El sencillo truco para guardar el pan y protegerlo del moho
La presencia de micotoxinas en los alimentos puede afectar a la salud humana y animal, ya que pueden causar múltiples efectos adversos
En España el pan cuenta con una tradición milenaria. El trigo es con diferencia el cereal más cultivado, ya que soporta el clima seco del interior peninsular. Desde tiempos inmemoriales, es un alimento básico que acompaña todas las comidas diarias durante todo el año.
Sin embargo, si no se guarda en un sitio adecuado, podrá salirle moho, ya que es uno de los alimentos más susceptibles de ser colonizado por estos hongos.
Por ese motivo, desde el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomiendan comer el pan durante los primeros cuatro días tras la compra. También sugieren meterlo en el congelador, el problema es que no suele haber espacio.
Almacenarlo en una panera puede garantizar que el pan no se infecte por hongos y mantenga su textura original. Además, es un gran truco para poder mantener organizada la despensa.
Peligros de comer cosas con moho
Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), recuerdan que las toxinas fúngicas (micotoxinas) son sustancias producidas por varios centenares de especies de mohos que pueden crecer sobre los alimentos en determinadas condiciones de humedad y temperatura. Las micotoxinas representan un riesgo serio para la salud humana y animal.
Las micotoxinas son compuestos químicos producidos de forma natural (no antropogénicos) en el metabolismo secundario de algunos géneros de hongos. Las más importantes son las toxinas producidas por mohos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium.
La presencia de micotoxinas en los alimentos y piensos puede afectar a la salud humana y animal, ya que pueden causar diversos efectos adversos como la inducción del cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón.
En España el pan cuenta con una tradición milenaria. El trigo es con diferencia el cereal más cultivado, ya que soporta el clima seco del interior peninsular. Desde tiempos inmemoriales, es un alimento básico que acompaña todas las comidas diarias durante todo el año.
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