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Esta es la mejor lata de atún que puedes comprar en el supermercado
  1. Nutrición
BENEFICIOS PARA LA SALUD

Esta es la mejor lata de atún que puedes comprar en el supermercado

En aceite de oliva virgen, en girasol, al natural... A la hora de elegir esta conserva tan versátil existen múltiples opciones y la gran pregunta es: ¿cuál es la más sana?

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El atún enlatado es uno de los productos más versátiles que podemos encontrar en nuestra despensa. Desde acompañar en una ensalada, añadirlo a la pasta, tomarlo a palo seco… Las posibilidades que ofrece esta conserva de pescado son casi infinitas.

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El problema viene a la hora de elegir entre la amplia variedad de latas de atún que hay en el mercado; que van desde el atún al natural o en aceite de oliva hasta el conservado con tomate. Ante esta pluralidad conservera surge una duda: ¿cuál es la lata de atún más sana?

“La opción más recomendable dependería de la situación personal de cada uno, si es necesario controlar calorías o no. Pero, en general, las más recomendables serían al natural y con aceite de oliva virgen”, explica a El Confidencial Sandra Sumalla, dietista-nutricionista y decana de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea del Atlántico.

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Las de aceite de oliva virgen son más recomendables por los efectos beneficiosos de las grasas monoinsaturadas que tiene este óleo. “El aceite de oliva extra virgen ha demostrado tener efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular, la prevención de algunos tipos de cáncer en múltiples estudios, como pueden ser Predimed, Epic y Epicor”, recuerda.

Respecto a las latas al natural, también son una opción más saludable que el resto por no contener las grasas menos recomendables de otros aceites y ser menos calóricas.

Asimismo, la nutricionista indica que es interesante considerar las opciones bajas en sal de las conservas más sanas.

Cuidado con el aceite de oliva

A la hora de acudir a los lineales del supermercado debemos tener cuidado y no dejarnos llevar por el etiquetado de "en aceite de oliva". En la mayoría de ocasiones, cuando solo figura así, este óleo es refinado, por lo que no es tan recomendable como el virgen extra.

Foto: Un auténtico tesoro nacional. (iStock)

El aceite de oliva virgen extra es una opción mucho más aconsejable porque “soporta mejor las temperaturas de cocción. Es decir se degrada menos por ellas, por lo que siempre es mejor utilizar este tipo de aceite para cocinar y en productos que hayan sufrido un proceso térmico con este aceite respecto a otros”, señala Sumalla, al tiempo que recuerda los beneficios ya nombrados de este producto.

En aceite de girasol

Respecto al conservado en aceite de girasol, la nutricionista apunta que “al ser poliinsaturado, soporta peor que el aceite de oliva las temperaturas de cocción, de manera que sufrirá más alteraciones durante el proceso de esterilización de las latas de atún”.

“Incluso en lo que respecta a la fritura, el aceite de girasol pierde su estabilidad y produce humo a partir de los 160ºC, y en cambio el aceite de oliva virgen extra es entre los 180- 220ºC”, añade.

No todo es el líquido: cuidado con la sal

La mayoría de las conservas de atún contienen una elevada cantidad de sal, por lo que debemos valorarlo, especialmente si hay problemas de hipertensión.

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“No solo se debe tener en cuenta si lleva aceite o no, sino la cantidad de sal que tiene. Siempre serán recomendables aquellos atunes en lata que sean bajos en sal”, puntualiza la especialista.

El mercurio

Sumalla recuerda que las últimas recomendaciones publicadas por la Aesan clasifican a todas las especies de atún –menos al rojo– “como de contenido medio en mercurio, y su recomendación de consumo es de 3-4 raciones de pescado a la semana para la población general, variando entre especies”. “De manera que no se debe tener un cuidado especial en este sentido con el atún que consumimos habitualmente”, aclara.

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Un consumo excesivo de mercurio es especialmente peligroso para el desarrollo de los bebés en el útero materno, ya que puede afectar al sistema nervioso central por exposición directa tras el consumo de ciertos alimentos o indirectamente al poder atravesar la placenta. “También puede estar presente en la leche materna, por eso a mujeres embarazadas, o que estén planificando estarlo, así como a las que dan el pecho, junto con los niños de menor edad, se les recomienda tomar precauciones especiales y evitar el consumo de las especies más ricas en mercurio, que son especialmente atún rojo, pez emperador, cazón y lucio”, agrega.

El atún en tu dieta

Por su parte, Iñaki Elío, director del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la misma universidad, sostiene que “en términos generales, es mejor consumir el atún fresco, pero cuando esto no es posible, el atún en lata aporta casi las mismas propiedades. Es rico en proteínas, omega-3, vitamina B12 y otras vitaminas del complejo B (B2, B3, B6 y B9), vitaminas liposolubles (A y D) y minerales, entre ellos magnesio, hierro y yodo”.

En concreto, el nutricionista considera que “en el marco de una alimentación saludable, el atún en lata se debería consumir una o dos veces a la semana”.

El atún enlatado es uno de los productos más versátiles que podemos encontrar en nuestra despensa. Desde acompañar en una ensalada, añadirlo a la pasta, tomarlo a palo seco… Las posibilidades que ofrece esta conserva de pescado son casi infinitas.

Hábitos de consumo
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