Que no te vuelva a pasar: evita los empachos en las próximas fiestas

El estrés de las navidades, la gran variedad de comidas festivas de apariencia deliciosa en las tiendas y restaurantes, los obsequios de comida que recibimos, así como el comportamiento alimentario de quienes nos rodean, crean una fórmula perfecta para comer en exceso. Mucha gente llega a enero con unos cuantos kilos de más y necesita desesperadamente un descanso de toda la comida rica y festiva. Pero, aunque pueda parecer lo contrario, las cenas de reunión no acaban el 7 de enero, así que más nos vale usar estos consejos para evitar nuevos atracones festivos.

"Mucha gente llega a enero con unos cuantos kilos de más y necesita desesperadamente un descanso de toda la comida rica y festiva"

La Dra. Bertina Fernández, especialista en nutrición y dietética y en medicina familiar, reconoce a Top Doctors: “Durante las celebraciones tendemos a comer alimentos más grasos, con más azúcares simples y excedernos en el consumo de bebidas alcohólicas. A nivel digestivo, todo esto favorece la aparición de diarreas, estreñimiento, gastritis, úlceras, indigestiones o acidez de estómago. El incremento de peso derivado del exceso de comida de estas fechas lleva en muchas ocasiones a empeorar problemas cardiovasculares, la hipertensión, la hipercolesterolemia o la diabetes”.

Recuerda, además, que “es algo cultural. En nuestro país, la comida y la bebida están intrínsecamente ligadas a las reuniones sociales y las celebraciones. El problema es que no solo comemos en exceso los días puntuales como el 31 o el 1, sino que empezamos a consumir dulces desde comienzos de diciembre y tenemos más compromisos sociales y laborales, por lo que no se trata de un día aislado, sino de un mes en el que cometemos excesos casi a diario. Los alimentos que más consumimos en España durante las fiestas de 2022 son los embutidos, el marisco, las carnes rojas y, especialmente, los dulces como el turrón y los polvorones…”.

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El Confidencial

Si padecemos alguna patología como hipertensión, colesterol elevado o diabetes, debemos tratar de evitar aquello que también evitamos en nuestra dieta cotidiana: platos elevados en grasas, azúcares o alcohol. La experta admite que “el alcohol va a empeorar el daño que le estamos produciendo al sistema digestivo y nos va a debilitar el sistema inmunitario y el sistema nervioso central".

"El alcohol va a empeorar el daño que le estamos produciendo al sistema digestivo y nos va a debilitar el sistema inmunitario y el sistema nervioso central"

Además, podemos notar irregularidades en el ritmo cardiaco después de una ingesta puntual y elevada de alcohol. No hay efectos positivos en nuestra salud derivados de su ingesta. Subraya también que las estadísticas nos dicen que por Navidad cada español engordará entre 2 y 4 kilos, pero si seguimos nuestra alimentación correctamente y nuestra rutina de ejercicio, no tendríamos por qué ver alterado nuestro peso: “En ocasiones damos por sentado que estas fiestas o las vacaciones son periodos en los que ganaremos peso y normalizar eso no nos hace ningún favor. Disfrutar de reuniones sociales o de nuestro periodo de descanso no nos debe llevar a empeorar nuestra salud ni variar nuestro peso”.

Para evitar todo esto, Salvador Molina Cabezas, presidente en Murcia de la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT), aconseja a los lectores de El Confidencial:

Compra menos

Cuando hay comida en casa, es muy fácil ingerirla (sobre todo si está al alcance de la mano o el paquete está abierto). Que no se puede desperdiciar la comida es una actitud muy común y le da a la gente una excusa para comer en exceso y acabar con todo lo que han comprado. ¿Cuántas veces has terminado con una pila de chocolates o galletas de las que solo quieres deshacerte porque volverás a la dieta en los próximos días?

Puede ser muy fácil caer en las numerosas ofertas especiales de comida en Nochevieja y comprar lo mismo todos los años y más. Los vendedores de alimentos sacan nuevos sabores de alimentos y bebidas, y para aquellas personas que tienen miedo de perderse algo, puede ser realmente difícil no comprar lo que está en oferta. Elabora un plan de qué alimentos comprarás este año junto con las cantidades. Es comprensible si prefieres tener demasiado que muy poco, especialmente si recibes a muchas personas, pero trata de ser menos espontáneo cuando hagas la compra. Si escribes una lista de compras, apégate a ella tanto como sea posible.

Mantente bien hidratado

La falta de hidratación produce sensación de apetito que, en ocasiones, no es real. Para saber el agua necesaria, divide el peso de tu cuerpo en kg entre 7 y conocerás, de modo muy aproximado, la cantidad de vasos de agua de 250 ml que debes tomar para estar hidratado. Si no tomas tanta agua, ve aumentando progresivamente durante algunas semanas hasta llegar al nivel. El agua debe consumirse un rato antes de las comidas.

Haz pausas para conversar y no hables mientras comes

Además de tragar demasiado aire, se comente el error de no masticar suficientemente lo que se come. Se suma a todo ello que el nivel de saciedad se reduce, provocando más apetito, además de que se contabiliza en menor medida la ingesta.

Poco a poco

No lo mantenga en la mano, lo cual incita a una ingesta rápida y poco productiva, facilitando los excesos. Intenta hacer bocados de un tamaño reducido, adecuados para ser convenientemente masticados. Una media de 20 veces por bocado permite una mejor digestión. También damos tiempo para que los estímulos nerviosos nos indiquen el estado de saciedad.

¿Qué?

Da preferencia a los ágapes vegetales y continúa con proteínas magras de calidad, como pescados magros y carnes, además de mariscos. Y el verdadero remedio está en evitar comer hasta empacharnos. Ser conscientes de nuestro apetito y de nuestro estado de saciedad y saber parar cuando notemos que no tenemos más hambre.