¿Desayunar mucho o poco? Esta es la mejor opción para adelgazar, según la ciencia

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La ciencia ya ha desterrado la idea tan extendida de que el desayuno es la comida más importante del día. Sin embargo, esto no significa que haya que suprimirla de la dieta. Ni mucho menos. Solo hay que darle la misma importancia que la comida y la cena. De hecho, puede ser clave en tu objetivo de perder peso.

Aunque siempre se ha considerado el momento más idóneo para coger energía, son muchos los que por prisas se saltan el desayuno o lo sustituyen por un picoteo poco saludable a media mañana. Dos opciones nada favorecedoras si quieres perder grasa. Hay quien seguirá pensando que en todos los casos se consigue adelgazar reduciendo la cantidad. Pero, además de que esto aplicado sin seguir una estrategia dietética no tiene sentido, será contraproducente para nuestro apetito.

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Alimente

Uno de los principales problemas cuando se comienza a cuidar la alimentación es el hambre desesperante, que puede dar lugar al abandono por completo de la dieta. La solución para evitar esto la puedes encontrar en un desayuno completo. La mejor hora del día para ingerir carbohidratos es por la mañana, ya que el cuerpo tiene más tiempo para quemar la glucosa que estos liberan.

La ciencia responde

Un estudio publicado en 2017 defendió que un desayuno que esté repleto de nutrientes puede contribuir en tu propósito para quemar grasa y mejorar el metabolismo. El trabajo científico también apuntaba en sus conclusiones que los participantes mostraron menor riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.

Más recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Aberdeen determinó que un desayuno abundante ayuda más a adelgazar que incluir más alimentos en la cena. En este estudio se comprobó que aquellos que tomaron una ingesta de calorías mayor por la mañana declararon tener menos hambre durante el resto del día.

Un desayuno abundante ayuda más a adelgazar que una cena copiosa

También se ha demostrado que un desayuno copioso puede activar el metabolismo para quemar grasa. Un estudio de 2020 concluyó que las personas que tomaron un desayuno más abundante y una cena más reducida quemaron el doble de calorías a lo largo del día en comparación con aquellas que tomaron un desayuno más moderado y una cena más rica.

En el apetito estaría una de las claves para que desayunar mucho nos ayude en la pérdida de peso. Pero no vale cualquier selección. Es importante que la primera comida del día incluya fibra. Unas tostadas de pan integral y frutas ricas en fibra como la manzana, el plátano, la pera o el melocotón. La fibra es perfecta para mejorar el tránsito intestinal, combatiendo así el estreñimiento. También ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.

Para que el desayuno sea completo es conveniente que incluyas algo de grasas, aunque no en exceso. Como, por ejemplo, un huevo duro. Es un nutriente esencial para el organismo y el mejor para saciarte durante el resto de la jornada. El queso podría ser otra opción recomendable. Pero lo más saludable es recurrir a las grasas monoinsaturadas saludables que contienen alimentos como el aguacate, los frutos secos o el aceite de oliva.

Un truco para calmar el apetito es beber agua antes de cada comida. Por eso, este gesto antes de cada ingesta se recomienda a aquellos que quieran bajar de peso. Tras toda la noche sin tomar ningún líquido, hidrata tu cuerpo con un vaso grande de agua.