El pan de molde del súper, a examen: ¿es realmente saludable?

El pan de molde es uno de los alimentos más presentes en la dieta de los españoles, a la par que uno de los productos más versátiles. Se puede utilizar para preparar las tostadas más simples, como uno de los ingredientes de las albóndigas, en sándwiches increíbles, para unos canapés de escándalo y en decenas de recetas para chuparse los dedos.

Si miramos los datos, cada español consume de media al año 30 kilos de pan en todas sus modalidades. De estos, aproximadamente una cuarta parte corresponden a consumo de panes frescos y tostados envasados, pero el que se lleva la palma es el de molde blanco, que supone la mitad de la facturación del sector.

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Teniendo en cuenta el alto consumo de pan de molde blanco –el de toda la vida–, vamos a analizar de la mano de los expertos qué ingredientes lleva, cómo repercute en la salud su consumo y más cuestiones de este producto estrella del supermercado.

Ingredientes del pan de molde blanco: ¿son saludables?

Este producto se define como el pan elaborado a través de una masa de harina de trigo blanco o integral que se enriquece con aceite, grasa, leche, azúcar y/o huevos. “Aunque actualmente la mayoría de los que encontramos en el supermercado solo incluyen algún tipo de grasa y azúcar como ingredientes diferentes del pan normal, también pueden incluir algunos aditivos para mejorar la textura y aumentar la vida útil”, explica a El Confidencial Iñaki Elío, director del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico.

Al preguntarle directamente si alguno de estos ingredientes puede no ser bueno para la salud, el nutricionista responde que “dependiendo del pan de molde, pueden incluir grasas poco saludables o azúcar”. Por ello, señala que es necesario revisar el etiquetado para analizar entre las opciones disponibles cuál puede ser la mejor. “Puesto que en la actualidad, gracias a la demanda de alimentos más saludables, es relativamente fácil encontrar panes de molde sin azúcar y con girasol alto oleico en su composición”, apostilla.

¿Y qué pasa con las harinas? Elío señala que las refinadas que se utilizan para hacer el pan de molde de toda la vida no son insanas per se, pero que “todo depende de las necesidades de la persona que lo consume, del resto de su alimentación y del momento de consumo”.

El aporte nutricional del pan de molde

El pan de molde tiene un aporte calórico “normalmente superior al pan normal, por su contenido en grasa y también algo más de hidratos de carbono simples si se añade azúcar en su composición”, explica el nutricionista.

El mejor pan de molde que puedes comprar

La dietista-nutricionista Sandra Sumalla apunta a este periódico que, aunque dependa de las necesidades de cada individuo, el mejor pan de molde que se puede encontrar en el supermercado para la mayoría de población es “el que esté elaborado con harinas 100% integrales, incluya grasas saludables [aceite de oliva o girasol alto oleico] y sin azúcar”.

La especialista, que también es decana de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea del Atlántico, destaca que “para la población general se recomienda aumentar el consumo de las opciones ricas en fibra, pues en general su consumo es deficitario”, por lo que sería más recomendable acudir al integral.

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“La fibra tiene un claro efecto en la regulación los niveles de glucemia después de su consumo y en la prevención del cáncer de colon”, como demuestra la revisión Effects of dietary fiber on human health.

¿En qué fijarnos para elegir un buen pan?

La profesora universitaria subraya que para elegir un buen pan de molde en el supermercado debemos fijarnos en que en la etiqueta figuren “solo harinas 100% integrales, y no con fibra añadida. Además, interesa que no tenga entre sus ingredientes azúcar o que este aparezca en muy pequeña cantidad”.

“De la misma manera tenemos que mirar si tiene grasa que esta sea aceite de oliva o girasol alto oleico. Por último, también sería interesante que tuviera la menor cantidad de sal posible”, concluye.