Trucos para reducir fácilmente la sal de tus comidas (y sin complicarte la vida)
Conseguir este objetivo saludable no es tan complicado si habituamos al paladar con pequeños trucos
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Se consume sal en exceso. Así lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). La proporción saludable se sitúa en los 5 gramos y la mayoría de las personas toman de 9 a 12 gramos por día en promedio, poniendo así en peligro su salud. Añadir a las comidas este condimento por encima de lo recomendado se traduce en una hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular.
Pero reducir la cantidad de sal en las comidas es una tarea difícil para muchos. Y es que la gran mayoría está acostumbrada a agregar más de lo aconsejado porque así le han sabido siempre mejor los alimentos. Sin embargo, conseguir este objetivo saludable no es tan complicado si habituamos al paladar con pequeños trucos.
La sal está muy vinculada a nuestra presión arterial. Por eso, el principal riesgo, como explican desde la Fundación Española del Corazón, es que un elevado consumo, sumado a una absorción insuficiente de potasio (menos de 3,5 gramos por día) contribuyen a la hipertensión arterial. Como recoge la institución, la doctora Teresa Partearroyo también lo asocia a una predisposición para el desarrollo de enfermedades como la osteoporosis, asma y otras patologías respiratorias, obesidad y cáncer de estómago.
Trucos sencillos para reducir la sal de tus platos
Un gesto muy sencillo para evitar tomar más sal de lo necesario es quitar el salero de la mesa. Haciendo esto impediremos caer en la tentación de agregar una cantidad más elevada porque se cree que por un poco más no pasa nada. A las comidas echaremos la medida indicada en la receta.
Reemplaza la sal por especias. Este es un método muy útil cuando queremos seguir disfrutando del sabor de los platos. Las hierbas secas y frescas, raíces (como el ajo y el jengibre), cítricos y vinagres son una opción perfecta para potenciar el sabor. Así, desde pimienta negra, canela y cúrcuma hasta albahaca fresca, chiles y zumo de limón podrán sustituirla sin problema.
También debes llevar cuidado con la sal añadida que no ves. Y es que puedes no estar logrando tu propósito porque consumes más sodio de lo que crees. Con esto nos referimos a los productos procesados. Pero no te imagines que solo afecta a los artículos aparentemente menos sanos como bollería industrial y dulces. El pan, los cereales y las conservas suman más sal a tu ingesta diaria.
De hecho, recientemente se limitó el contenido máximo de sal en el pan. La norma establece que el contenido máximo de sal permitido en el pan común, como producto acabado, debe ser de 1,31 gramos por cada 100 gramos de pan, si se analiza mediante determinación de cloruros.
También puedes reducir la sal en los productos enlatados o de bote
Pero existe una forma de reducir la sal en los productos enlatados o de bote. Los puedes enjuagar con agua siempre que sea posible para disminuir considerablemente el nivel de sodio. También puedes diluir con agua los caldos de pescado, carne y verduras si no puedes comprobar un nivel bajo de sal entre sus componentes. En este sentido, es importante leer las etiquetas para saber cuánta sal incluye.
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Se consume sal en exceso. Así lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). La proporción saludable se sitúa en los 5 gramos y la mayoría de las personas toman de 9 a 12 gramos por día en promedio, poniendo así en peligro su salud. Añadir a las comidas este condimento por encima de lo recomendado se traduce en una hipertensión arterial y aumenta el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular.
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