Esto es lo que dice la ciencia sobre si es recomendable o no tomar caballa en lata
Cuando se habla de los beneficios de los pescados, siempre se menciona la versión fresca. ¿Qué ocurre entonces con las conservas?
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Las conservas siempre son una buena opción cuando no se tiene tiempo y los pescados en lata no pueden faltar en la cocina para alcanzar las cantidades recomendadas de este alimento clave en una dieta equilibrada. Junto al atún y las sardinas, la caballa es un clásico en comidas y cenas. Sin embargo, cuando se habla de los beneficios de los pescados, siempre se menciona la versión fresca. ¿Qué ocurre entonces con los pescados que se venden en lata?
Este pescado azul se caracteriza por su riqueza en ácidos grasos omega-3, proteínas de calidad y una gran variedad de minerales y vitaminas esenciales para el organismo. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la caballa se clasifica como pescado graso debido a su contenido lipídico de aproximadamente 10 g por cada 100 g de porción comestible. Esta característica la convierte en una fuente excepcional de ácidos grasos omega-3, nutrientes esenciales que el cuerpo no puede producir por sí mismo y que deben obtenerse a través de la dieta.
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El perfil nutricional de la caballa es especialmente relevante por su riqueza en minerales como el selenio y el fósforo, que alcanzan hasta el 50% de la ingesta diaria recomendada. También contiene cantidades moderadas de hierro, potasio y magnesio, que representan entre un 10% y un 12% de las necesidades diarias de estos micronutrientes. Además, aporta vitamina B12 en niveles hasta seis veces superiores a la ingesta diaria recomendada, así como una cantidad significativa de vitamina D, fundamental para la salud ósea.
Otras vitaminas presentes en la caballa son la niacina y la vitamina B6, que contribuyen al metabolismo energético y alcanzan aproximadamente el 50% de la ingesta diaria recomendada. También contiene riboflavina y vitamina E en menor proporción. Estos nutrientes convierten a la caballa en uno de los pescados con mayor valor nutricional, siendo una opción altamente recomendable dentro de una dieta equilibrada.
Beneficios de comer caballa
La Fundación Española del Corazón subraya que la caballa es una excelente fuente de grasas cardiosaludables. Al ser un pescado azul, proporciona una mayor concentración de ácidos poliinsaturados omega-3 en comparación con los pescados blancos. Estos ácidos grasos desempeñan un papel clave en la regulación del colesterol, ayudando a disminuir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y a aumentar el colesterol HDL (colesterol bueno).
Según la doctora María Elisa Calle, coordinadora del Programa de Alimentación y Salud de la Fundación Española del Corazón, el consumo de pescado azul es esencial para la salud cardiovascular. La experta recomienda ingerir al menos cuatro raciones de pescado a la semana, de las cuales dos deberían ser de pescado azul. Esto se debe a la presencia de DHA y EPA, dos tipos de ácidos grasos esenciales que el organismo no puede sintetizar y que favorecen la función endotelial, mejoran el perfil lipídico y tienen un efecto antitrombótico.
Estos ácidos grasos no solo benefician el sistema cardiovascular, sino que también podrían ayudar a reducir el riesgo de trastornos del estado de ánimo, artritis y ciertos tipos de cáncer. Desde la Universidad de Harvard enfatizan que el consumo de omega-3 a través de alimentos naturales es más beneficioso que a través de suplementos. Esto se debe a que el pescado contiene una combinación única de grasas saludables, vitaminas y minerales que trabajan en sinergia para mejorar la salud, algo que no se logra con los complementos de aceite de pescado. Además, el consumo de caballa enlatada puede aportar una cantidad adicional de calcio si se ingieren las espinas, lo que contribuye a la salud ósea.
¿Existen riesgos al consumir caballa en lata?
Las conservas de pescado suelen contener aceite vegetal en su composición, que puede ser aceite de oliva, conocido por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, o aceites como el de girasol o maíz, que aportan ácidos grasos poliinsaturados. En cualquier caso, como aclara la Fundación Española del Corazón, estos tipos de grasas son beneficiosos para la salud. Es importante destacar que en la industria de conservas de pescado no se utilizan aceites perjudiciales, por lo que su consumo es seguro dentro de una alimentación equilibrada.
Aunque la caballa es altamente nutritiva, su contenido en grasas puede dificultar la digestión en personas con molestias estomacales. Además, algunas variedades enlatadas pueden contener niveles elevados de sodio, lo que podría no ser recomendable para personas con hipertensión o problemas renales. A diferencia de otros pescados de mayor tamaño, la caballa presenta una menor acumulación de metales pesados como el mercurio y los bifenilos policlorados (PCB), lo que la convierte en una opción más segura dentro de una alimentación equilibrada.
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