Alimentación en verano: desmontamos los mitos más comunes de la mano de una endocrina
Beber agua fría adelgaza, las frutas engordan… Existe un gran número de creencias en torno a la nutrición que suelen proliferar con más intensidad durante la temporada estival, cuando también aumenta la preocupación por la apariencia corporal
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Durante las vacaciones es habitual que la alimentación cambie, se relajan los horarios y hacemos muchos más planes que incluyen comidas fuera de casa. Con ello, es posible que surjan desde dudas hasta preocupaciones sobre el peso corporal que, en ocasiones, pueden llevarnos a poner en práctica consejos que hemos escuchado a algún familiar sin consultar previamente a un profesional. Aunque algunos de ellos pueden ser inofensivos, otros sí que pueden llegar a perjudicar a la salud, por lo que es importante evitarlos.
Hablamos con la Dra. Susana Monereo Megías, jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional, para despejar algunas de las cuestiones más frecuentes sobre nutrición en la temporada veraniega.
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PREGUNTA. ¿Por qué cree que existen tantos mitos en torno a la alimentación? Un ejemplo: comer después de las 21h engorda mucho más
RESPUESTA. Muchos de los mitos conocidos están basados en aspectos fisiológicos o de funcionamiento del organismo que son, a modo coloquial, verdades a medias. Lo que sí sabemos respecto al horario de las comidas es que deben sincronizarse con la cronobiología o genes reloj que regulan las hormonas ya que, cuando la comida o la cena se retrasan, sí pueden influir en el peso de las personas.
P. ¿Cuáles dirías que son los mitos más comunes sobre la alimentación durante esta época del año?
R. Uno de ellos es “beber agua fría después de las comidas adelgaza”. El agua es acalórica y, por tanto, ni engorda ni adelgaza. Evidentemente, todo aquello que es frío obliga a calentarlo durante el proceso de digestión y absorción, lo que producirá un mínimo gasto energético; pero, por supuesto, nada reseñable como para que sea una recomendación. El agua es muy necesaria en verano, y es preferible beber antes o después de las comidas porque la digestión es mejor, pero no engorda ni adelgaza.
También hay que tener cuidado con los productos light, pueden ser bajos en azúcares, pero no en grasa y viceversa. No por tomar muchos productos light se adelgaza, sino al contrario, ya que a veces se come más cantidad creyendo que no engordan y, al final, sí se incrementan las calorías de la dieta.
P. ¿Qué hay de cierto en la idea de que comer frutas en exceso puede ser perjudicial debido al contenido de azúcar?
R. La fruta es un alimento saludable que contiene agua, fibra y azúcares, normalmente en forma de fructosa, que, además, puede contener potasio y algún otro mineral. Evidentemente, si tomamos mucha fruta, más de 3 piezas al día, estaremos aumentando las calorías de la dieta. Creo que lo más sensato es tomar no más de 3 piezas y siempre en forma de producto natural, evitando los zumos y las frutas desecadas.
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P. ¿Qué opina sobre las dietas milagro y exprés que suelen proliferar en verano? ¿Cuáles son los riesgos asociados con seguir este tipo de dietas?
R. Las dietas milagro o dietas exprés son siempre un desastre que solo lleva a un desequilibrio nutricional, a perder peso rápido; pero, generalmente, a expensa de agua y proteínas y, por supuesto, a recuperarlo inmediatamente después de hacerlas. Es más, a veces pueden ser el inicio de problemas con la conducta alimentaria, sobre todo si se restringe mucho algún alimento y luego acabas dándote un atracón.
P. ¿Considera que estos mitos pueden tener un impacto significativo en la salud de las personas?
R. Cuando los mitos son muy absurdos y desequilibran mucho la alimentación, sí influyen en la salud.
P. ¿Existe alguna estrategia segura y efectiva para evitar ganar peso en verano?
R. Sí, puede ser de gran ayuda no abusar del alcohol ni de las bebidas dulces, así como reducir al mínimo la ingesta de helados.
P. ¿Qué problemas endocrinos o digestivos suelen ser más comunes durante el verano?
R. Endocrinologicamente no suele haber problemas específicos del verano, salvo los relacionados con descompensaciones de la glucosa en personas con diabetes por deshidratación. Los problemas gastrointestinales pueden venir por tomar alimentos crudos sin lavar adecuadamente o por que estén en mal estado.
P. ¿Qué medidas preventivas se pueden tomar para evitar estos problemas?
R. Algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo son, por ejemplo, lavar siempre los productos frescos antes de comerlos o mantener los alimentos tapados y dentro de la nevera lo más posible. Otra cosa a considerar es evitar la mayonesa cocinada con huevo natural.
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P. ¿Qué consejos daría a las personas que desean disfrutar del verano sin comprometer su salud nutricional?
R. Comer y beber de forma moderada e hidratarse bien. Creo que el descanso, la diversión y la alimentación no deben estar encontradas, al revés hay que saber combinarlas para disfrutar al máximo de la comida sin refugiarse en ella. El placer de comer es importante, pero no debe convertirse en una obsesión ni en un fin en sí mismo.
P. ¿Cuáles son las claves para mantener una dieta equilibrada y saludable en verano sin caer en los mitos?
R. Ser ordenado con las comidas y evitar picotear a todas horas: comer tres o cuatro veces al día e intentar hacer cenas muy ligeras. Priorizar vegetales, proteínas de buena calidad (carnes, pescados, huevos…) y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra. Por el contrario, tomar la menor cantidad posible de procesados, azúcar y alcohol. Quítate la sed con agua y no con bebidas dulces. Estar bien hidratado es importante. El agua es necesaria para vivir y mantener las funciones vitales. Lo idea es beber unos dos litros entre agua y otros líquidos.
También es recomendable mantenerse activo diariamente (andar, subir escaleras, correr, ejercicios de fuerza…), ajustar la cantidad que se come al gasto calórico y cuidar el sueño (7-8 horas sin ruido ni luz).
Durante las vacaciones es habitual que la alimentación cambie, se relajan los horarios y hacemos muchos más planes que incluyen comidas fuera de casa. Con ello, es posible que surjan desde dudas hasta preocupaciones sobre el peso corporal que, en ocasiones, pueden llevarnos a poner en práctica consejos que hemos escuchado a algún familiar sin consultar previamente a un profesional. Aunque algunos de ellos pueden ser inofensivos, otros sí que pueden llegar a perjudicar a la salud, por lo que es importante evitarlos.