Qué debes comer (y qué no) para cuidar tus riñones
La principal función de este órgano es la eliminación de las sustancias de desecho del organismo a través de la orina, así que vigilar la alimentación es clave
Cada vez son más habituales los cálculos renales y otros problemas asociados a la salud del riñón, con lo que es bueno plantearnos una dieta que tenga un efecto positivo sobre este órgano, especialmente para las personas más mayores. De hecho, los principales enemigos de nuestros riñones, como la tensión arterial y el azúcar en sangre altos, son producto directo de lo que comemos. Aquí os dejamos los mejores (¡y los peores!) alimentos para el riñón.
Alimentos buenos
- Frutas y verduras: gracias a su contenido en vitaminas son estupendas aliadas para nuestros riñones. Son los alimentos que más favorecen la función depuradora de este órgano, ya que son ricos en potasio, que aumenta la producción de orina. De todas formas, hay que tener cuidado con algunas como el plátano, la patata o las algas, mientras que son buenos el kiwi y las uvas.
- Agua de mineralización débil: es fundamental hidratarse bien, lo cual tiene un efecto directo en los riñones. Lo recomendable son unos dos litros y medio diarios.
- Pescado azul, frutos secos y legumbres: son buenos para el correcto funcionamiento del sistema renal porque tienen muchos beneficios de cara al control del colesterol (el corazón y los riñones están estrechamente relacionados) por su contenido en omega 3 y omega 6. También es recomendable usar aceite de oliva para cocinar, porque mejora la circulación sanguínea y disminuye la presión arterial.
- También son aconsejables el queso, los cereales integrales y la soja.
Los productos que tenemos que evitar
- Sal: reducir o eliminar el sodio y los alimentos ricos en ella es muy sano para los riñones, de lo contrario tendrán cierta dificultad para eliminar el exceso de sodio y eso generará retención de líquidos e hipertensión, que puede dañar los vasos sanguíneos del órgano. El sodio no solo se encuentra en la sal común, sino también en productos que debemos sacar de nuestra dieta a toda costa, como los alimentos en conserva, quesos curados, comidas rápidas, embutido, salchichas, fiambre…
- El exceso de potasio: esto va desde algas, plátanos, chocolate, café liofilizado, patatas y algunas verduras y hortalizas. Es aconsejable la doble cocción de las verduras para disminuir el nivel de potasio de los alimentos frescos.
- Productos con demasiado fósforo: comidas en conservas, precocinados, aditivos alimentarios, etc. También algunos refrescos, como los azucarados, las bebidas con sabor a fruta o los tés embotellados.
- Proteínas: lo más sano es limitar el consumo de carne roja, huevos, aves, pescado y lácteos. Según la Organización Mundial de la Salud, solo el 10-15% de las calorías diarias deben proceder de las proteínas, es decir, no es cuestión de eliminarlos por completo, sino reducir las cantidades.
Qué comer cuando tienes piedras en el riñón
Los cálculos renales, más conocidos como 'piedras en el riñón', son uno de los motivos más habituales por los que se consulta a un urólogo. Estos problemas los padece entre el 5% y el 10% de la población y, según la Asociación Española de Urología (AEU), su incidencia está al alza en España.
Esta afección se da cuando hay formaciones sólidas de sales y minerales que, en vez de eliminarse con la orina, cristalizan y provocan cólicos nefríticos, que son muy dolorosos. Hay múltiples causas por las que se pueden presentar estas piedras, empezando por un ritmo de vida sedentario y una mala alimentación.
“Lo más importante es beber suficiente líquido”, defiende la Fundación Americana del Riñón
¿Qué deberíamos comer cuando tenemos piedras en el riñón? Lo más importante es “beber suficiente líquido cada día. La mayoría de personas deberían tomar entre 8 y 12 tazas de líquidos al día. [...] Limitar el sodio y proteína de animales en tu dieta puede ayudar a prevenir las piedras en los riñones”, aseguran desde la Fundación Americana del Riñón.
Además, es bueno reducir las cantidades de café y té. Las proteínas también pueden ser perjudiciales, con lo que es bueno no abusar de aquellas como la carne (mejor de pollo, conejo o pavo, por ejemplo), los lácteos, los huevos, el pescado y el marisco. Estos, mientras el paciente siga con la afección, se pueden sustituir por legumbres, alimentos de soja, nueces y otros frutos secos (almendras, pistachos o anacardos).
Cada vez son más habituales los cálculos renales y otros problemas asociados a la salud del riñón, con lo que es bueno plantearnos una dieta que tenga un efecto positivo sobre este órgano, especialmente para las personas más mayores. De hecho, los principales enemigos de nuestros riñones, como la tensión arterial y el azúcar en sangre altos, son producto directo de lo que comemos. Aquí os dejamos los mejores (¡y los peores!) alimentos para el riñón.