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Qué es exactamente la sed: síntomas y consecuencias de no beber suficiente
  1. Nutrición
EL PELIGRO DE NO REPONER AGUA

Qué es exactamente la sed: síntomas y consecuencias de no beber suficiente

Aunque no está claro qué cantidad de agua hay que beber al día, lo que sí es incuestionable es la gravedad que tiene para la salud que el organismo llegue a deshidratarse

Foto: La sed es un mecanismo de defensa del organismo para evitar la deshidratación. (iStock)
La sed es un mecanismo de defensa del organismo para evitar la deshidratación. (iStock)

Los primeros síntomas que indican que estamos iniciando un proceso de deshidratación son cansancio, debilidad y dolor de cabeza. En principio, no parecen graves. De hecho, no lo son. Ahora bien, si la situación empeora pueden aparecer otros con una cariz más serio, como son los vómitos, aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca y, finalmente, disminución del estado de alerta", advierte el doctor Juan Carlos Percovich, endocrino del Hospital Ruber Internacional. Y es que la deshidratación no es un asunto menor. Realmente, es un proceso con consecuencias graves para la salud y que, por tanto, conviene parar a tiempo.

Cuando tenemos sed, ya existe cierto grado de deshidratación, aunque no haya síntomas

Para evitar llegar hasta ese punto, el organismo cuenta con un mecanismo de defensa: la sed. Algo fácilmente reconocible por todos. Ahora bien, ¿qué es la sed explicada por la medicina? "Es el deseo de beber que aparece para evitar la deshidratación ante la disminución de los líquidos corporales o a la mayor concentración de ciertos solutos, principalmente el sodio", sintetiza el doctor Percovich. Y añade: "Es una sensación creada por el hipotálamo, pero en el que influyen múltiples hormonas y un sistema sensorial corporal distribuido por todo el cuerpo y que converge en las neuronas cerebrales, que en definitiva estiman el agua que se requiere".

Si sientes sed, al organismo ya le falta agua

Si la sed es un mecanismo de defensa cuyo objetivo es evitar la deshidratación, se podría pensar que experimentar esa sensación significa que la deshidratación ya se está fraguando. Es decir, ¿si tenemos sed es que ya estamos deshidratados? Las palabras del doctor aclaran esta cuestión: "La deshidratación puede estar presente de forma leve, moderada o grave. Cuando tenemos sed, ya existe cierto grado de disminución de líquido en el cuerpo, o cambios en los electrolitos, que traduce un nivel de deshidratación, así no se tengan síntomas, pero que, en general, es leve". Es decir, se está deshidratado, pero en un estadio todavía muy incipiente. De ahí hasta llegar a las peores consecuencias de la deshidratación, como los vómitos, aumento del ritmo cardiaco, incremento de la frecuencia respiratoria y la pérdida de consciencia, va un trecho. Un lapso en el que disponemos de tiempo suficiente para atajar el problema.

placeholder Las personas mayores son más propensas a la deshidratación. (iStock)
Las personas mayores son más propensas a la deshidratación. (iStock)

Para evitar la deshidratación, especialmente en los días más calurosos, "es muy importante beber sin sed y más aún cuando se sabe de la posibilidad de una mayor pérdida de líquidos, por ejemplo, antes de hacer deporte o en los días calurosos", apunta el experto.

Foto: Si practicas deporte, no puedes dejar de hidratarte. (Unsplash)

Un consejo aplicable a la población en general, pero que cobra especial relevancia entre los colectivos más propensos a la deshidratación, los niños, los deportistas inexpertos y los ancianos. "Las personas mayores, en concreto, pierden parcialmente el reflejo de la sed, en parte porque su sistema de regulación de la temperatura corporal y del equilibrio del agua y de los electrolitos ya no funciona óptimamente", señala el doctor.

¿Cuánta agua es suficiente?

En general, la comunidad científica comparte la recomendación de beber entre un litro y medio y dos de agua al día para estar bien hidratado, es decir, para que los órganos del cuerpo funcionen correctamente. Sin embargo, es una pauta con muchos matices, ya que las necesidades hídricas de cada persona no son las mismas. Depende de su edad, sexo, condición, actividad física, peso...

La cantidad de agua recomendada depende de múltiples factores, como la edad o el peso

También Percovich se posiciona en la recomendación de los dos litros, aunque recalca que "depende un poco del volumen corporal, ya que no es lo mismo hidratar a una persona de 50 kg que a una de 100. "Además, habría que hacer hincapié en que ese líquido hay que distribuirlo a lo largo del día", apostilla. Y es que la idea es que nuestro organismo, que está compuesto en un 55% de agua, mantenga ese porcentaje.

¿Cómo actuar ante la deshidratación?

Si por la razón que sea, finalmente, se produce una pérdida de agua en el organismo dando lugar a cierto grado de deshidratación, se han de tomar medidas correctoras. "Si se tienen síntomas de deshidratación, debemos cambiar a un ambiente de menor temperatura. Las bebidas deportivas pueden ayudar en el colectivo de los deportistas". Además, "para los niños existen soluciones de hidratación oral. Incluso se pueden preparar con facilidad".

placeholder Una de las consecuencias de la falta de hidratación es la fatiga. (iStock)
Una de las consecuencias de la falta de hidratación es la fatiga. (iStock)

En cualquier caso, según el facultativo, en general, el agua es la mejor bebida para la rehidratación, aunque insiste en que "en el caso de los deportistas debe recurrirse a líquidos con electrolitos preparados de forma específica".

Ahora bien, el experto prioriza siempre la prevención: "Lo primero que hay que hacer es evitar la deshidratación con líquidos e incluso algunas veces con electrolitos, como por ejemplo cuando se va a realizar deporte o se tienen vómitos o diarrea. Además, "no se debe de olvidar la pérdida de líquido en forma de sudor en el verano".

Foto: Consejos para evitar un golpe de calor. (Unplash/ Daniel Apodaca)
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Por otro lado, "hay que saber que los cambios que se producen en la sangre cuando ingerimos agua no suceden tan rápido como cuando comemos y nos saciamos, por lo que hay que hacerlo poco a poco y tener más paciencia en la sensación de mejoría".

Los primeros síntomas que indican que estamos iniciando un proceso de deshidratación son cansancio, debilidad y dolor de cabeza. En principio, no parecen graves. De hecho, no lo son. Ahora bien, si la situación empeora pueden aparecer otros con una cariz más serio, como son los vómitos, aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca y, finalmente, disminución del estado de alerta", advierte el doctor Juan Carlos Percovich, endocrino del Hospital Ruber Internacional. Y es que la deshidratación no es un asunto menor. Realmente, es un proceso con consecuencias graves para la salud y que, por tanto, conviene parar a tiempo.

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