Perder peso a partir de los 50 es posible: ficha estos probióticos
Se usan principalmente para tratar problemas gastrointestinales, pero en los últimos años se han relacionado también con mejoras en el metabolismo
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Cada vez más personas incluyen los probióticos en su dieta. Como explican desde la Sefac y Sepyp, se usan para tratar problemas gastrointestinales, como diferentes tipos de diarreas, trastornos funcionales, como el cólico del lactante o síndrome del intestino irritable, o procesos inflamatorios, como la colitis ulcerosa.
Para entender cómo actúan los probióticos en la salud, primero es preciso explicar la importancia de la microbiota intestinal. “Está constituida por el conjunto de microorganismos que colonizan establemente la superficie epidérmica y la de las mucosas”, explican en la Guía de actuación y documento de consenso sobre el manejo de preparados con probióticos.
Así, tiene un papel crucial en nuestro cuerpo, y su existencia es totalmente necesaria para mantener un buen estado de salud. “El número de microorganismos que la componen supera en unas diez veces al de células de nuestro propio organismo y, por ejemplo, la mitad del volumen de nuestras heces está constituido por microorganismos que habitan en nuestro aparato digestivo”, señalan.
La microbiota genera nutrientes esenciales como las vitaminas y algunos aminoácidos, disminuyendo así la cantidad que es necesaria ingerir. También promueve el aprovechamiento de nutrientes no digeribles. Actúa como una barrera protectora que “impide el establecimiento de patógenos tanto directamente como contribuyendo a la diferenciación y estimulación de los sistemas inmunitarios de defensa”.
Qué son los probióticos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define probióticos como “microorganismos vivos que, cuando son administrados en la cantidad adecuada, confieren un efecto beneficioso para la salud del sujeto que los recibe, por lo que el concepto de probiótico hace referencia a microorganismos externos al individuo”.
Desde su descubrimiento, el concepto ha ido evolucionando a medida que se iba conociendo más sobre sus beneficios. Actualmente, se toman sobre todo para proteger la flora intestinal cuando se está tomando medicamentos que pueden perjudicar al conjunto de microorganismos o bacterias que actúan en el intestino.
Varios estudios han reflejado la relación de los probióticos con el metabolismo y el sobrepeso
Pero varios estudios también han reflejado su relación con el metabolismo y el sobrepeso, como indican en la web Nutribiótica. Los resultados del estudio de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, la Clínica Garcilaso y Nutribiótica reflejaron el "buen efecto que se consigue modulando la microbiota en pacientes con sobrepeso u obesidad". Concretamente, se le suministró un probiótico compuesto por dos lactobacilos.
Alimentos con probióticos
Lo puedes encontrar como suplementos en farmacias, pero también los alimentos pueden aportar esta protección. De hecho, hay una larga lista de alimentos con probióticos de forma natural que ayudarán a cuidar tu flora intestinal:
- Leches fermentadas como el yogur o el kéfir.
- Pepinillos encurtidos.
- Kombucha.
- Hojas de repollo o col fermentadas.
- Tempeh. Este alimento fermentado procedente de Indonesia incluye soja.
- Kimchi. Es una preparación fermentada hecha con verduras de origen coreano.
- Quesos sin pasteurizar.
- Miso. Es un condimento japonés que se obtiene tras fermentar semillas de soja o cereales.
La Sefac y Sepyp señalan que los probióticos deben conservarse refrigerados en nevera o por debajo de 25ºC, aunque algunos productos con probióticos tienen unas condiciones diferentes de conservación. Estas condiciones dependen de la cepa que contenga el producto, así como de su proceso de fabricación, lo que vendrá detallado en la ficha técnica del producto.
Cómo y cuándo tomar probióticos
También aclaran que se pueden tomar a diario de forma continuada, ya que actúan sobre la microbiota intestinal produciendo efectos beneficiosos a largo plazo.
Recomiendan tomar probióticos porque pueden contribuir a restaurar y mantener el equilibrio de la microbiota beneficiosa, reduciendo síntomas tales como la distensión o el meteorismo. Es conveniente su consumo cuando estamos en tratamiento con antibióticos, ya que estos, al destruir las bacterias patógenas, pueden eliminar también las bacterias beneficiosas de nuestra microbiota. También se aconseja cuando tenemos molestias digestivas o estamos bajo condiciones de estrés.
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Cada vez más personas incluyen los probióticos en su dieta. Como explican desde la Sefac y Sepyp, se usan para tratar problemas gastrointestinales, como diferentes tipos de diarreas, trastornos funcionales, como el cólico del lactante o síndrome del intestino irritable, o procesos inflamatorios, como la colitis ulcerosa.