¿Tu hijo toma suficiente hierro y Omega 3 DHA? Esta calculadora te ayuda a saberlo

Una de las primeras preocupaciones de los padres es la de si sus hijos se estarán alimentando adecuadamente. Tras unos primeros meses en los que la leche es el único sustento del recién nacido, progresivamente -y siempre bajo el consejo del pediatra-, deberán ir introduciendo nuevos grupos de alimentos. El objetivo es consolidar, de forma paulatina, una dieta diversificada que se ajuste a las necesidades nutricionales específicas que requiere esa etapa de crecimiento intenso que está experimentando.

Hasta los 24 meses, la leche va a seguir siendo una de las bases de la alimentación de los pequeños, y les aportará un 30% de la dosis diaria de calcio que necesitan, así como otras vitaminas y minerales. Pero no es suficiente: el niño requiere otros nutrientes y por eso es preciso ir introduciendo la alimentación complementaria.

Pese al esfuerzo e interés de los padres por conseguir esa adecuada alimentación, lo cierto es que no siempre es sencillo. Distintos factores, como el estrés de la vida actual, la falta de tiempo para ir a la compra y preparar comidas caseras como las de antes o la facilidad para encontrar alimentos de conveniencia que nos sacan de más de un apuro, pueden hacer que los niños no estén diversificando suficientemente bien su dieta.

Estas son algunas de las conclusiones que revela el Estudio EsNuPi (Estudio Nutricional en Población Infantil Española), la mayor investigación holística sobre nutrición infantil en nuestro país. Los pequeños españoles presentan un déficit en la ingesta de nutrientes esenciales en la dieta infantil, como hierro, DHA o vitamina D, entre otros. En concreto, tres de cada cuatro niños españoles de entre uno y diez años no alcanzan las ingestas de Omega 3 DHA recomendadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).

En este sentido, hay que recordar que el Omega 3 DHA es el ácido graso más abundante del cerebro y que juega un papel clave en el desarrollo intelectual del niño. Por otra parte, el hierro es fundamental para el desarrollo cognitivo; el calcio para el crecimiento y desarrollo de los huesos; y la vitamina D para el fortalecimiento del sistema inmunitario.

¿Mi hijo recibe los nutrientes que necesita?

Todos los padres conocen la tabla de crecimiento, esa herramienta que con facilidad les indica en qué rango o percentil de crecimiento (talla y peso) se encuentra su hijo. Pero ¿cómo saber si está recibiendo los aportes de hierro y DHA recomendados? Para ayudar a los padres a averiguarlo, el Instituto Puleva de Nutrición ha desarrollado una calculadora de DHA que les facilita el conocer si su dieta habitual les está aportando este nutriente -y otros de especial importancia, como el hierro- en la cantidad adecuada.

La alimentación debe cubrir las necesidades nutricionales específicas de cada etapa; y ser rica en frutas, verduras, hortalizas y pescado azul para aportar el DHA recomendado. En este contexto, la leche puede ser de gran ayuda. El cambiar el vaso de leche habitual por uno de leche de crecimiento (de uno a tres años), o de crecimiento y desarrollo (de tres años en adelante) permite incorporar algunos nutrientes clave de los que la leche de vaca es deficitaria y que no se están aportando suficientemente en la dieta a través de otros alimentos.

Además, estas leches son adaptadas y especialmente pensadas para satisfacer las necesidades nutricionales del niño en sus distintas etapas de crecimiento, que maximizan los beneficios para la salud y el desarrollo completo del pequeño.

De hecho, el Comité de Nutrición de la European Society for Paediatric Gastroenterelogy Hepatology and Nutrition (ESPGHAN) sugiere que, en niños de uno a tres años, las leches enriquecidas pueden utilizarse como parte de una estrategia para aumentar la ingesta de ácidos grasos, hierro y vitamina D. Así, la leche adapatad es un buen vehículo para, de una manera sencilla y complementaria, aportar estos nutrientes en la dieta.