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Las alternativas (sanas) al aceite de oliva con las que puedes ahorrar
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EL MUNDO MÁS ALLÁ DEL AOVE

Las alternativas (sanas) al aceite de oliva con las que puedes ahorrar

Desde el punto de vista de la salud, el aceite de oliva virgen extra no tiene competencia. Ahora bien, dado su precio, conviene sopesar otras opciones menos dolorosas para el bolsillo

Foto: Aunque el aceite de oliva virgen extra es el mejor, no es el único saludable. (iStock)
Aunque el aceite de oliva virgen extra es el mejor, no es el único saludable. (iStock)

La superioridad nutricional y organoléptica asociada al aceite de oliva virgen extra (AOVE) es una de las cuestiones sobre las que la comunidad de expertos expresa su más rotunda unanimidad. Los beneficios asociados a su consumo destacan muy por encima del resto de aceites, tanto si consideramos los obtenidos a partir de la oliva como aquellos que proceden de otros alimentos como el girasol o el coco. En definitiva, sobran las razones (nutricionales y gastronómicas) para elegir AOVE entre toda la oferta disponible. Sin embargo, desde hace semanas, otra razón, esta vez del ámbito económico, está ganando terreno. Y es que su precio se ha desbocado de tal manera que su consumo se ha vuelto casi prohibitivo.

Los expertos sugieren reservar el aceite de oliva virgen extra para usar en crudo

Por tanto, partiendo de la idea de que si atendemos a los aspectos relacionados con la salud, ningún otro aceite iguala o supera al AOVE, lo cierto es que utilizar otras grasas podría aliviar el bolsillo de los consumidores sin dañar la salud. Así que, aunque voces expertas como la de Mª Cruz Manzaneque, secretaria del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), asegura que no dejaría de utilizar AOVE por el arraigamiento cultural y económico que tenemos, sí sugiere emplear los aceites de oliva virgen, de oliva o de orujo para cocinar, reservando el AOVE para utilizarlo en crudo.

placeholder En el supermercado podemos encontrar una gran variedad de aceites vegetales. (iStock)
En el supermercado podemos encontrar una gran variedad de aceites vegetales. (iStock)

Además, como medida paliativa frente a su desorbitada escalada en el precio, propone intentar comprar el AOVE a productores locales. De este modo, "podríamos ahorrar algo de dinero y contribuiríamos a dejar de perder algo tan valioso como nuestro aceite".

¿Cuáles son los beneficios para la salud que nos estamos jugando?

Lo cierto es que son muchos, y muy valiosos. Dentro de los componentes bioactivos del AOVE, "encontramos los ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes como el α-tocoferol, compuestos fenólicos y otros compuestos con propiedades antioxidantes. Estos compuestos contribuyen al sabor y aroma característico del AOVE", apunta la dietista-nutricionista.

Foto: Botes con aceite de oliva. Foto: Freepik

Gracias a esta composición nutricional, su consumo deviene en una mejora del estado de salud, ya que "está relacionado con múltiples efectos beneficiosos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular", asegura la experta. Entre ellos, "la ralentización del desarrollo de arteroesclerosis, un favorable perfil lipídico, disminución de la tensión arterial, reducción de la inflamación", enumera la experta. Y añade: "Además, también se asocia con un mejor control glucémico, con una reducción de la incidencia del síndrome metabólico y la diabetes tipo 2. Sin embargo -remarca-, los beneficios asociados al AOVE no se producen de forma aislada, es decir, se dan cuando se relaciona con un consumo de frutas, verduras y legumbres".

El aceite de girasol es menos saludable que el AOVE, pero no significa que sea perjudicial

Por todo ello, "en nuestro contexto cultural, económico y ambiental, el AOVE es una de las mejores opciones de alimentos ricos en grasas", afirma la experta sin un ápice de duda al respecto.

Si no es AOVE, entonces ¿qué alternativas existen?

Si no queremos bajar demasiado el listón, en primer lugar, deberíamos movernos dentro de la familia de los aceites de oliva. La experta escala de mayor a menor calidad, el aceite de oliva virgen; a continuación, el de oliva, y por último, el de orujo. La pérdida de calidad se debe principalmente al proceso de refinamiento. En este sentido, el AOVE debe su destacada posición a que "es el resultado de la trituración y el prensado de las olivas, por lo que se considera como el zumo verdadero. Si a este zumo le vas quitando esos componentes minoritarios, se van obteniendo productos de menor calidad nutricional y organoléptica", describe Manzaneque. Por otro lado, "el aceite de orujo de oliva se obtiene de los restos de la primera molturación de la aceituna. Está compuesto de agua, piel, hueso y aceite".

placeholder Los expertos recomiendan reservar el AOVE para tomar en crudo, y el resto para cocinar. (iStock)
Los expertos recomiendan reservar el AOVE para tomar en crudo, y el resto para cocinar. (iStock)

Ahora bien, el hecho de que renunciemos a lo mejor no significa que el resto de aceites sean perjudiciales para la salud. Simplemente, "los beneficios del aceite de orujo y el refinado son menos saludables, pero no dañinos. Es decir, sus beneficios no son comparables a los que ofrece el AOVE. La recomendación sería utilizar estos aceites para cocinar", sostiene la experta.

¿Qué pasa con los aceites que no son de oliva?

Si abrimos el foco y dejamos que entren otras opciones fuera de la familia de los aceites de oliva, el primero que aparece en la lista de los más consumidos en nuestro país sería el aceite de girasol. Respecto a su uso, la dietista-nutricionista recomienda utilizar el aceite de girasol alto oleico: "Es un aceite al que se le ha añadido ácido oleico, lo que le da más estabilidad frente a la oxidación".

Foto: Foto: Unplash/@dkfra19.

Más allá, podemos encontrar otros aceites "como el del coco en su versión virgen. En ese caso, se trata de un aceite saludable -continúa- que podría proporcionar un toque especial de sabor a nuestras comidas. Sin embargo, en cuanto a precio e impacto medioambiental, no tiene punto de comparación con el AOVE". En cuanto a su uso, la experta aconseja utilizarlo para cocinar más que en crudo.

En definitiva, uno de los criterios que pueden ayudar a escoger una posible alternativa al AOVE, se basaría en su proceso de elaboración. Y es que, según la experta, los aceites menos convenientes para la salud serían "todos aquellos que no se encuentren en su versión virgen, es decir, aquellos que estén refinados".

La superioridad nutricional y organoléptica asociada al aceite de oliva virgen extra (AOVE) es una de las cuestiones sobre las que la comunidad de expertos expresa su más rotunda unanimidad. Los beneficios asociados a su consumo destacan muy por encima del resto de aceites, tanto si consideramos los obtenidos a partir de la oliva como aquellos que proceden de otros alimentos como el girasol o el coco. En definitiva, sobran las razones (nutricionales y gastronómicas) para elegir AOVE entre toda la oferta disponible. Sin embargo, desde hace semanas, otra razón, esta vez del ámbito económico, está ganando terreno. Y es que su precio se ha desbocado de tal manera que su consumo se ha vuelto casi prohibitivo.

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