¿Es posible adelgazar sin dieta? 9 claves para perder peso sin hacer un régimen estricto
¿Se puede perder peso sin apuntarse al gimnasio, tomando chocolate, untando las tostadas por la mañana o sin renunciar a pringar la salsa? Sí, si sabes cómo
No todo el mundo está preparado psicológicamente para llevar a cabo una dieta; en especial, las más restrictivas. Eliminar ciertos nutrientes puede aumentar los cuadros depresivos o los niveles de estrés. Además, el mero hecho de tener que planificar los menús dispara nuestra ansiedad.
No se trata de un problema de fuerza de voluntad: "El cambio debe hacerse desde la emoción, un cambio interior profundo", señala Sonia Durán, psicóloga especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria, según recoge El Periódico de la Farmacia.
Sin embargo, no es necesario hacer una dieta, ni eliminar alimentos ni controlar cuándo se come (uno de los fundamentos del denominado ayuno intermitente). Con unos pequeños cambios en nuestras rutinas, podemos lograr adelgazar. Además, si logramos que estas pequeñas modificaciones se mantengan durante 21 días, ya las habremos integrado entre nuestro día a día y será más difícil que suframos el denominado efecto rebote.
Todos sabemos que para adelgazar hay que ingerir menos calorías que las que el cuerpo necesita. O comes menos o gastas más. Sin embargo, no es tan sencillo. Deberíamos priorizar el consumo de pescados, aves, carnes magras, legumbre, huevos y frutos secos, así como verduras, frutas y lácteos. Frente a procesados o carbohidratos.
También debes hacer un mínimo de 150 minutos de ejercicio a la semana. No hace falta tener una gran condición física, puedes empezar subiendo a casa por las escaleras o pararte una estación de metro antes e ir andando.
Además, te damos nuevo pequeños cambios en tus hábitos que te ayudarán a adelgazar, según publica la Revista Mia:
- Consume más vegetales: las verduras tienen mucha fibra, que ayuda a controlar el apetito. Además, las legumbres son una fuente de proteínas de primera calidad.
- Elige chocolate negro: no te niegues un capricho, pero aprende a elegir tus dulces. Por ejemplo, el chocolate negro (con un mínimo de 80%) te ayudará a controlar la ansiedad, a la vez que es rico en flavonoides.
- Salsa de tomate, mejor casera: las industriales contienen bastante sal y azúcar. Así, podrás pringar la salsa sin remordimientos.
- Cambia la mantequilla por el aguacate: es una fruta bastante calórica y saciante, pero mucho más saludable que la mantequilla. No tendrás que renunciar a tus tostadas untadas.
- Bebe más agua: beber medio litro de agua 30 minutos antes de cada comida reduce el apetito. Así, ingerirás menos calorías sin darte cuenta.
- Consume alimentos con fibra: apunta en tu lista de la compra alimentos como la naranja, la avena o las alcachofas. Consumirlos te hará sentir saciado a la vez que te resultará más fácil ir al baño.
- Muévete más: no hace falta que te apuntes al gimnasio. Empieza a cambiar pequeñas rutinas que te hagan quemar más calorías. Por ejemplo, no uses el ascensor.
- Presta atención a la comida: apaga la tele para comer. Muchas veces consumimos más calorías porque estamos distraídos, no porque tengamos hambre.
- Vigila las cantidades: prueba a servirte la comida en platos más pequeños o intentar servirte en la cocina para no tener la “cazuela a mano”
No todo el mundo está preparado psicológicamente para llevar a cabo una dieta; en especial, las más restrictivas. Eliminar ciertos nutrientes puede aumentar los cuadros depresivos o los niveles de estrés. Además, el mero hecho de tener que planificar los menús dispara nuestra ansiedad.