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Los 'superalimentos de la abuela' plantan cara a la espirulina y las bayas de goji
  1. Nutrición
NADIE HABLA DE LOS GARBANZOS

Los 'superalimentos de la abuela' plantan cara a la espirulina y las bayas de goji

Todo el mundo ha oído hablar de las bayas de goji y sus efectos antioxidantes. Pero poca gente sabe que esos poderes son muy similares a los de la mayoría de los frutos del bosque

Foto: Los garbanzos son ricos en proteínas e hidratos de carbono complejos. (iStock)
Los garbanzos son ricos en proteínas e hidratos de carbono complejos. (iStock)

Son los superhéroes del mundo de la nutrición, incontestables fuentes de salud, capaces de prevenir, curar e incluso alargar la vida de las personas. Al menos, así es como nos vendieron hace años los superalimentos. ¡Ay de aquel que no aderezara su ensalada con unas bayas de goji o no desayunara con una rebanadita de pan de espelta! Los lineales de los supermercados llenaron sus estanterías de exóticas propuestas cuyo argumento de venta se centraba en sus inigualables valores nutricionales y unas propiedades inexistentes hasta entonces, según sus proveedores.

El término 'superalimento' es más una estrategia de marketing que una realidad nutricional

Sin embargo, muchas de las afirmaciones que se realizan acerca de sus efectos sobre la salud tienen una base científica, cuando menos, dudosa, o incluyen verdades a medias. De hecho, no son pocas las voces que desde la irrupción de estos alimentos en nuestro día a día han tratado de poner los puntos sobre las íes y reivindicar la paridad, si no la superioridad, de nuestros ajos, cebollas, lentejas, espinacas o lechugas frente al jengibre, cúrcuma, espelta, guanábana, bayas de goji, amaranto o panela. Y es que, para la gran mayoría de la comunidad científica, el término superalimento es más un concepto de marketing que nutricional.

Así, "los garbanzos podrían considerarse como superalimento, pero no tienen el precio de la quinoa. También el hígado es un superalimento, y nadie habla de él", apunta Vicente Javier Clemente, nutricionista y profesor de Entrenamiento de la Facultad de Ciencias del Deporte y director del Grupo de Investigación en Psicofisiología Aplicada de la Universidad Europea, quien considera que "todos estos alimentos forman parte de una estrategia de marketing para crear una necesidad inexistente y para poder fijar unos precios desorbitados".

placeholder Las bayas de goji, la espirulina o la quinoa son alimentos nutricionalmente destacables, pero no más que otros de la dieta mediterránea.
Las bayas de goji, la espirulina o la quinoa son alimentos nutricionalmente destacables, pero no más que otros de la dieta mediterránea.

¿Quién necesita chía teniendo sardinas?

Sin duda, uno de los buques insignia de estos recién llegados son las bayas de goji, de las que se destaca, principalmente, su efectos antioxidantes. Ahora bien, según el experto, "no hay necesidad de comprar una baya asiática, teniendo frutos del bosque al alcance de la mano y con funciones muy similares".

Lo mismo ocurre con la capacidad antioxidante de la espirulina, un alga que se utiliza normalmente de forma desecada, en polvo o en tabletas y que ha triunfado como complemento dietético, especialmente, entre deportistas. La cuestión es que el brócoli o la zanahoria poco tienen que envidiar a este vegetal de origen marino. Así, lo asegura el docente.

Foto: Foto: iStock

Por otro lado, uno de los superalimentos considerados como una extraordinaria fuente de ácidos grasos omega-3 (grasa poliinsaturada fundamental para fortalecer las neuronas y mantener sano y protegido le corazón) son las semillas de chía. Eso sí, según el nutricionista, para obtener ese efecto es necesario hidratarlas, "ya que si las echas a la ensalada sin más, tal y como se hace muchas veces, no se tiene el mismo resultado". Ahora bien, "teniendo aceite de oliva virgen extra o los pescados azules tan buenos en nuestras lonjas, no es necesario añadir esta semilla", apostilla.

Kale, maca, quinoa... ¿son para tanto?

El éxito de la col kale entre los consumidores se debió, sobre todo, a los batidos y zumos desintoxicantes. Sin embargo, esta hortaliza de la familia de las berzas que destaca por su contenido en antioxidantes, fibra y proteínas no parece que sea una amenaza para las verduras de toda la vida. Además, su precio es tan elevado que "por lo que cuesta podríamos hacernos una ensalada combinando espinacas, lechuga y repollo, por ejemplo, con la que conseguimos una combinación de nutrientes incluso más interesante", sugiere el experto.

El valor nutricional de una ensalada de espinacas, lechuga y repollo es similar a una de kale

Una gran parte de los superalimentos justifican su calificativo por sus supuestos efectos sobre el envejecimiento y la longevidad. Ahora bien, otros como la maca se muestran como el remedio contra el estrés, el cansancio y, sobre todo, como un estimulante de la libido y la fertilidad. Estos poderes vigorizantes y estimulantes, sin duda, son muy atractivos y convincentes. Sin embargo, si es eso lo que estamos buscando, el profesor prefiere recomendar "no consumir harinas y practicar entrenamientos de fuerza, que sí tienen una base científica que respalda sus propiedades".

placeholder El éxito de la col kale se debió sobre todo a su consumo en forma de zumo.
El éxito de la col kale se debió sobre todo a su consumo en forma de zumo.

Por otro lado, y sin desmerecer a la quinoa, el experto hace un contundente alegato a alimentos como el huevo o el hígado, a los que sí considera extraordinarios desde el punto de vista nutricional. "La quinoa es un pseodocereal con un buen aminograma comparado con el resto de los cereales y vitaminas del complejo B, C y E, y minerales como el fósforo, el potasio, el magnesio y el calcio. Ahora bien -continúa-, podemos combinar lentejas con arroz y tener un aminograma también muy completo. O comernos un huevo, que eso sí es un superalimento, o un filete de hígado, que también lo es, y que lo hemos tenido en nuestras dietas desde siempre".

La cúrcuma convence por méritos propios

Mención aparte se merece esta especia, ya que esta sí es considerada por el experto un potente antioxidante. Eso sí, para obtener el máximo rendimiento, Clemente recomienda mezclarla con pimienta negra. Y es que, tal y como explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en un informe del Comité Científico sobre el riesgo asociado al consumo de complementos alimenticios que contienen curcumina como ingrediente, su biodisponibilidad aumenta administrándola vía oral junto con piperina, alcaloide presente en la pimienta negra y pimienta larga (Piper nigrum y P. longa) y conocido inhibidor de la glucuronidación hepática e intestinal. Así, dosis altas de curcumina (2 g/kg) coadministrada vía oral con piperina incrementaron un 154% su biodisponibilidad.

Foto: Cúrcuma. (iStock)

Son los superhéroes del mundo de la nutrición, incontestables fuentes de salud, capaces de prevenir, curar e incluso alargar la vida de las personas. Al menos, así es como nos vendieron hace años los superalimentos. ¡Ay de aquel que no aderezara su ensalada con unas bayas de goji o no desayunara con una rebanadita de pan de espelta! Los lineales de los supermercados llenaron sus estanterías de exóticas propuestas cuyo argumento de venta se centraba en sus inigualables valores nutricionales y unas propiedades inexistentes hasta entonces, según sus proveedores.

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