¿Qué son exactamente los triglicéridos y en qué se diferencian del colesterol?
Mantener los niveles adecuados es clave en ambos casos, aunque no son sustancias equivalentes. Tampoco es igual su impacto en la salud. Si queremos hablar con propiedad, lo correcto es diferenciarlos
Lo primero que nos viene a la cabeza cuando escuchamos las palabras colesterol y triglicéridos es otro término del ámbito sanitario, enfermedad cardiovascular. Y lo cierto es que tiene sentido, ya que ambas sustancias cuando las almacenamos en exceso están estrechamente relacionadas con las patologías del sistema circulatorio. Ahora bien, es importante identificar y marcar las diferencias, porque ni sus funciones son las mismas, ni su origen es exactamente igual.
Se encuentran en (casi) los mismos alimentos
En primer lugar, Rosa María Albadalejo, doctora en Nutrición y docente de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), define los triglicéridos como "la grasa más común del cuerpo que se encuentra circulando por la sangre". Además, se obtienen "por el consumo de alimentos ricos en grasas (ácidos grasos), o bien se sintetizan por el exceso del consumo de energía y alcohol, siendo almacenados en forma de grasa". Por otro lado, "el colesterol es una grasa que produce nuestro organismo y que es indispensable para la membrana de las células. Además, también lo ingerimos con los alimentos, por lo que debemos conocer cuáles son y no abusar de ellos", señala.
El colesterol y los triglicéridos se encuentran, prácticamente, en los mismos alimentos
La cuestión es que ambas sustancias se encuentran prácticamente en los mismos grupos de alimentos; de ahí, la facilidad y asiduidad con que la mayoría de las personas los consideran la misma cosa.
No son para lo mismo
La experta señala tres aspectos del colesterol y los triglicéridos que marcan las principales diferencias entre ambos: "Por un lado, los triglicéridos se encargan de almacenar la energía, mientras que el colesterol es utilizado para construir células y hormonas. Por otro lado, el organismo sintetiza (produce) la cantidad de colesterol que necesita, aunque también lo obtenemos a través de la alimentación, mientras que los triglicéridos los ingerimos con la dieta".
Por último, la experta aclara otro aspecto de carácter más científico, y que se refiere a que en los triglicéridos no hay “subgrupos” y en el caso del colesterol sí: "Si bien la molécula de colesterol es la misma, las sustancias que la transportan hacen que el colesterol se acumule o bien se elimine". En el primer caso, se trata de transportadores LDL (lo que se conoce como colesterol malo), y en el segundo, de los transportadores HDL (colesterol bueno).
No actúan del mismo modo
Aunque no nos equivocamos al decir que unas cifras elevadas de triglicéridos o de colesterol son perfectamente dañinas para la salud cardiovascular, lo cierto es que existen algunos matices relevantes en cuanto a su comportamiento. Así lo explica la experta: "Cuando los niveles de colesterol en sangre son altos, la tendencia es depositarse en las arterias, formando una placa de ateroma. Si los niveles no son restaurados a cotas consideradas normales, la placa va haciéndose cada vez más grande, produciendo, por un lado, obstrucción de la arteria, y por otro, rigidez en la propia arteria". Y añade: "Otro peligro es que esa placa se rompa, dando lugar a trombos, pudiendo obstruir vasos sanguíneos de menor tamaño en diferentes lugares de nuestro organismo".
Por su parte, el exceso de triglicéridos, además, también "aumenta el riesgo de padecer una pancreatitis aguda", apostilla.
La alimentación cuenta y la genética también
Someterse a un análisis de sangre y descubrir que tenemos los triglicéridos o el colesterol elevados, en ocasiones puede resultar desconcertante, ya que, a priori, ese incremento lo atribuimos exclusivamente a un factor predisponente, la alimentación. Así que si nuestra dieta es correcta, nos quedamos sin explicación.
Sin embargo, la experta amplía las posibilidades acerca de los posibles motivos del aumento del colesterol en el torrente sanguíneo, destacando "la genética y los malos hábitos alimentarios, como el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, los productos procesados y ultraprocesados, o no realizar actividad física regular y fumar". Y continúa: "También hay otros elementos que pueden aumentar el riesgo de tener el colesterol alto, como son la edad (cuanto mayor es, más probabilidad), la raza (determinadas etnias tienen más facilidad de tener colesterol LDL -malo- que otras) y el peso (el sobrepeso o la obesidad también aumentan el riesgo de tener el colesterol LDL alto).
La genética es un factor clave para explicar los niveles altos de colesterol y triglicéridos
En cuanto a la acumulación de triglicéridos, la experta destaca, entre otras razones, la genética y ciertas enfermedades, como la diabetes tipo 2 no controlada, o patologías de la tiroides o del hígado. También señala otros motivos: "Los malos hábitos como ingerir más calorías de las que se necesitan, fumar, el consumo elevado de alcohol, padecer sobrepeso u obesidad. Y por último, algunos medicamentos".
Si bien parece ser que el elevado nivel de triglicéridos y colesterol puede tener razones dispares, lo cierto es que "la mitad o más de las diferentes causas se deben a la mala alimentación", concluye la experta.
Junto con la alimentación, la genética también juega un papel protagonista en este asunto. De hecho, según Albadalejo, la herencia "puede ser la responsable de una hipercolesterolemia familiar, la cual es una alteración en un cromosoma, en concreto en el 19". Además, puntualiza la experta, "aun siendo una alteración genética, necesita tratamiento farmacológico y cambio de hábitos de vida y de alimentación, igual que en el caso del aumento de los triglicéridos cuando es por razones genéticas".
¿Cómo se bajan el colesterol y los triglicéridos?
Hasta aquí, las funciones del colesterol y los triglicéridos, así como sus causas y efectos sobre la salud. Ahora la cuestión sería conocer el modo en que podemos paliar una situación de exceso de estas sustancias. En este sentido, la experta recomienda para bajar el primero siguiendo estas pautas:
- Llevar una alimentación basada en verduras y hortalizas.
- Aumentar las frutas y legumbres.
- Priorizar la carne magra y el pescado.
- Controlar el consumo de huevos.
- Consumir el arroz, la pasta y el pan en sus versiones integrales.
- Evitar los alimentos procesados y los productos ultraprocesados.
- No tomar alcohol.
- Realizar actividad física regular.
Y si lo que se busca es reducir los triglicéridos, a las recomendaciones anteriores la profesora añadiría evitar los azúcares y no fumar.
Lo primero que nos viene a la cabeza cuando escuchamos las palabras colesterol y triglicéridos es otro término del ámbito sanitario, enfermedad cardiovascular. Y lo cierto es que tiene sentido, ya que ambas sustancias cuando las almacenamos en exceso están estrechamente relacionadas con las patologías del sistema circulatorio. Ahora bien, es importante identificar y marcar las diferencias, porque ni sus funciones son las mismas, ni su origen es exactamente igual.