El caldo rico en colágeno que protege las articulaciones y mantiene la piel sana

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Los alimentos han demostrado tener un gran poder para mantener, o empeorar, nuestro estado de salud. En concreto, los caldos hechos de carnes y verduras son un alimento que nos aporta una gran cantidad de nutrientes, y son fáciles de preparar. El caldo de huesos debe ser, junto con la sopa de pollo, el más popular de todos.

A este caldo se le han atribuido beneficios para nuestra salud, como la posibilidad de proteger nuestras articulaciones y mejorar el aspecto de la piel. Tal y como explican desde Dr. Axe, el caldo de huesos es rico en colágeno, prolina, glicina y glutamina, compuestos que se encuentran en los huesos del pollo o de la res, especialmente en las patas, las tráqueas, los tendones y los ligamentos.

A su vez, el caldo de huesos es muy nutritivo, pues contiene calcio, magnesio, fósforo, silicio, azufre y otros minerales y vitaminas. Su contenido en sulfato de condroitina y glucosamina, lo hacen ideal para reducir la inflamación, calmar la artritis y reducir el dolor de las articulaciones. Son los mismos compuestos que se venden como suplementos alimenticios para tal fin, pero extraídos directamente de los huesos de animal.

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La importancia de la cocción lenta

El caldo de huesos requiere un procedimiento bastante largo, pues la cocción va de 10 a 12 horas. Incluso hay personas que dejan cocer los huesos hasta 24 horas. El objetivo de una cocción tan larga es extraer lentamente todo el colágeno y los nutrientes de los huesos, y que estos queden en el caldo.

Por otra parte, la preparación de los ingredientes es bastante sencilla. El caldo de huesos base se hace con huesos de diferentes animales, como pollo o res. Pueden ser de un solo tipo o mezclarse. Hay personas que recomiendan hornear o sofreír los huesos antes de ponerlos a hervir, mientras que otros indican que no es necesario.

Este caldo de huesos requiere una cocción larga y lenta para extraer los nutrientes

Prepara caldo de huesos paso a paso

Para hacer nuestro caldo de huesos tendremos que colocar varios huesos de nuestra elección con agua en una olla. A ser posible, huesos como patas o tráqueas. A más cantidad, más caldo haremos de una sentada, y podemos congelarlo o guardarlo en la nevera. La clave de esta receta es un buen chorro de vinagre de manzana, que ayudará a extraer el colágeno de los huesos.

Hay personas que prefieren enriquecer el caldo agregando unas verduras, ya que tanto verduras como huesos contienen muchos nutrientes, pero no es obligatorio. Hay que dejar cocer a fuego lento nuestro caldo durante al menos 10 horas. Pasado ese tiempo, colaremos el caldo y lo dejaremos enfriar. Tras varias horas enfriando, una capa de grasa se habrá formado en la superficie, la retiraremos con ayuda de una cuchara y ya tendremos nuestro caldo de pollo, que se habrá solidificado obteniendo una textura gelatinosa, rica en colágeno.

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Cómo tomar el caldo de huesos

Hay personas que se beben este caldo directamente, pero también podemos tomar un par de cucharadas de la gelatina resultante y mezclarlas con agua caliente, como un consomé. Podemos agregar especias o limón para darle un toque de sabor, y tomarlo por la mañana a primera hora para maximizar su absorción.