Por qué es importante incorporar frutos secos al desayuno, según Harvard, y cuáles son más saludables
Incorporar frutos secos al desayuno es una estrategia efectiva para mejorar la calidad nutricional de la primera comida del día, aportando energía y nutrientes esenciales para el bienestar general
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Desayunar correctamente es fundamental para comenzar el día con energía y mantener un metabolismo equilibrado. Un desayuno bien estructurado no solo proporciona la energía necesaria, sino que también ayuda a evitar el hambre excesiva más tarde en el día. Incorporar frutos secos en esta comida es una práctica muy recomendable, ya que aportan nutrientes esenciales, como grasas saludables y proteínas, que pueden mejorar la calidad del desayuno y, en consecuencia, del día entero.
La doctora Helen Delichatsios, profesora asistente en el Hospital General de Massachusetts, afiliado a la Escuela de Medicina de Harvard, destaca (en un artículo publicado en la web de Harvard) que los frutos secos son una excelente fuente de grasas saludables y proteínas, y su inclusión en el desayuno puede ayudar a mantener la saciedad.
Delichatsios subraya que combinar frutos secos, como pueden ser almendras, nueces o pistachos, con otros alimentos como yogur, cereales o ensaladas en la mañana es una manera efectiva de "redondear" el valor nutricional de la comida, asegurando que sea más completa y satisfactoria.
Frutos secos: una opción nutritiva y versátil
Los frutos secos, además de aportar proteínas y grasas saludables, son ricos en fibra, lo que contribuye a una mejor digestión y a mantener niveles de energía constantes. Almendras, nueces y pistachos aportan beneficios específicos que los hacen especialmente recomendables en el desayuno.
Las almendras destacan por su vitamina E y su efecto antioxidante; las nueces son ricas en omega-3, beneficioso para la salud cardiovascular; y los pistachos, además de ser bajos en calorías, son una buena fuente de proteínas y antioxidantes. Estos y otros frutos secos no solo pueden resultar ideales en el desayuno, sino también si se introducen junto a otros platos en comidas y cenas, siempre que sea con moderación.
Además de su contenido en fibra y grasas saludables, los frutos secos aportan minerales como magnesio y potasio, que juegan un papel crucial en la regulación de la presión arterial y en la salud ósea. Incorporarlos en la primera comida del día puede, por lo tanto, no solo mejorar la salud a corto plazo al proporcionar energía, sino también a largo plazo, al contribuir a la prevención de enfermedades crónicas.
En cualquier caso, el artículo de Harvard también señala que no hay que pasarse, y que es importante limitar las porciones de frutos secos para evitar un exceso de calorías. Recomienda consumir aproximadamente una onza al día, que equivale a 28,35 gramos: esto coincide con las indicaciones tanto de la Fundación Española del Corazón como de la Organización Mundial de la Salud, que sugieren limitar el consumo de frutos secos a entre 20 y 30 gramos diarios.
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Desayunar correctamente es fundamental para comenzar el día con energía y mantener un metabolismo equilibrado. Un desayuno bien estructurado no solo proporciona la energía necesaria, sino que también ayuda a evitar el hambre excesiva más tarde en el día. Incorporar frutos secos en esta comida es una práctica muy recomendable, ya que aportan nutrientes esenciales, como grasas saludables y proteínas, que pueden mejorar la calidad del desayuno y, en consecuencia, del día entero.
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