Granola casera, una dosis de energía natural para comenzar el día
Preparamos gran parte de todas nuestras comidas directamente con materias primas, pero ese no suele ser el caso del desayuno. Ahora podrás ahorrarte comprar cereales y hacer tu propia (y energética) granola
Los cereales se han tomado en el desayuno desde la Grecia Antigua, pero no es hasta el siglo XIX que se popularizan. El médico James Caleb Jackson crea una mezcla de copos de avena, nueces y miel a la que da el nombre de 'granula'. Sigue su camino el Dr. John Harvey Kellog, que en 1880 comercializa una mezcla de copos de trigo, avena y maíz con el mismo nombre. Tras ser demandado por Jackson, le cambia la terminación y llama a su producto 'granola'. Obtiene tal éxito que a finales de esa misma década vende ya cerca de dos toneladas a la semana, convirtiendo su empresa en un imperio del cereal.
Si en lugar de comprarla, prefieres hacerla en casa y elegir los ingredientes personalizando la mezcla a tu gusto, prepara esta receta de manera rápida y sencilla. El paso por el horno tuesta los ingredientes, aportando una textura acaramelada y crujiente. Solo queda añadir unas frutas deshidratadas tras el horneado y guardarlo en un recipiente estanco. Su alto contenido energético y nutritivo y su poco peso lo hace ideal para tomar como desayuno con leche o para llevar encima para picar, de excursión o en cualquier actividad deportiva.
Preparación: 35 minutos. Dificultad: fácil. Coste: económico. Comensales: 4
Ingredientes
- 200 g copos de avena
- 50 g almendra laminada
- 30 g de semillas (pipas girasol, calabaza, sésamo blanco y negro)
- 30 g coco seco
- ½ cuchara de postre de canela
- ½ cucharadita de sal
- 1 cuchara sopera de aceite girasol
- 20 ml de miel
- 30 ml de sirope de arce
- 30 g azúcar moreno o panela
- 1 puñado frutas secas en trocitos (pasas, orejones, arándanos, fresas secas, grosellas)
Elaboración
- Precalienta el horno a 140 ºC con función de ventilación.
- En un bol grande vierte los copos de avena. Añade las almendras laminadas y mezcla. Incorpora el coco seco, la mezcla de semillas, una cucharadita de canela y una pizca de sal. Mezcla bien todos estos ingredientes.
- Por otro lado mezcla en un recipiente una cucharada de aceite de girasol con la miel, el sirope de arce y el azúcar moreno o la panela. Remueve con una cuchara para disolver completamente los ingredientes.
- Incorpora esta preparación al bol de cereales y semillas. Distribúyela bien y trabaja con los dedos para que se integre y nos quede una textura de arena gruesa.
- Cubre una bandeja de horno con papel vegetal y extiende la granola en una capa fina sobre toda la superficie.
- Hornea durante 25 minutos a 140 ºC hasta que empiece a tostarse. Deja que se enfríe completamente tras sacarla del horno para que adquiera una textura muy crujiente.
- Desgrana la granola con las manos e incorpora las frutas secas enteras o troceadas.
El truco final
Personaliza tu granola añadiendo distintos copos de cereales (trigo sarraceno, quinoa, teff), frutos secos como avellanas, anacardos o nueces o pepitas de chocolate. Conserva estos cereales en un recipiente hermético alejado de la humedad.
Los cereales se han tomado en el desayuno desde la Grecia Antigua, pero no es hasta el siglo XIX que se popularizan. El médico James Caleb Jackson crea una mezcla de copos de avena, nueces y miel a la que da el nombre de 'granula'. Sigue su camino el Dr. John Harvey Kellog, que en 1880 comercializa una mezcla de copos de trigo, avena y maíz con el mismo nombre. Tras ser demandado por Jackson, le cambia la terminación y llama a su producto 'granola'. Obtiene tal éxito que a finales de esa misma década vende ya cerca de dos toneladas a la semana, convirtiendo su empresa en un imperio del cereal.