutas y verduras frescas, hidratos de carbono integrales, legumbres, frutos secos, pescado azul y carnes magras.
Junto a esto es imprescindible evitar o reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, los azúcares simples, la carne roja y/o procesada, el alcohol y las grasas saturadas. De esta forma se contribuye, en gran parte, a controlar la inflamación. Pero para ser más conscientes de nuestra alimentación, es fundamental conocer qué tipo de alimentos comemos y cuáles favorecen la inflamación o, por el contrario, la controlan y la frenan.
Alimentos de una dieta antiinflamatoria
Existen numerosos nutrientes o sustancias que componen los alimentos y que se ha probado científicamente que tienen propiedades antiinflamatorias. Entre ellos está la cúrcuma, que es el alimento más antinflamatorio, por lo que es recomendable añadir una cucharadita al día de esta especia a ensaladas, salsas o infusiones. Lo mismo ocurre con el aceite de oliva, el cacao, la manzanilla, el té de hoja verde, las alcaparras o el brócoli.
La fibra también ayuda a frenar las inflamaciones y está presente en cereales integrales, legumbres, semillas y frutos secos, así como en las verduras. El omega-3 también es antiinflamatorio y se encuentra, sobre todo, en el pescado azul y algunos frutos secos, como las nueces. Los alimentos ricos en magnesio, como es el caso de las verduras de hoja verde, las almendras o el arroz integral, también ayudan a bajar la inflamación.
Dentro de los polifenoles, están los flavonoides y los isoflavonoides que, además de ser antiinflamatorios, son antioxidantes. Están presentes en frutas y verduras, especialmente en tomates, frutos rojos, pimientos, así como en el aceite de oliva virgen extra. Por último, no hay que olvidar a los betacarotenos, que se encuentran en vegetales como las zanahorias, la calabaza o el boniato.
La cúrcuma, el aceite de oliva, el cacao, el té, las alcaparras o el brócoli son muy antiinflamatorios
Por el contrario, entre los alimentos proinflamatorios y que deben evitarse a toda costa están las grasas saturadas (lácteos, carne roja, embutidos), las harinas refinadas, los azúcares simples y las grasas trans (bollería y ultraprocesados).
El proceso inflamatorio es un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante agresiones externas, ya sea a causa de patógenos, traumatismos o toxinas. En este sentido, entendemos que es beneficioso para nosotros. Sin embargo, esta situación puede revertirse si la inflamación se prolonga en el tiempo, ya que pueden aparecer determinadas enfermedades o puede provocar un envejecimiento prematuro.