¿Por qué las ciruelas tienen un polvillo blanco? Boticaria García lo aclara: "No es suciedad"

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Las ciruelas son una fruta deliciosa y versátil que destaca por sus múltiples beneficios para la salud. No solo son refrescantes y jugosas, ideales para el calor del verano, sino que también están cargadas de nutrientes esenciales como vitaminas C, A y K, además de minerales como potasio, magnesio y fibra dietética.

Estos componentes contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y proteger el corazón y aumentar la memoria, entre otros beneficios. Las ciruelas, además, son conocidas por su poder antioxidante, lo que ayuda a combatir el envejecimiento prematuro y reduce el riesgo de enfermedades crónicas.

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J. García González

A pesar de sus beneficios, muchas personas tienen dudas sobre cómo consumir esta fruta adecuadamente. Una pregunta común es si es necesario lavar las ciruelas antes de comerlas. Dado que las frutas suelen estar expuestas a contaminantes durante su transporte y almacenamiento, se recomienda enjuagarlas antes de consumirlas, especialmente si han estado en contacto con otras superficies o manos. Sin embargo, el lavado debe hacerse con cuidado para no eliminar un elemento importante que cubre la piel de las ciruelas: un polvillo blanco que muchos confunden con suciedad.

El polvillo blanco: la capa protectora de las ciruelas

Este polvillo blanco es una cera natural que cumple un papel fundamental en la protección de la fruta, puesto que gracias a ello es capaz de defenderse de diversas amenazas ambientales. Por lo tanto, esta capa cumple un papel vital para la longevidad y la frescura del fruto. Boticaria García, reconocida divulgadora científica y experta en nutrición, aclaró recientemente a través de sus redes sociales la importancia de este polvillo en las ciruelas.

En un video publicado en su cuenta de Instagram, la farmacéutica desmitificó la creencia de que este polvo sea suciedad. “Tiene un nombre muy fino, lo llaman ‘Cloudy Bloom’, por ese aspecto de niebla”, explicó, y agrego que su nombre científico es pruina. García detalló que la pruina no solo es inofensiva, sino que actúa como una defensa natural del fruto. “Es un manto natural de cera que le sirve como traje de autodefensa frente a los malos. Es como el traje de superhéroe”, comentó.

Según la experta, la pruina tiene tres funciones clave que garantizan la salud y frescura de la ciruela. La primera función de la pruina es actuar como protector solar. Boticaria García explicó que esta capa limita la radiación solar que podría dañar la fruta, asegurando que la ciruela conserve su jugosidad y no se deteriore rápidamente bajo el sol.

Además, la pruina actúa como un repelente de insectos, creando una barrera natural que evita que los bichos se acerquen y deterioren la fruta. Por último, la pruina tiene una capacidad impermeable. “Si llueve, el fruto no se estropea”, afirmó García, subrayando que esta capa repelente al agua protege a la ciruela de la humedad excesiva, previniendo la aparición de hongos y otros patógenos que podrían afectar su calidad.

¿Es necesario lavar las ciruelas?

Aunque la pruina es beneficiosa y no supone un riesgo para la salud, García recomienda lavar las ciruelas antes de comerlas, pero solo inmediatamente antes de su consumo. Al hacerlo, se elimina cualquier posible contaminante externo sin comprometer la protección natural que ofrece la pruina. No obstante, es importante recordar que la pruina no se regenera, por lo que lavar la fruta demasiado pronto podría dejarla desprotegida.

La pruina de las ciruelas tiene tres funciones clave: protege del sol, de los insectos y es impermeable

Elegir ciruelas que conserven esta capa blanca es un buen indicio de que la fruta está fresca y ha sido bien tratada. Además, para mantener su frescura, se aconseja almacenarlas en la nevera, donde la pruina ayudará a preservar su humedad. Si prefieres consumirlas a temperatura ambiente, simplemente saca las ciruelas del refrigerador unas horas antes de comerlas.