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¿Te gusta el picante? Un consumo moderado podría ser beneficioso para la salud
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MUCHO PUEDE SER DEMASIADO

¿Te gusta el picante? Un consumo moderado podría ser beneficioso para la salud

Numerosas investigaciones apuntan a que el consumo de alimentos picantes podría reducir el colesterol, controlar la diabetes, o ayudar a perder peso... Eso sí, siempre con mesura

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Cuando degustamos una ración de pimientos de padrón (en concreto, los que pican) o le damos un mordisco generoso y valiente a una guindilla, en pocos segundos notamos cómo aumenta la temperatura corporal, e incluso, pueden aparecer algunas gotitas de sudor perlando nuestra frente. Este, es uno de los muchos efectos de la capsaicina, sustancia responsable de la sensación de picor que forma parte de la composición química de alimentos como las guindillas o los pimientos.

Esa sensación de "fuego en el cuerpo" es para muchos la razón por la que les encanta la comida picante. Ahora bien, parece que, además podrían sumarse motivos de salud que respaldaran su consumo. Eso sí, siempre moderado.

La capsaicina podría disminuir los niveles de grelina y, por tanto, reducir el apetito

A los alimentos picantes se le atribuyen numerosas propiedades, unas con mayor evidencia científica que otras. La cuestión es que "todavía muchas de ellas solo se han dado in vitro, como el efecto antitumoral y otras que han relacionado directamente su consumo con el aumento de la tasa metabólica y de la reducción de la acumulación de calcio en las paredes de las arterias coronarias", asegura Vanesa Cortés Gómez, dietista-nutricionista y responsable de la unidad de obesidad en Clínica Parejo y Cañero y el Hospital de Día en Puente Genil. Por lo tanto, "existe evidencia científica en algunos casos y en otros todavía se están realizando estudios experimentales", apostilla.

Propiedades antioxidantes, efecto antiinflamatorio...

Conscientes de que todavía es necesario llevar a cabo más investigaciones al respecto, lo cierto es que a día de hoy a los alimentos picantes se les atribuyen numerosos beneficios para la salud. Entre todos ellos, la experta destaca los siguientes:

placeholder El consumo de picante acelera el metabolismo y podría favorecer la pérdida de peso. (iStock)
El consumo de picante acelera el metabolismo y podría favorecer la pérdida de peso. (iStock)
  • Tener un efecto antitumoral.
  • Estimular las secreciones del estómago favoreciendo el proceso digestivo, como por ejemplo el jengibre que se utiliza para prevenir náuseas y vómitos. También puede tener propiedades carminativas frente a cólicos, gases y otros problemas estomacales.
  • Activar la circulación sanguínea y tener efecto antiinflamatorio en las arterias.
  • Reducir los niveles de colesterol.
  • Ayudar a controlar la diabetes tipo 2.
  • Poseer un efecto antioxidante al proteger las células de los radicales libres.
  • Acelerar el metabolismo y ayudar a adelgazar.
  • Generar mayor saciedad.

¿Ayuda a adelgazar o solo es un mito?

Entre todos los efectos mencionados, uno de los más conocidos (y apreciados), sin duda, es el que hace referencia a la pérdida de peso. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en esta supuesta cualidad? Se han realizado numerosos estudios en este campo. Entre ellos, "uno realizado con capsaicina demostró que aumentaba la temperatura corporal y, por ende, el gasto energético, pero ese efecto termogénico era temporal", apunta Cortés. Además, "se concluyó que podía disminuir los niveles de grelina, teniendo como efecto menor apetito", añade.

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En otro estudio, concretamente en una revisión sistemática de varias intervenciones en humanos, "se demostró que poseía un beneficio potencial para aumentar el gasto energético, la oxidación de lípidos y la reducción del apetito. Sin embargo, -continúa la experta- todavía queda mucho por hacer. Entre otras cosas, las dosis para saber si se podría prescribir para adelgazar".

¿Es aconsejable incluir picante en la dieta?

Frente a tantos y tan valiosos efectos positivos para la salud, cualquiera podría pensar que añadir alimentos picantes en la dieta habitual, podría ser una buena idea para mejorar nuestra alimentación. Sin embargo, para la experta, por encima de estos supuestos beneficios está la importancia de llevar una dieta sana, completa y equilibrada.

