Legumbres para cenar: la recomendación de esta cardióloga para adelgazar y proteger tu corazón

• Este cardiólogo explica la fórmula para comer bien y cuidar el corazón: ¿qué alimentos debes incluir?
• Esta cardióloga y nutricionista aclara si es bueno (o no) tomar una copa de vino al día

Cuidar del corazón no es solo una cuestión de ejercicio, sino también de lo que comemos a diario. Según expertos en salud cardiovascular, una buena alimentación es clave para mantener nuestro corazón sano y prevenir enfermedades cardíacas. Los hábitos alimenticios que adoptamos no solo afectan a nuestra cintura, sino también a nuestra salud cardiaca a largo plazo.

Numerosos estudios han demostrado que una dieta rica en nutrientes esenciales puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades del corazón, hipertensión y colesterol alto. El consumo equilibrado de frutas, verduras, legumbres y grasas saludables es fundamental para proteger el corazón. Por eso, es importante prestar atención no solo a lo que comemos, sino también a cómo y cuándo lo hacemos, en especial durante la cena.

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Jorge García González

La cena es uno de los momentos clave del día para cuidar nuestra salud. Según los cardiólogos, optar por platos saludables y ricos en proteínas vegetales puede marcar una gran diferencia. Evitar los alimentos ultraprocesados y los carbohidratos refinados es primordial, ya que pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre y dificultar la digestión por la noche.

Las legumbres aportan fibra y son saciantes

“La cena es una de las comidas más importantes del día. Lo que elegimos comer influye directamente en nuestra salud cardiovascular”, explica la doctora Sharonne Hayes, cardióloga de la Clínica Mayo en Estados Unidos. “A menudo, caemos en la tentación de optar por comidas rápidas o alimentos procesados, pero es crucial planificar cenas saludables que incluyan alimentos como las legumbres. Estas no solo son una excelente fuente de proteínas, sino que también aportan fibra, lo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y el colesterol”, señala en una entrevista concedida a la cadena estadounidense Today.

Uno de los principales consejos de la doctora Hayes es incorporar legumbres en la cena. Estas son perfectas para mantener el peso bajo control y, al mismo tiempo, proteger el corazón. Los garbanzos, las lentejas y las judías, son legumbres ricas en proteínas y carbohidratos complejos que proporcionan energía duradera sin elevar los niveles de azúcar en la sangre. Además, su alto contenido en fibra ayuda a la digestión y a mantenernos saciados por más tiempo, evitando el picoteo nocturno que suele acompañar a las cenas ligeras.

Un meal planning como herramienta eficaz

La planificación de las comidas, o meal planning, es una de las herramientas que la doctora Hayes recomienda a sus pacientes para mejorar sus hábitos alimenticios. Planificar cenas con legumbres como ingrediente principal es una estrategia eficaz para asegurar que obtenemos las proteínas necesarias sin recurrir a carnes procesadas o grasas saturadas. “Preparar con antelación un plato de lentejas con verduras, o una ensalada de garbanzos con aguacate, no solo es delicioso, sino que también ayuda a mejorar la salud del corazón”, apunta Hayes.

Adoptar estos hábitos no solo beneficia al corazón, sino que también contribuye a una pérdida de peso saludable. Las cenas que incluyen legumbres ayudan a controlar el apetito, ya que los altos niveles de fibra y proteínas hacen que nos sintamos llenos por más tiempo. Esto es particularmente útil para aquellos que buscan adelgazar sin recurrir a dietas extremas o a pasar hambre durante la noche.

"Es crucial planificar cenas saludables que incluyan alimentos como las legumbres" dice la doctora Sharonne Hayes

La clave está en la simplicidad y en la constancia. Optar por legumbres y verduras frescas, acompañadas de un buen aceite de oliva y moderar las porciones de carbohidratos refinados, es una fórmula ganadora para mejorar nuestra salud cardiovascular. Tal y como afirman los cardiólogos, nuestra salud está en nuestras manos, o más bien, en nuestro plato.