Estos son los alimentos que deberías evitar si no quieres tener acné

El vínculo entre el acné y la dieta se remonta a muchos años. El libro de Bulkley de 1887 discutió el tema y hasta la década de 1950, en Estados Unidos, las restricciones sobre varios alimentos, con mayor frecuencia productos lácteos, se presentaban en libros de texto de dermatología como parte de la terapia del acné.

Tal y como señala un trabajo de la Revista Americana de Dermatología Clínica, “el acné vulgar es una de las afecciones dermatológicas más comunes en todo el mundo”. "A diferencia -se añade en el informe- de nuestro conocimiento sobre la naturaleza hereditaria del acné y el papel de las hormonas en su patogénesis, existe incertidumbre sobre el papel de los factores ambientales, incluida la dieta, en el acné".

El desarrollo de acné en algunas poblaciones después de la adopción de una dieta occidental sugiere que esta última juega un papel en su aparición. Históricamente, ciertas poblaciones no tenían acné: los inuits canadienses, los zulúes sudafricanos, los japoneses de Okinawa, los aché de Paraguay y los isleños de Kitava de Papúa Nueva Guinea. La aparición de acné en estos grupos se ha atribuido a su aceptación de las dietas occidentales, que incluyen alimentos procesados, lácteos y azúcares refinados.

Leche

La investigación ha encontrado que aquellos que consumen leche regularmente tienen cuatro veces más probabilidades de tener acné que aquellos que no lo hacen. Estudios anteriores sugirieron que pueden ser las hormonas en los lácteos las culpables, pero trabajos más recientes muestran que las proteínas de la leche, como el suero, también tienen la culpa.

Se cree que los productos lácteos, específicamente la leche, contribuyen a la gravedad de los síntomas del acné debido a las hormonas bovinas que permanecen biodisponibles con la ingestión. Aunque se puede considerar que una buena alternativa a la leche entera sería beber leche descremada, esto no podría estar más lejos de la realidad. De hecho, las proteínas de la leche que se agregan a la descremada para que tenga un sabor menos acuoso, como el suero de leche y la caseína, se han relacionado con causar más inflamación. A menudo se piensa que es por eso que los culturistas que usan bebidas de proteína de suero como suplemento de entrenamiento sufren acné en el cuerpo.

Grasas trans

Estas grasas malas generalmente provienen del aceite vegetal parcialmente hidrogenado, un alimento que causa acné, como demuestra un estudio de Clinical, Cosmetic and Investigational Dermatology, y un ingrediente común en muchos alimentos procesados, desde galletas hasta papas fritas y mezcla para pasteles. Asegúrate de verificar los ingredientes en todo lo envasado para evitar las grasas trans.

Carne no orgánica

El problema no es la carne en sí, sino el hecho de que las aves, la carne de res y el cerdo pueden contener altos niveles de antibióticos con los que se alimentan a los animales para mantenerlos saludables. La exposición continua a largo plazo a los antibióticos puede generar resistencia y alterar el delicado equilibrio entre las bacterias buenas y malas de nuestro cuerpo. Y si bien se puede pensar en las bacterias principalmente en lo que respecta al sistema digestivo, también hay un montón de bacterias buenas en la piel.

Comer carne con alto contenido de grasa puede aumentar las hormonas que estimulan la producción de folículos sebáceos

La investigación muestra, además, que comer carne con alto contenido de grasa puede aumentar las hormonas que estimulan la producción de más folículos sebáceos, lo que puede bloquear los poros y causar acné.

Mejor elegir carne orgánica o libre de antibióticos siempre que sea posible, así como considerar la incorporación de fuentes de probióticos (como alimentos fermentados y yogur) para ayudar a aumentar los niveles de bacterias buenas tanto dentro como fuera del cuerpo.

Granos refinados y azúcar

No sorprende que los granos refinados y los azúcares puedan desencadenar muchos efectos secundarios negativos para la salud. Estos dos ingredientes pueden alterar la glucosa en la sangre, aumentar los antojos y afectar la piel. Ambos pueden promover el acné, haciéndolo más propenso a los brotes.

Los estudios han demostrado que una mayor ingesta de carbohidratos de alimentos con alto índice glucémico, como granos refinados y azúcares, está relacionada con la prevalencia del acné. De hecho, la investigación sugiere que cuanto más azúcar comen las personas en alimentos como pasteles y tartas, mayor es el riesgo de espinillas. Además, los carbohidratos refinados elevan los niveles de azúcar en la sangre a medida que se absorben rápidamente en el cuerpo, lo que hace que aumenten los niveles de insulina. Eso, a su vez, incrementa las hormonas que promueven la producción de sebo, lo que contribuye a un mayor riesgo de acné.

Los carbohidratos refinados elevan rápidamente la glucosa en la sangre y aumentan los niveles de insulina, que a su vez incrementan las hormonas que promueven la producción de sebo

Para reducir los brotes, se deben limitar los granos refinados y los azúcares. En su lugar, hay que optar por los carbohidratos con alto contenido de fibra, como los cereales integrales, los frijoles, las legumbres y las verduras, que no aumentarán los niveles de azúcar en la sangre.

Comida rápida

Ya se sabe que la comida rápida no es óptima para la salud. Y ahora cada vez más investigaciones apuntan a ella como contribuyente al aumento de los brotes. Específicamente, los alimentos fritos como las patatas en mucho aceite pueden causar inflamación relacionada con las imperfecciones de la piel.

Los estudios han demostrado una fuerte correlación entre los adultos jóvenes que toman comida rápida con frecuencia y un aumento del 17% en la probabilidad de tener acné, en comparación con aquellos que no lo hacen con tanta frecuencia. ¿La razón? La comida rápida puede alterar los niveles hormonales, lo que promueve el acné.

Alcohol

Una bebida para celebrar una ocasión especial o una copa de vino con la cena siempre es un placer. Sin embargo, consumir alcohol en grandes cantidades puede alterar los niveles hormonales. Aunque no se ha demostrado que el alcohol afecte directamente al acné, cuando lo bebemos, generalmente crea un desequilibrio en los niveles de estrógeno o testosterona, que son un factor importante en la frecuencia y gravedad de los brotes. Cuando aumentan los niveles de hormonas, nuestra piel produce una sustancia llamada sebo que obstruye nuestros poros con aceite y bacterias, lo que eventualmente causa brotes dolorosos. Los atracones de bebida también pueden causar estragos en nuestro sistema inmunológico, que generalmente ayuda a combatir las bacterias que lo causan.

Chocolate

Ha tenido durante mucho tiempo una mala reputación como la causa principal de todas nuestras imperfecciones antiestéticas. Sin embargo, la buena noticia para todos los amantes del chocolate es que se ha demostrado que el cacao en su forma cruda no tiene ningún impacto en los brotes de acné. De hecho, el cacao crudo está repleto de vitaminas A, C, E y zinc, que son muy beneficiosas para la piel. En realidad, son los lácteos y el azúcar, que a menudo se mezclan en la mayoría de las barras de chocolate y los postres, los que han relacionado a este con casos graves de acné.

Así que la próxima vez que se busque una barra de chocolate, es preferible decantarse por el negro con un alto porcentaje de cacao o nibs para picar como regalo. Y, paralelamente, evitar la leche o el chocolate blanco, que en su mayoría se componen de todos los ingredientes que provocarán inflamación y agitarán el acné.