"Si te gusta el picante, añádelo a la comida. Eso sí, siempre como parte de una alimentación equilibrada"

Tal y como ella misma explica: "Un alimento, por sí solo, no tiene propiedades milagrosas, es decir, no existen los superalimentos, del mismo modo que tampoco por comer alimentos picantes se van a producir todos los supuestos beneficios que tienen". Y añade: "Si te gusta el picante, añádelo a la comida. Eso sí, siempre como parte de una alimentación sana y equilibrada con poco consumo de alimentos procesados. Además, es importante acompañar esta alimentación con la práctica de actividad física, un buen descanso, un eficaz manejo del estrés, etc. Por lo tanto, -concluye- si te gusta el picante y no tienes problemas digestivos, estás embarazada o en período de lactancia… añádelo a tus platos".

Si no sientes la lengua... es que te has pasado

Cuando la dietista-nutricionista nos anima a incluir alimentos picantes en la dieta, siempre que sean de nuestro agrado, ¿a qué cantidades se refiere? ¿Qué pasa si nos excedemos? En cuanto a la primera interrogante, Cortés señala que no es posible establecer una cantidad máxima de capsaicina o piperina de forma generalizada, ya que "según la guindilla que se consuma, esta tendrá mayor o menor capsaicina". Por lo tanto, "hay que tener mesura con la dosis y la sensación que nos produzca a cada uno", aconseja.

placeholder Abusar del picante puede producir náuseas, vómitos y dolor abdominal. (iStock)
Abusar del picante puede producir náuseas, vómitos y dolor abdominal. (iStock)

En cuanto a la segunda cuestión, si nos excedamos un poco con el picante, la experta destaca estos tres efectos:

  1. Hormigueo en la lengua y los labios.
  2. Sudoración intensa ya que la sensación de picante es reconocida en el cerebro por los receptores del calor de manera que el cerebro reacciona provocando sudoración al creer que le ha subido la temperatura.
  3. Y por último, daño en la mucosa gastrointestinal propiciando náuseas, vómitos, dolor abdominal, úlceras, diarreas y hemorroides.

Mejor que no comas picante si....

Más allá de las consecuencias, más o menos serias, que puede tener para el organismo pasarnos con el picante, existen ciertas situaciones en las que es mejor mantener estos alimentos lejos de nuestro alcance

Estas serían las patologías que, según Cortés, resultan incompatibles con el consumo de alimentos picantes:

  • Gastritis. Se trata de una inflamación de todo el tejido digestivo, y el picante interfiere en la regeneración del sistema digestivo.
  • Úlcera gastroduodenal. Las úlceras son provocadas en su mayoría por una bacteria, la Helicobacter Pylori. El tratamiento para erradicarla está compuesto por dosis altas de antibióticos y una dieta no agresiva ni irritante para la mucosa gástrica. El consumo de picantes irritaría la mucosa.
  • Síndrome del Intestino Irritable. (Sobre todo en brotes). El picante aumenta el dolor y la diarrea.
  • Hemorroides. El picante es irritante y aumenta las molestias.
  • Reflujo gastroesofágico. En este caso, está contraindicado porque el picante aumenta la irritación y acidez estomacal. Además, impide que el cardias se cierre con normalidad, por lo que provoca mayor reflujo.
  • Problemas hepáticos graves. Si el hígado no realiza el filtrado correctamente, el picante puede inhibir o retrasar su buen funcionamiento.

Tampoco se aconseja el picante en niños menores de seis años, ni en mujeres embarazadas, "ya que aumenta el riesgo de hemorroides y la irritación del intestino".

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Por último, en cuanto a la lactancia existe cierta controversia, ya que la leche materna adquiere el sabor de lo que la madre está comiendo, y esto hace que los expertos mantengan distintas actitudes al respecto. "Por un lado, hay recomendaciones sanitarias que aconsejan no consumir picantes por al alterar el sabor de la leche materna, esto pudiera producir un rechazo del lactante generando aversión a su consumo; y por otro lado, también hay quienes no ven ningún inconveniente en que la madre consuma picante, aunque esto podría determinar en parte el sabor que le pueda gustar a su hijo en un futuro".

Cuando degustamos una ración de pimientos de padrón (en concreto, los que pican) o le damos un mordisco generoso y valiente a una guindilla, en pocos segundos notamos cómo aumenta la temperatura corporal, e incluso, pueden aparecer algunas gotitas de sudor perlando nuestra frente. Este, es uno de los muchos efectos de la capsaicina, sustancia responsable de la sensación de picor que forma parte de la composición química de alimentos como las guindillas o los pimientos.

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